Capítulo 2: Hechizo

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-Por cierto, Shinichi, he escuchado algunos rumores, sobre la bruja Akako y la misteriosa organización negra. –Shinichi la miró con curiosidad.

- ¿Aquella organización que se dedica a la magia negra? –Ran asintió.

-Debes de tener cuidado y no involucrarte con ellos. –Regañó Ran al saber que el chico era un imán de problemas. –Supe que tu nuevo caso se relaciona con ellos.

-Es sobre un hechizo de inmortalidad que están desarrollando, los documentos que estaba leyendo esta mañana hablan sobre ello, bruja roja está intentando desarrollar un hechizo de inmortalidad, aún no tenemos pruebas de ello completamente, porque todos los sujetos de prueba tienen horribles efectos secundarios. –Explicó con seriedad.

- ¿Efectos secundarios? –Shinichi asintió. - ¿De qué tipo?

-El hechizo es demasiado poderoso, las víctimas fueron convertidas en polvo o desaparecieron en la nada, puesto que, al no ser perfecto, o te avanza en edad hasta morir o te rejuvenece hasta desaparecer. –Ran hizo una expresión de miedo.

-Qué horror, por favor no te involucres demasiado, podría pasarte algo así. –Shinichi rio con confianza.

-No te preocupes por ello. –Ran lo miró preocupada.

-Señorita Ran, ya están listos sus panqués –Interrumpió un joven la plática que ambos mantenían.

-Sí, gracias, Shinichi, espera aquí un momento, te traeré unos cuantos. –Ran preparó un poco de café y sirvió unos panqués, se los entregó a Shinichi y este feliz buscó una mesa para degustar su desayuno, tras terminar, se levantó y se dirigió a la barra, donde estaba Ran.

-Tengo que irme, solo quería visitarte un rato y desayunar.

-Ya veo... te acompaño a la salida. –Ambos se dirigieron a la salida con calma, un proveedor de harina saludó a Ran al salir.

-Eres muy popular por lo que veo, ¿No es así Ran? –Shinichi la codeo sugerentemente y Ran se sonrojó.

-Qué cosas dices –Ran dudó un momento. –Y dime... ¿Piensas pasar el resto de tu vida encerrado en esa oficina?

-Sabes que ese despacho era muy importante para el tío Kogoro y como yo soy el mayor... -Ran negó interrumpiéndolo.

-No te pregunte lo que él hubiera querido, sino que es lo que quieres tú.

-Bueno...

- ¡Hasta luego señorita Ran! -El señor que había entrado a dejar el saco de harina, interrumpió su conversación.

-Tengo que irme -Le dio la espalda a Ran dispuesto a irse, pero vaciló y se detuvo un momento. –Y no tienes nada de qué preocuparte, sabes que amo ser detective, el palacio me ha encargado algo muy importante esta vez y no solo tiene que ver con lo que hablamos hace un momento. –Dijo Shinichi con determinación.

- ¡Es tu vida, tu sabes qué hacer con ella, pero piensa en lo que tu realmente quieres! –Shinichi levanto su mano en señal de despedida. Ran por un momento, sintió que sería la última vez que lo vería...

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En otro lugar, bastante cercano a Shinichi, un pequeño carruaje era sostenido por dos jóvenes vestidos elegantemente con un traje rojo, la puerta se abrió y un bastón con una pequeña jarra de oro fue colocada en el suelo, con un par de golpes, múltiples sombras entraron en ella. Con un par de golpes, los jóvenes se dieron la vuelta y se alejaron con el carruaje.

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