CUPIDO 💘 SEDUCTOR (borrador)

Cupido 💘 Seductor 11

Nunca pensó que ese ramo de rosas y el poema le darían una tarde de placer, tampoco sabía que Tomás vendría, solo lo llamó porque le pareció extraño su comportamiento, pero sin duda que llamarlo a su trabajo fue la mejor decisión que pudo tomar.

Sus besos, su cuerpo, todo de él es perfecto, la manera en como lo trató es simplemente maravilloso para él.

Ahora están los dos acostados en la cama de Alex, desnudos y ambos sumidos en sus pensamientos.

El ojiverde lo mira y está con el entrecejo fruncido.

"¿En qué pensará?".

— ¿Estás bien?— Sí, disculpa es que estoy pensando. Considero que ya es mejor que me vaya, tengo trabajo pendiente por realizar en casa — dice levantándose de la cama y empezando a vestirse.

— Está bien. ¿Nos volveremos a encontrar? — le pregunta, ya que Alex quiere que se repita.

— Claro que si — sonríe, esa sonrisa tan bonita que le hace perder en un mundo mágico — nos vemos bonito — le comenta y se marcha.

Alex se queda con una sonrisa boba, Tomás sería el chico indicado para formar una buena relación.

"Él es todo lo que necesito".

Llegó a su apartamento haciendo el menor ruido posible. En el camino a casa, no dejo de pensar en lo que hizo con Alex.

No lo piensa negar, él también le gusto esa experiencia, pero hay algo que lo frena y es Damián.

"¿Qué pasaría si se entera de que me acosté con el chico que le gusta?".

Es su mejor amigo, su hermano, eso seria traición y es lo que no quiere. Aunque ya lo hizo.

Pero Alex tiene ese no se que, que le atrapa de manera increíble, todo de él le encanta, le fascina y aunque esté confuso en este momento, de algo puede estar seguro es que siente una atracción hacia ese chico de ojos verdes.

Llega a la cocina y camina hacia la nevera a tomar agua y de repente observa una sombra que hace que se asuste mucho.

— ¡Por Dios Damián, avisa que estás aquí! — dice agarrando su pecho y suspirando para regular el susto que le otorgo su mejor amigo.

— Lo siento. Sé que me dijiste que no hiciera nada, pero no hice mucho; le envié 300 dólares en rosas y un poema sacado de internet, no es gran cosa. En fin ¿te llamo? — Tomás rueda sus ojos ya cansado con ese tema.

— No, no me ha llamado — mintió. Lo sabe, es un desgraciado — ese hombre quiere jugar con tu cabeza. Te voy a dar un consejo amigo, escúchame, ese chico acabará contigo, deberías olvidarlo, es mejor créeme, no sé, sal con otros chicos y explora otras oportunidades.

—¡No, lo quiero mucho Tomás, más que a mi propia vida y tú no lo entenderás! — dice y el de ojos azules suspira — quiere que sea su amigo — sonríe mientras su compañero lo observa — ¿Y sabes qué? Le daré el mejor amigo que nunca jamás en su vida tendrá — Damián termina de hablar y se marcha a su habitación. 

Tomás niega mientras bebe un poco de agua y luego se marcha a su cuarto para dormir.

Los días transcurren y las visitas que le hacía a Alex se intensificaban muchísimo más.

Besos, charlas para conocerse, abrazos e hicieron muchas veces el amor en casa del chico de ojos verdes. Tomás se enteró de que él no es hijo único; que sus padres no aceptan lo suficiente de su orientación sexual, más que todo su padre y otras cosas que hace en vida diaria.

Él también le contó algunos detalles que realiza, claro omitiendo grandes partes de su vida que no le apetece hablarlo y mucho menos con él. Él de ojos azules abre la puerta de su apartamento.

Viene de la casa de Alex.

El chico entra y enciendo la luz encontrándose con Damián sentado en el sofá tomándose una cerveza.

Él lo observa fijamente y muy serio que hace que entre en pánico de solo pensar que lo descubrió.

— Está saliendo con alguien — menciona y Tomás suspira con temor a ser descubierto.

— Damián. ¿Qué haces a oscuras ahí como un vampiro? — el chico lo ignora y bebe de su cerveza.

— Sale con alguien — vuelve a decir y se levanta del sofá — no dejó que yo lo llevara hasta su casa, apaga el celular a las 10 de la noche, subió una foto con alguien en el estado WhatsApp, pero cuando lo iba a mirar lo borró, su última vez ya no aparece. En fin, sale con alguien — La cara de sorpresa de Tomás es muy grande y su corazón comenzó a latir muy fuerte. "¿Es en serio lo que dijo?" — y averiguaré quien es — dice tomando de su cerveza de nuevo.

— Dios santo, Damián. Te estás convirtiendo en una persona tóxica, pero de los locos. ¿Es en serio lo que dijiste? ¿Estas al pendiente de él? ¿De cada cosa que hace o deja de hacer? — Tomás está molesto por la actitud de su amigo — es horas que de que te olvide de ese hombre, conoce a otro chico que en verdad quiera estar contigo. ¡Quiérete un poquito hermano! 

— No considero que a él le guste que conozca a otros chicos — dice sonriendo y Tomás se acerca y coloca sus manos en las mejillas de su amigo para que le mire directo a los ojos.

— Escúchame bien Damián, no necesitas de su permiso para hacer lo que te dé la gana. Sal de aquí y conoce a chicos que en verdad quieran estar contigo; ten sexo con algunos de ellos, diviértete, que sé yo. Pero hazlo, lo necesitas urgente y saca de tu cabeza a Alex que no te conviene. ¡Mira cómo te tiene amigo! Es más mañana mismo te voy a ayudar a conseguirte una cita para que por fin dejes de pensar en él — le dice y lo deja ahí y se marcha a su habitación.

Al llegar, se quite la ropa y me adentra a la ducha un buen rato, para refrescar su mente.

Hoy tuvo mucho trabajo y sin contar que mañana tiene que ejecutar el encargo de su jefe.

La chica se llama Alejandra y se la pasa en salón de belleza los días miércoles, así que mañana mata a dos pájaros de un tiro.

Damián que se haga un look que atraiga a los chicos y seducir a la pareja de su jefe para que regrese a sus brazos. Mañana será un gran día para Tomás Vásquez.

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