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Abrí los ojos lentamente ajustándome a la claridad de la habitación y lo primero que vi fue la ropa tirada en el suelo. Sonreí sin darme cuenta al recordar todo lo que habíamos hecho la noche anterior.

Me removí un poco para estirarme y sentí los brazos de Jungkook rodearme. Nos habíamos quedado dormidos luego de hacer el amor por tercera vez anoche. Aún no me lo creía. La felicidad no me cabía en el pecho, aunque estaba muerta de cansancio.

Estiré el brazo para alcanzar mi celular en la mesita de noche y miré la hora. Eran las diez y media de la mañana. Ya se nos había pasado el horario del desayuno. Dejé el teléfono en el mismo lugar y con cuidado me di la vuelta para observar a Jungkook. Parecía irreal tenerlo de esa manera a mi lado. Tenía el cabello negro revuelto y el rostro en paz. Era una imagen hermosa.

Mi móvil sonó indicando que había recibido un mensaje. Volví a tomarlo y leí la notificación. Era mi madre pidiéndome que bajara. Debía necesitar algo.

Con cuidado me liberé de los brazos de Jungkook y salí de la cama. Un estremecimiento me recorrió al despedirme del calor del pelinegro y poner los pies en el suelo frío. Busqué ropa interior en el cajón de la cómoda y me la puse.

En silencio recogí la ropa que habíamos tirado al suelo y la dejé en la silla del escritorio. Me puse los mismos shorts que traía la noche anterior y fui al baño a buscar el resto de la ropa.

Mi camiseta había terminado dentro de la bañera por lo que estaba húmeda. Así que cogí el pullover blanco de Jungkook y me lo puse. Como me quedaba inmenso lo anudé a la altura de mi cadera.

Terminé de lavarme los dientes y la cara y luego de darle un último vistazo a Jungkook en la cama y agarrar mi teléfono móvil, salí del cuarto y me dirigí abajo.

Saludé a algunos huéspedes por el camino y llegué al mostrador del recibidor donde mamá estaba conversando con alguien que llevaba un bolso negro de viaje. Debía de ser un nuevo huésped.

– ¡Oh cariño! – dijo mi madre apenas llegué a ella

– Buenos días. – saludé con una sonrisa a ambos y miré al chico

Era asiático.

No pude ver bien su rostro porque estaba usando una mascarilla blanca y una gorra del mismo color. Solo pude ver parte de su flequillo negro y sus ojos almendrados. Él hizo una leve reverencia y me devolvió el saludo en inglés con una voz bastante profunda.

– Este chico está buscando a Jungkook. – dijo mamá – ¿Puedes llevarlo a su habitación?

– Eh, sí, claro. Vamos. – le dije al chico y luego de darle una última mirada algo extrañada lo guié hasta el cuarto de Jungkook

– La señora de la recepción me ha dicho que hablas coreano. – dijo él mientras subíamos las escaleras

Entonces era coreano también.

– Sí. Es mi madre. – respondí sonriendo – ¿Eres amigo de Jungkook?

– Sí. He tratado de decirle que venía en camino, pero no ha visto mis mensajes ni ha contestado mis llamadas desde anoche.

Cierta culpa se alojó en mí. Habíamos estado ocupados la noche anterior. Con razón Jungkook no sabía que su amigo venía a verle. ¿Acaso venía desde Corea? ¿Venía a buscarlo?

– Eres Emma, ¿verdad? – preguntó y asentí – Kook nos ha hablado de ti.

Entonces debía ser uno de sus famosos hyungs.

– Espero que cosas buenas. – le dije sonriendo

– Por supuesto.

Llegamos a la habitación de Jungkook y abrí la puerta. Le pedí al chico que esperara un momento allí. Supuse que no habría problema por dejarlo en su cuarto si eran tan unidos como Jungkook me había contado.

My time [J.JK] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora