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Hoseok corría lo más rápido que sus piernas le permitían por los pasillos de la empresa, se había dormido de más y por lógica iba bastante tarde, Jungkook era el culpable pues había ido a su apartamento sin avisar a altas horas de la madrugada justificándose con qué creía que aún estaría despierto.

—¡Lo siento!.—se disculpó en un grito cuando escucho un '¡cuidado!' de parte de una de las secretarias de planta baja con la que accidentalmente había chocado, corrió escaleras arriba ya que el elevador acababa de subir y no tenía tiempo de esperarlo, menos de cinco minutos le sobraban antes de que su jefe llegará a la oficina.

O eso pensaba.

Llegó sin oxígeno en los pulmones pero poco le importo cuando vio la puerta de la oficina de su jefe ser abierta, corrió a su escritorio casi cayendo en el proceso y se sentó de golpe.

—Buenos días Joven Jung.—saludó su jefe con una pequeña sonrisa burlona al ver a su asistente todo colorado y agitado.

—S-señor buenos días.—Hoseok hizo una rápida reverencia nervioso por lo que su jefe diría al notar que había llegado tarde, algo inusual en él.

—Jung respire.—Hoseok tomó unas bocanadas de aire logrando estabilizar su respiración así como reconocer el aroma característico de su jefe: tierra mojada y vino. —¿Mejor?.

Hoseok asintió.

—¿Se le ofrece algo señor?.

—Necesito que vengas a mi oficina dentro de una hora.—avisó su jefe caminando de regreso a su oficina al escuchar su celular sonar.

Hoseok asintió a la nada y comenzó a organizar los papeles que aún tenía pendiente.

Una hora más tarde Hoseok se levantó de su escritorio caminando hacia la oficina de su jefe, dio pequeños golpes en la puerta de madera esperando una respuesta de parte de su jefe, cuando la escucho se adentro a esta.

—Toma asiento.—indicó su jefe al escucharlo entrar, Hoseok hizo caso tomando asiento frente al hombre.

—Has trabajado aquí por varios años, eres una excelente persona y asistente. Me a agradado trabajar con usted joven Jung.—dijo el hombre mirando a Hoseok quien abrió los ojos como platos ante lo dicho por su jefe.

—¿M-me está despidiendo?.—preguntó con temor.

—¿Qué?, ¡Por supuesto que no!— aclaró de inmediato el hombre.— Mañana tenemos una junta con todo el personal ¿cierto?.—Hoseok asintió sin entender

—No entiendo señor.

Su jefe soltó una pequeña risa.—Lo note, me estoy despidiendo de ti Jung. Ya estoy viejo y no aguantaré mucho tiempo aquí.

—No diga eso señor.

—Es la verdad, mañana anunciaré a la persona que se quedará a cargo de la empresa, espero se amoldé bien a su nuevo jefe.—Hoseok sonrió.

—Daré lo mejor de mi.

—Se qué lo harás.—respondió él con confianza

—Gracias. ¿Necesita algo más señor?.

—No, solo quería asegurarme de qué supieras que sigues siendo el asistente de presidencia, puedes retirarte.

Asintió como respuesta y salió en total silencio.

(...)


Apagó la alarma con desgano sus ojos pesaban al igual que su cuerpo, su noche no había sido la mejor y tenía mucho sueño, se levantó, estiró sus brazos intentando desaparecer todo el sueño y entro al cuarto de baño. Cuando termino de arreglarse salió de su apartamento rumbo a su trabajo. Al llegar saludo a las chicas de la planta baja y subió al elevador, una vez que llegó a el piso indicado se sentó en su escritorio acomodó sus cosas y busco los documentos que iba a necesitar dentro de unas horas.

—Señor lo esperan en la sala de juntas.—anunció desde el marco de la puerta a su jefe.

Él suspiro cansino, algo que no paso desapercibido por Hoseok.—Vamos.

—¿Ocurre algo señor?.—Hoseok se preocupo al ver a su jefe asentir.

—Mi hijo no a llegado, me preocupa que falté a algo muy importante para la familia.—Hoseok comprendió, años de estar trabajado para él sabia que su hijo mayor era un dolor de cabeza, o bueno eso es lo que escucho de los empleados antiguos, aunque realmente nunca lo había visto. Así que no podía asegurar nada sobre el hijo de su jefe no hasta que el mismo lo conociera.

—Tranquilo señor estoy seguro de que su hijo llegará pronto.—intento animarlo un poco.

—Padre.—habló una voz desconocida para Hoseok pero muy conocida para el jefe de este mismo quien suspiro de alivió.

—Hijo.—el jefe de Hoseok camino hacia el joven recién llegado.

Hoseok miró al hijo de su jefe, un joven castaño, alto de piel morena facciones marcadas ojos de un tono gris vestido de una manera un tanto formal: camisa negra holgada con los primeros botones abiertos, pantalón de vestir color crema, zapatos formales del mismo tono que la camisa, que desprendía un olor exquisito: canela y chocolate que hizo que las piernas de Hoseok de repente se sintieran débiles.

El joven que aún abrazaba a su padre percibió un aroma cautivador: frutos rojos y vainilla cerró los ojos por instinto, el aroma le hizo sentirse relajado tanto que si no hubiera sido por su padre que no lo soltaba hubiera caído, su padre lo soltó segundos después haciendo que saliera de su mundo.

—Hoseok.—llamó el hombre mayor.

Hoseok se obligo a salir de su ensoñación al escuchar a su jefe hablar.

—¿S-si?.—aún se encontraba un poco aturdido por el repentino aroma que le inundó.

—Es hora de la junta.—Hoseok asintió viendo como el hombre mayor tomaba a su hijo, quien lo miró unos segundo, y lo dirigía a la sala de juntas, camino lento y nervioso al saber que el aroma que desprendía el joven le ponía los pelos de punta.

Minutos después de que él jefe de Hoseok diera la noticia a sus empleados de su retiro y de despedirse de cada uno de ellos por fin presentó a la persona que se quedaría en su cargo

—Señores le presentó a mi hijo Kim Taehyung, él se encargara de la empresa de hoy en adelante.—presentó y todos aplaudieron con respeto.

Después de muchas felicitaciones y bienvenidas por parte de todos los empleados, todos regresaron a sus puestos de trabajo. Taehyung y su padre estuvieron el resto de la tarde en la oficina del mayor donde este mismo le explicaba los deberes y trabajos que tendría que llevar a cabo Taehyung. Mientras Hoseok trataba de encontrar una respuesta lógica al efecto que el aroma de Taehyung provocaba en él, solo rezaba para que no fuera un problema más adelante.

Debió ser solo el momento, pensó.

Sin convencerse del todo, miró la madera de su escritorio y respiró hondo al percatarse del ritmo de su corazón al recordar el rico aroma de su ahora jefe.

Taehyung quien estaba en la puerta de la oficina de su padre se quedó mirando al chico pelinegro sus facciones delicadas de esté.

Parece chica, dijo en su mente

—¡Hoseok!.—gritó el hombre mayor desde el interior de la oficina sacando de sus pensamientos a ambos chicos.

Él nombrado salto de su asiento de manera rápida y se dirigió a la oficina frente suyo.

FRUTOS ROJOS | VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora