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Hoseok salió del auto cuando el castaño le abrió la puerta.

—¿Q-qué hacemos aquí?.—preguntó confundido.

Hoseok se sorprendió ante la bella vista que tenía frente a sus ojos; los haz de la luna reflejados en el bello mar, la arena sintiéndose suave bajo sus pies, un paisaje hermoso y relajante.

—Cierra los ojos.—pidió el menor de manera risueña.

—¿Qué? ¿Por qué?.

Taehyung rio.

—Hazlo por favor.—dijo colocándose a su lado dándole una mirada de cachorro.

—Bien.—accedió no muy seguro.

Hoseok sintió como el castaño le colocaba un pañuelo sobre sus ojos, sonrió con ternura y se dejó guiar por el alfa.

Comenzaron a caminar adentrándose a la playa, Taehyung guiando al omega que, tembloroso caminaba a su par. Cuando el alfa llegó al lugar donde tenía preparada la sorpresa se detuvo haciendo que Hoseok hiciera lo mismo.

—¿Q-qué pasa?, ¿Hemos llegado?.—cuestionó Hoseok con nervios.

—Si, quitaré el pañuelo pero aún no habrás los ojos, ¿entendido?.—dijo Taehyung colocándose detrás del más bajo.

Deshizo de manera cuidadosa el nudo de la tela y la quitó por completo del alcance del pelinegro.

—Tae.—llamó Hoseok.

—Puedes abrir los ojos.—susurró en su oído, sintiendo como se estremecía al tener sus manos en la cintura del omega.

Hoseok comenzó a abrir los ojos de manera lenta, parpadeando varias veces intentando acoplarse a la luz brillante que la bella Luna emitía, observó la pequeña mesa que tenía al frente y a la distancia unos músicos tocando una melodía lenta.

Una felicidad lo inundó por completo.

—¿Te gusta?—preguntó Taehyung en un susurro.—Hoseok.—lo llamó al no tener ninguna reacción de su parte.

Hoseok giro su cuerpo hacia el más alto y se abalanzó a él, tomando a Taehyung por sorpresa.

—¡Me encanta!.—chilló feliz.

—¿De verdad?.—preguntó aún teniendo entre sus brazos al mayor.—¿Cenamos?.—Hoseok asintió y se apartó del castaño, ambos tomaron asiento uno al lado del otro.

La cena transcurrió con tranquilidad, totalmente cómodos y disfrutando de la compañía del otro, compartiendo risas de vez en cuando y hablando de cosas triviales así como un poco más de sus vidas.

—¿Me hace el honor de compartir esta pieza conmigo?.—preguntó Taehyung con un sonrisa en su rostro.

Hoseok miro unos segundos la mano extendida que el castaño le ofrecía antes de desviar su vista a los cautivadores ojos grises del alfa, con una sonrisa colocó su mano en la palma del menor y se levantó del asiento sin quitar la mirada de los ojos contrarios.

Comenzaron a moverse al compás de la melodía, pasos suaves siguiendo el ritmo sin prisa alguna, disfrutando del sonido que las olas del mar hacían, sus cuerpos pegados, sin segundas intenciones, sus lobos felices de estar juntos. La luna alumbrando sus cuerpos y la arena reflejando sus sombras, ambos totalmente cómodos el uno con el otro.

Taehyung apegó el cuerpo del más bajo hacía sí mismo, sin llegar a lastimarlo, pero logrando sentir su respiración cerca de su piel.

—Hoseok—habló bajo, casi un susurro—¿Quieres ser mi novio?.

FRUTOS ROJOS | VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora