Capítulo 3

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El rubio suspiró antes de entrar al establecimiento.

Había sido una tarea completamente difícil conseguir permiso para pasar la tarde con sus amigos pero finalmente todo había valido la pena en el momento que sus ojos se cruzaron con los aquellos zafiro que habían robado varías horas de sueño durante los últimos días.

Una mueca de disgusto se posicionó en sus labios cuando vio que Luka rodeaba con su brazos a la azabache.

— ¡Adrien, por aquí! —exclamó Alya, el rubio se acercó al grupo—. ¿Y Kagami?

—Alya, te dije que Kagami no iba a poder asistir —respondió Marinette dedicándole una sonrisa a Adrien.

El modelo se estremeció ante su mirada, nunca se había sentido de esa forma. Lo que había empezado cómo un juego amistoso Adrien y Luka lo habían convertido en un juego competitivo llevando la delantera el rubio solo por dos puntos, mientras que, Marinette aún le tomaba trabajo tomar la pelota de bolos quien era rápidamente auxiliada por el azabache provocando una mueca de asco por parte de Adrien.

— Mari, ¿me acompañas al baño? —preguntó Alya, no soportaba más ver todas esas escenas y no entender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo. La franco-china la acompañó mientras que el rubio no retiraba la mirada de ella.

— Esto, yo también tengo que ir al baño, vengo en un segundo —se disculpo Adrien siguiendo a sus compañeras.

— Ah, ya veo, ¿ahora la acosas? —preguntó socarrón Plagg.

— Cállate, Plagg, solo quiero asegurarme que se encuentra bien.

— Sí, claro —respondió la pequeña criatura rodando los ojos.

Marinette y Alya se detuvieron en el pasillo que llevaba a los baños, mientras que el rubio se escondía tras el mostrador recibiendo varias miradas extrañas por parte de los que visitaban el lugar.

— Ahora dime, ¿qué pasa entre tú y Adrien?

— ¿Cómo qué qué pasa, Alya? —la azabache frunció el entre cejo mientras que el joven modelo escuchaba atentamente con el corazón acelerado.

— ¿Crees qué no he visto las mirada asesinas que le tiraba a Luka? Entiendo que salgas con él, Mari, luego después de lo qué pasó con Kagami pero yo creo que Adrien siente algo por ti.

« ¿Lo qué pasó con Kagami? Gracias, Alya, gracias.» Gritaba la mente de Adrien subiendo un ligero suspiro en sus pómulos.

— No, Alya. Adrien me confeso que la chica que ama es Kagami, desde la primera vez que la vio le gusto y entiendo. Tampoco estoy con Luka para olvidar a Adrien, él no merece eso y tampoco Kagami.

La mente del rubio iba mil por hora, ¿por qué su princesa utilizaría a Luka para olvidarlo?

— Marinette, aún no entiendo cómo puedes tener un gran corazón, sabes que no siento nada contra Kagami pero es una persona demasiado egoísta, luego que la escucharas decir que eras su única amiga y conocía tus sentimientos pero no iba a desperdiciar su oportunidad solo por ti, eso no habla muy bien de ella.

— Esto, Alya, la entiendo, no la puedo juzgar, al fin de cuentas yo no soy nadie para interponerme, Adrien y yo solo hemos sido amigos siempre y él nunca me ha visto como nada más como eso.

— Pero..., Mari, el chico es un poco ciego pero estoy segura que está empezando a descubrir sus verdaderos sentimientos hacía ti.

Adrien, nuevamente, agradeció la ayuda de su amiga a todos los dioses.

— Basta Alya —exclamó Marinette con voz dura, rápidamente relajó sus facciones y le dedicó una sonrisa triste, abrazo su delgado cuerpo con sus propios brazos—. Discúlpame, no puedo volver hacerme falsas ilusiones, amiga, sobretodo porque sé que Adrien no me corresponde y yo ahora me siento completamente confundida, Alya. Adrien siempre será una persona muy importante en mi vida, será mi primer amor pero debo de dejarlo ir, no puedo perder de nuevo mi cabeza ni mi corazón, menos cuando tengo tantas responsabilidades sobre mí.

Un nudo pareció formarse en la garganta del rubio mientras sus ojos empezaba a cristalizarse, no entendía cómo había podido ser tan tonto y recién ahora empezaba a entender el valor que tenía la azabache para él.

— ¿A qué te refieres, Mari?

— A nada en específico. Lo siento, Alya, creo que esta vez te has equivocado además acepté darle una oportunidad a Luka, sé que no puedes entenderlo porque no todo está bien pero se siente bien estar con alguien me entienda y me vea tan cuál soy, Aly. Adrien nunca me ha visto más que como una amiga y cuando conoció a Kagami robó su corazón, nunca te he contado pero una vez Chat Noir apareció en mi azotea y mis papás confundieron la situación pensando que había algo más, Chat también aclaró que amaba a alguien más, nadie nunca ha visto realmente a mí, a Marinette porque nunca he sido tan deslumbrante, pero Luka sí, Luka desde el primer instante me vio a mí, a la verdadera chica torpe, creo que nunca me he dado la oportunidad de conocerlo, Alya, estar con él es más fácil, siento que puedo ser yo misma sin miedo a que se sienta decepcionado.

Si antes el rubio se sentía como un tonto ahora se sentía como un completo idiota, no solo había sido ciego sin ver los verdaderos sentimientos de Marinette sino que había sido un completo estúpido como Chat Noir.

Alya abrazo a su amiga con comprensión y ternura, que fue correspondido al instante. Ambas regresaron con sus demás compañeros, Luka sintió cómo el ambiente había cambiado y dirigió una mirada de preocupación hacia la azabache que fue respondida con una sonrisa tímida.

— Chicos, esto, mi papá acaba de llamar, me tengo que ir —hablo el rubio apareciendo en la escena. Sus ojos parecían cargar una tristeza abismal que se veía demostrado en sus hombros decaídos—. Hasta luego, chicos, pasadla bien. 

La azabache se removió incómoda en su asiento observando con el corazón encogido ver al rubio que aún quería marcharse con semblante decaído, cosa que, no pasó por alto por su acompañante, Luka le brindo una mirada de comprensión y un asentimiento, conocía los sentimientos de la chica por el modelo y aunque le dolían su felicidad valía la pena.

Marinette corrió a la salida chocando contra Adrien quién bajó la mirada hasta el rostro sonrosado de la chica.

— Adrien, ¿te encuentras bien?

Esa chica era increíble, después de lo idiota que había sido se encontraba justo ahí preocupada por su bienestar, realmente no la merecía.

— Estoy bien, Mari —susurro sin despegar sus ojos esmeralda con los azulados ojos de la peliazul—. Perdóname por todo, nos vemos luego.

Su mirada transmitía un arrepentimiento que Marinette no entendía, abrió los ojos con sorpresa cuando los cálidos labios del rubio pasaron un casto beso en su frente antes de retirarse dejándola con sentimientos encontrados y una confusión latente en su rostro.

Je t'aime [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora