Llegó la última semana de vacaciones, este era mi última noche trabajando en el club, el miércoles comenzaría la universidad nuevamente. La última vez que vi a Adam fue hace cuatro, cinco semanas atrás, donde ocurrió lo del beso, no hay un día en el que no piense en ello, me pregunto, ¿qué hubiera pasado si le correspondía?, soy realmente una estúpida, y todos los días desde eso cada vez que me levanto y me miro al espejo solo me dan ganas de pintarme como un payaso.
Por otro lado he creado una gran amistad con Sonia, tal vez no es amistad si no compañerismo, nunca tuvimos un problema trabajando juntas, esta, sin dudas, fue una gran experiencia.
—Estoy un poco triste porque será la última vez que vea tu linda carita— ella hace un puchero mientras apreta mis mejillas, intento sonreír pero es imposible.
—¡Fuera luces!— exclama Mark por el micrófono, siento los labios de Sonia rozar mi frente, al prenderse las luces de fiesta ella se encuentra batiendo una bebida y llenando las cubeteras de hielo. Frunzo el ceño, tal vez fue mi impresión.
El lugar comienza a llenarse poco a poco, y sin darme cuenta el tiempo pasa rápidamente, el sudor no tarda en bajar por mi frente, ya me había acostumbrado a la fuerte y retumbante música que salía de los enormes parlantes negros. Los adolescentes y universitarios se amontonan como un enorme ganado esperando impacientes por su dosis de alcohol, al principio se me hacía un tanto abrumante pero luego, poco a poco, fui acostumbrandome al ambiente sofocante volviéndose algo demasiado natural para mí.
Luces en todas direcciones, amargo sabor en la boca provocado por el asqueroso olor a sudor y alcohol, estaba segura que extrañaría un poco esto, tal vez más de lo que debería.—¡OED!— exclamó Sonia pasando a mi lado, fui hacia la barra y comencé a limpiar rápidamente, cuando terminé miré a la chica que era mi compañera y ella ya estaba observandome, su mirada era intensa, a pesar de que yo aún seguía siendo ingenua, podía intuir que había algo más en sus ojos y eso me incomodaba un poco.
El aire entre nosotras, con el paso del tiempo, se había vuelto algo extraño, ella se quedaba minutos acariciando mi cabello diciendo lo suave y hermoso que era, al principio me parecía algo normal pero a esto le siguieron las intensas miradas, cumplidos demasiado sugerentes, roces apenas perceptibles, y caricias algo, como decirlo... ¿Romanticas?, esta idea había pasado miles de veces por mi cabeza pero una y otra vez me negaba a aceptalo, sentía que estaba imaginando cosas o sobrepasando lo que estaba sucediendo, pero a pesar de eso lento pero seguro, esa idea era cada vez mas creíble.
—Bien muñeca, terminamos al fin, solo queda limpiar y a casa— estiró su cuerpo y sonrió cálidamente.
Ambas comenzamos a limpiar y a acomodar las botellas, vasos, y demás utensilios. Mark habia apagado la música y prendido las luces principales que eran de un blanco demasiado encandilante para mis agotados ojos, podía escuchar las voces de los demás que limpiaban y acomodaban el gran salón. Cuando terminamos nos despedimos de todos y salimos al estacionamiento.
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Amor en ocho ruedas [Pausada]
Ficção AdolescenteTras la terrible perdida de su amado tío, Aylín se sentía terriblemente sola, con la única compañía de sus abuelos quienes ya estaban muy viejos y arrugados como para darle un poco de emoción a su vida. Dejada por sus padres siendo una recién nacida...