Epílogo

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-¡Hey, hey! ¿Escuchaste? –Habló una mujer al oído de otra.

-¿Qué es? –Preguntó con intriga.

-El hijo de la reina de los magos, volvió después de estar casi 40 años desaparecido. –La otra mujer la miró con asombro.

-¿Qué?

-Y eso no es to, ¡Volvió con la apariencia de un joven de 20 años! ¡Y no solo eso, al parecer, se trataba de Kaito Kid, aquel enigmático mago que deambulada en el castillo!

-¿¡Queeeeee!? ¡Imposible! ¿Entonces todas esas leyendas eran verdad? –La otra mujer no cabía de asombro.

-¡Shhh! Ahí viene. –Le murmuró. Ambas mujeres, sirvientas del castillo dejaron de cuchichear e hicieron a leve reverencia al joven de cabellos color chocolate y ojos violetas que iba pasando por el lugar, junto a un joven de apariencia similar, quienes eran guiados por un guardia, particularmente familiar para Shinichi. Ambos jóvenes se dirigían al encuentro de la reina, quien al recibir la noticia de quien solicitaba verla, pidió que los hicieran pasar de inmediato.

-Señoritas. –Saludó de igual modo el guardia.

-Oye, oye, Shin-chan, ¿No es acaso ese guardia el que te estaba acosando la ves que nos encontramos en el callejón? –Le susurró al oído, pero aún así el guardia fue capaz de escucharlo, tensándose involuntariamente.

-¿Qué? ¡Kaito! Deberías estar más preocupado, estás a punto de reencontrarte con tu madre después de años. –Regañó Shinichi, pero al ver la expresión nerviosa del mago, entendió el motivo de su comentario. –Todo saldrá bien.

-Mhm –Asintió.

-Hemos llegado, la reina aguarda adentro. –Aún indeciso, Kaito abrió la puerta y entró.

-Kaito... ¿De verdad eres tú? –Preguntó una mujer de avanzada edad con esperanza en la voz, de aspecto algo cansado.

-Hola... estoy en casa. -Fue lo único que se le ocurrió decir. Inmediatamente, Chikague se puso de pie y se lanzó a los brazos de su hijo con lágrimas en los ojos. Shinichi se sintió de más en la habitación, pero casi de inmediato, la mujer lo miró con agradecimiento.

-Kudo Shinichi, detective prodigioso, ¿Has sido tú quien lo encontró y guió a casa? –Shinichi vaciló, no sabía que decir, de cierto modo él tuvo que ver, pero no fue completamente gracias a él que volvió.

-Sí, mamá, él fue quien me salvó. –Reconoció Shinichi, quien sonrió apenado.

-Gracias, de verdad muchas gracias. Ahora, jovencito, tienes mucho que explicarme, que fue de tu padre y por qué aún luces tan joven. –Kaito asintió y la reina pidió algunos bocadillos y té, tenían mucho de qué hablar.

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"¡Tenemos que darnos prisa!" "¡Es tarde!" "¡Oh no, me perderé la presentación!" eran las exclamaciones de muchas personas, quienes se dirigían a toda prisa al palacio real. Algunos curiosos se asomaban en la ventanas de sus casas, otros a las puertas de sus locales, algunos se sumaban otros preguntaban de que se trataba. Pero el sonar de las campanas, la música y los fuegos artificiales eran muy llamativos, haciendo que más y más gente se reuniera a las puertas del palacio.

-¡Ha nacido! ¡El hijo del mago Kaito ha nacido! –Se escuchaba conforme las personas se acercaban al palacio. Todos los curiosos se acercaban a ver. Hasta que por el balcón se hizo presente el actual rey de los magos de Ekoda, Kuroba Kaito, con actualmente 28 años de edad, había asumido el trono, tras el retiro de Chikage.

-¡Ha sido un saludable niño! –Habló en voz alta a todos los presentes, quienes estallaron en aplausos y vitoreos. Kaito era muy querido por el reino, tras volver 8 años atrás, la reina había reanudado las conexiones con Beika, la guerra había terminado y la paz había prevalecido.

Kaito había explicado a su madre lo que había sucedido con su padre, lloró junto con ella, pero en ningún momento se mostró enfadada con él, al contrario, lo abrazó fuertemente y le pidió perdón por no haber estado junto a él en esos momentos. Más tarde habló con Jii y con Vermouth, se disculpó por lo de Rei Furuya y el mal entendido entre ambos reinos.

Más tarde, recibió la feliz noticia de que su hijo había encontrado al amor de su vida, aquel chico que fue su salvador, por lo que no tuvo ninguna objeción en que él sería la pareja del joven príncipe en ese entonces. Solo lamentaba el hecho de que no habría descendencia, pero Kaito, con una sonrisa, le dijo que por eso no se preocupara, que encontraría la manera de darle un nieto, cosa que cumplió tras investigar algunos conjuros y hechizos. Finalmente su adorado Shin-chan había dado a luz a un precioso y saludable bebé, el cual era una mezcla perfecta de ambos.

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-Y así fue como el mago del castillo ambulante pudo encontrar a su otra mitad y volver a casa después de mucho tiempo. Fin –Terminó de contar un joven de cabellos castaños y mirada azulina cerrando el libro que tenía en las manos.

- ¡Wow! ¡Qué bonita historia papi! –Exclamó un pequeño de cabello azabache y ojos violetas de aproximadamente 3 años. -¿Y qué fue de ambos después de volver a casa?

-Eso Conan-kun, es simple, ellos son felices y se dedican a cuidar de un pequeño príncipe. –Le dijo con cariño a la vez que presionaba su pequeña nariz con amor.

- ¡Sí! ¡El pequeño príncipe debe ser muy inteligente y apuesto! –Exclamó feliz.

-Bien, es hora de dormir, ya es tarde.

- ¡Nooooo, no tengo sueño!

-Si no duermes temprano, no te despertarás mañana para tus clases de magia con papá Kaito. –El pequeño hizo cara de susto.

- ¡Pero llevo días esperándolo! –Se quejó.

-Entonces deberías dormir o la tía Haibara experimentará contigo por no ir a tus clases de magia como castigo.

-¡No! ¡Ya me dormiré, buenas noches papi Shinichi, buenas noches papá Kaito! –Se despidió al ver que el mago aparecía en la puerta de su habitación. Shinichi le dio un beso en la frente al pequeño antes de levantarse y dirigirse hacia el mago.

- ¿Ya se ha dormido? –Shinichi asintió. -¿De nuevo esa historia? –Preguntó al ver tan conocido libro en sus manos, el cual llevaba el título de "Kaito's Moving Castle" en letras grandes.

-Ama esa historia.

-Yo también amo nuestra historia. –Shinichi le sonrió en respuesta.

-Ya lo creo. –Ambos salieron de la habitación y se dirigieron a la propia, Kaio había estado ocupado desde hace algunos días con sus labores en el castillo, por lo que no había podido pasar tiempo de calidad, así que aprovecharían la noche, para poder recordarse mutuamente aquel amor que ambos se profesaban, aquel que con el pasar del tiempo, se volvía más y más fuerte.

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El fin

El fin

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Kaito's Moving CastleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora