19

2.5K 431 42
                                    

Jimin esperaba de manera impaciente al alfa, el cual había ido por el dueño del edificio para que pudiera abrir la puerta del apartamento de su hermano. Llevaba una semana sin verlo, sabía que algo estaba pasando por las cortantes respuestas que recibía en sus mensajes de texto.

Quiso darle un poco de tiempo pero no lo dejaría solo, eran hermanos y la familia se apoya en las buenas y en las malas, aunque no fuera lo mismo con su padre.

—Aquí, rápido, necesito que habrá esta puerta —Jungkook tiraba de la manga de un pobre beta de unos sesenta años.

—Señor ya le dije que si no es familiar no puedo abrir esa puerta así por así.

—Yo soy su hermano —habló Jimin con desesperación.

El hombre lo miró detenidamente, y después sonrió.

—Oh, claro a usted lo recuerdo.

Jimin asintió

—Por favor habrá la puerta. Necesito ver a mi hermano.

—¿Ocurre algo, debería de llamar a la policía? —cuestiono el hombre con curiosidad.

—No, no es necesario. He perdido mis llaves y mi hermano no habré la puerta. Lo extraño mucho —mintió el omega con una pequeña sonrisa titubeante.

—Bien.

El hombre buscó entre tantas llaves llevándose bastante tiempo, aumentando la ansiedad de Jimin. Confiaba en su hermano y estaba seguro que no haría ninguna tontería pero a veces las situaciones te hacen querer hacer muchas de ellas.

—Gracias —dijo de manera rápida antes de entrar al apartamento.

Se dirigió en seguida a la habitación de su hermano, al abrir la puerta el fuerte aroma de tristeza le provocó un pequeño mareo. Ignorando eso, se adentró hasta llegar a la cama, dónde su hermano se encontraba acostado de manera fetal y totalmente cubierto con las mantas.

—Hobi —llamó con preocupación.

No obtuvo respuesta.

Quitó las mantas de la parte superior encontrando al omega dormido, sintió tristeza al ver su estado; tan pálido y delgado, ese no era su hermano.

—Hobi, despierta —pidió. Jungkook entro en ese momento y se colocó a su lado colocando un brazo a su alrededor.— Hobi.

El omega se removió sobre la cama, abrió los ojos lentamente y parpadeo varias veces hasta que los enfocó.

—Chicos, ¿Qué hacen aquí? —cuestionó Hoseok casi en un susurro.

Jimin corrió hacia él abrazándolo con fuerza, Hoseok sintió enormes ganas de llorar, necesitaba tanto eso. La tristeza que tenía era más fuerte que sus ganas de seguir adelante, Taehyung no lo había buscado en ningún momento. Hasta ese momento seguía negando lo que su lobo había dicho pero conforme pasaba el tiempo comenzaba a creer que era verdad. Taehyung solo había jugado con él.

Esa era la única verdad.

Las lágrimas entorpecieron su vista y aunque intento no soltarlas no le funcionó. Gotas resbalaron por sus mejillas soltando todo el dolor que sentía, sollozando fuertemente. Jimin lo abrazó aún más fuerte y vio entre lágrimas como Jungkook se acercaba hacia ellos uniéndose al abrazo.

Internamente les agradecía, porque no estaba seguro de poder decirlo en voz alta, les daba gracias por su preocupación y apoyo, por entender que no quería hablar del tema pero le aseguraban un lugar donde poder refugiarse y llorar tranquilamente.

[• • •]

Las horas y minutos pasaron de manera tan lenta que le desgarraba el alma, la tristeza lo consumía por completo, la desesperación y las dudas no lo dejaban. Su lobo aullaba de dolor puro, su pareja le había sido arrebatada y Hoseok no podía hacer nada. Su motivación se había ido y con ello los colores de sus días, ahora eran completamente grises sin una pisca de color.

Jimin y Jungkook no se habían ido de su apartamento desde aquel día que lo encontraron en su cama durmiendo, lo han estado cuidando como si de un cachorro lastimado se trataré, lo que no se alejaba mucho de la realidad. Detesta ser una carga para su hermano y amigo, pero su lobo no lo ayuda a mejorar, sabe que está mucho más lastimado que él mismo, le duele que su alfa lo haya abandonado y rechazado.

Innumerables de veces intento hablar con su lobo pero él no respondía y temía que le pasara algo, cómo morir silenciosamente y nunca más volver a oírlo e incluso sentirlo. Necesitaba escucharlo por más mínimo que fuera, y sabía que eso no lo lograría a menos que tuviera un motivo para hacerlo.

Por eso decidió ir con el único que podía hacer que volviera a sentir a su lobo, aún cuando esté mismo fue quien lo hizo caer en ese abismo.

Decaído subió al ascensor recargó su delgado cuerpo en una de las cuatro paredes mientras llegaba a la primera planta, miró su reflejo por unos segundos la desgastada camisa negra en conjunto a su pantalón y tenis del mismo color.

Tan pálido y demacrado, sin energía, totalmente solo.

Salió del edificio caminando de manera lenta tropezando con sus propios pies de vez en cuando, tomó un taxi en la esquina de la calle indicando con un susurro la dirección de su jefe, suspiro con pesar viendo cómo se alejaba de las calles conocidas y adentrándose a la residencia del menor.

Cuando bajo del auto sintió su garganta cerrarse al ver de nuevo el elegante y gran edifico de dónde hace semanas salió desconcertado. Tomó una fuerte respiración a pesar de sentir que no llegaba oxígeno a sus pulmones y dió paso para cruzar la calle.

Se detuvo con miedo, miedo de ver a Taehyung y de lo que le pudiera decir.

Tras varios segundos de pelea interna decidió enfrentarlo, avanzó con determinación hacía la calle sin mirar a ningún otro lado que no fuera el edificio de frente.

Su concentración era directa en el alfa  tanto que no escucho el grito agudo que una mujer soltó en su dirección y mucho menos el sonido de un auto en un intento de frenar.

Un golpe.

Gritos de espanto y preocupación.

Un accidente.

Recuerdos viniendo, uno tras otro.

Y de repente todo volviéndose negro.

_-_-£-_-_


Muchas gracias por sus votos, comentarios y paciencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Muchas gracias por sus votos, comentarios y paciencia. Les amo mucho UwU.

¿Les gustaría que les dedicará un capítulo?.

Si es así comenten y en el siguiente capítulo lxs etiqueto.

FRUTOS ROJOS | VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora