My time [J.JK] (Terminada)

•15•

– Vaya, si no vengo a visitarte, es imposible verte la cara. Me has abandonado por completo.

Marilyn acababa de entrar por la puerta de mi habitación como alma que lleva el diablo.

– Lo siento, Mary. He estado ocupada estos últimos días. – le respondí desde la cama

– Pero, ¿qué dices? – preguntó sentándose en la silla giratoria del escritorio – Me he encontrado con tu madre abajo que, por cierto, no sabía que ya había regresado de Europa, – dijo con una mirada acusatoria – y para mi sorpresa, me ha dicho que ha vuelto a atender el hostal desde la semana pasada. ¡La semana pasada, Emma! Ahora quiero que me expliques por qué me evitas.

– No te estoy evitando.

– ¿Ah, no?

– Pero si te he mensajeado, y hemos hablado a veces durante el día. – me defendí

– Sabes perfectamente a lo que me refiero. Has rechazado todas las invitaciones a fiestas y a encuentros conmigo y con Fred. Y quiero que me digas la razón por la que lo has estado haciendo.

No había estado evitando a mis amigos. Al menos, no había sido mi intención. Solo estaba tratando de aprovechar el tiempo al máximo con Jungkook. Ahora éramos algo así como novios, creo. No le habíamos dado un nombre. Era difícil hacerlo sabiendo lo duro que sería en el futuro, pero nos pasábamos casi todo el día juntos, conversábamos, íbamos a citas, nos tomábamos de las manos, y nos besábamos.

¡Y qué besos! Los besos de los dramas coreanos eran una farsa total. Jungkook me devoraba. Y yo me dejaba hacer por él. Al principio había intentado guiarlo, pensando que sería como en las series. ¡Qué tonta fui!

Ese chico parecía estar hambriento todo el tiempo, porque jamás había sido besada de esa manera.

Sabíamos perfectamente que el tiempo corría, y que tarde o temprano el verano llegaría a su fin. Pero decidimos cerrar los ojos y aventarnos al abismo. Al diablo el tiempo. Ya veríamos qué hacer cuando el momento llegase.

– ¡Oye! – dijo mi amiga llevándome de regreso a la Tierra – Estoy hablando en serio. ¿Qué sucede?

– Mary, escucha. – comencé – No lo he hecho a propósito. De verdad. Perdóname.

– Entonces, ¿qué está sucediendo? – preguntó

Respiré hondo preparándome mentalmente para contarle. Había querido decirle por un tiempo, pero hasta que las cosas no estuviesen más claras no me había atrevido a hacerlo.

Ella era el tipo de amiga que se ilusionaba más que yo misma por mis relaciones. Y no quería que se hiciera ideas hasta que todo fuera seguro.

– He conocido a alguien.

– ¡¿Qué?!

– Calla y escucha. – le dije y asintió – No te lo he contado porque no era nada seguro. Hasta hace unos días se volvió más serio, pero aun así no hemos formalizado nada. No es como que hayamos dicho que somos novios. Así que no dejes a tu imaginación volar, ¿vale? – asintió otra vez

– ¿Y quién es? ¿Es de la escuela o del distrito? – preguntó y negué

– No. De hecho, es extranjero.

– ¡Wow! ¡Cuéntamelo todo!

Le hice la historia de cómo nos habíamos conocido, le conté sobre los lugares a los que habíamos ido, sobre nuestra primera cita, nuestro primer beso, algunos detalles sobré él, etcétera.

– ¿Y es coreano? – preguntó y asentí – Qué suerte tienes. – dijo con un puchero – Yo también quiero aprender coreano, así puedo ir a Corea y secuestrar a Hoseok oppa. Así nosotros dos, y tu novio y tú podemos ir a una cita doble por las calles de Seoul.