-Capítulo 19-

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Los días pasaron rápidos como un tren bala, entre preparativos y salidas a clubes y fiestas

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Los días pasaron rápidos como un tren bala, entre preparativos y salidas a clubes y fiestas. Me habían llamado del club nocturno para poder hacerme una entrevista a la cual asistí y me quedé con el empleo, estaba demasiado feliz, comenzaría dos días después de terminar de acampar.

—¿Todo listo?— preguntó uno de los primos de Gastón, sonreí y asentí, bostezó, era sabado por la mañana, nos quedaríamos hasta el lunes a la tarde, para mi suerte no sería la única mujer —¡Muy bien! A la carga— dijo volviendo a bostezar.

Gastón dormía en la parte de atrás junto a dos chicas cuyo nombre no lograba recordar, solo sabía que eran amigas del chico que conducía. El camino fue con música de fondo, el sol mañanero nos daba justo en la espalda. Dos horas mas tarde ya habíamos llegado a nuestro destino, un hermoso paisaje se presentaba ante mis ojos, era un magnífico lugar al que nunca había tenido el honor de visitar hasta ahora.

Comenzamos a sacar las cosas en la zona de camping, los chicos se encargarían de armar las carpas y las chicas estabamos a cargo de la organización para pasar un estupendo fin de semana, las cuatro reíamos ante los intentos fallidos de los chicos, ellas eran demasiado agradables.

—Bien, los baños están a quince metros de aquí, por suerte somos el único grupo, sería bueno turnarnos para tomar duchas y cocinar, nosotras podríamos hacer el desayuno y el almuerzo y los chicos la merienda y la cena, ¿les parece?— preguntó la chica mas grande por tres años, todas asentimos —Empecemos haciendo el desayuno mientras los chicos arman las carpas.

Así fue como empezó nuestro campamento, el aire mañanero era agradable y el sonido de los pajaros silvestres era música para mis oídos. Era extraño pero sentía que el aire a nuestro alrededor era mucho más puro que el de la ciudad.
Cuando terminamos de bajar las cosas y preparar la comida, los chicos aún no habían armado ni una sola carpa, por lo que las chicas ansiosas comenzamos a hacerlo y en veinte minutos teníamos las 6 carpas armadas.

—Inútiles— bufó Laura la hermana de la chica mas grande, comenzamos a reír y a burlarnos de los chicos cuyas caras era de notada vergüenza.

Gastón y los demas eran realmente geniales, en total eramos once. El clima parecía estar a nuestro favor.
Luego de almorzar lavamos y acomodamos las cosas.

—El último en llegar al lago no se le permite beber esta noche— habló Fabián, primo de Gastón mientras corría hacia el lago.

—¡Esperen debemos guardar...! Las cosas— escuché decir a Mica, la chica mas grande, ella fue la última en llegar al lago ya que se quedó acomodando las cosas.

El agua estaba un poco helada, por suerte llevaba una maya negra, mientras las demás usaban bikini.

—¡ADAM NO ES JUSTO QUE CORRAS!— un grito a lo lejos llamó nuestra atención, giramos hacia el lugar en el que provenía y allí estaban otras personas a 100 metros de nosotros.

Amor en ocho ruedas [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora