Capítulo 20

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La luna brillaba en su mayor esplendor mientras que la serenidad envolvía todo París...

— ¡Prometo no volver hacerlo! Pensé que sería gracioso ¿está bien? —gritó el felino estando colgado de cabeza en la punta de la torre Eiffel—. Debo de confesarte que me tienes de cabeza, my lady pero no es necesario que ¡lo tomes en el sentido literal! Además estoy muy seguro que este es maltrato doméstico.

La heroína moteada estaba cruzada de brazos con el entrecejo fruncido observando al felino atado con la cuerda de su yoyó.

— Comunícale a tu cara que continúa sintiendo satisfacción ante esa incómoda posición que me orillaste a tomar.

— ¡Mi cara te comunica que no merezco esto! —protestó el felino con un puchero—. ¿Qué le dirás a nuestros pequeños catbugs? Estoy seguro que no aprobarán este maltrato a su padre, sobretodo, ¡me necesitas para que nazcan! Prometo portarme bien, Mari.

— Ahora todos piensan que salgo con Chat Noir, ¿te das cuenta lo peligroso qué puede ser eso? —cuestionó.

— ¡Lo sé! ¡Lo sé! Lo siento, bichito, prometo que no volveré a ser tan irresponsable —admitió el felino—. Pero debes de admitir que te ves encantadora sonrojada y sobretodo enojada.

La mirada soñadora del zagal hizo que la azabache sintiera sus mejillas calentarse desviando la mirada.

— Más te vale —sentenció dejando caer la cuerda haciendo que el felino cayera de cabeza—. Creí que todos los gatos caían de pie.

Chat Noir soltó una risotada jovial mientras acariciaba su cabeza donde seguramente más tarde saldría un pequeño chichón, la rodeó con sus fornidos brazos dejando un suave beso en la punta de la nariz.

— Puedo enseñarte qué tan de pie puedo caer —susurró seductoramente en su oído restregando sus cuerpos.

Ladybug se soltó del agarre con la cara ardiendo en vergüenza mientras su mirada se dirigía por toda la longitud para comprobar que no hubiera ninguna mirada indiscreta que los pusiera en apuro.

— Hey, tranquilo ahí, gato travieso —riño al tiempo que lo apartaba con su dedo índice cómo lo había hecho tantas veces en anterioridad—. Por tu terrible sentido del humor, tú eres novio de Marinette, así que debes de empezar a respetarla.

— ¡Pero si tú eres Marinette! —se quejó el héroe frunciendo sus labios en un puchero.

— ¡Yo soy Ladybug! —replicó cruzándose de brazos—. Debemos de arreglar esto antes que la situación se enrede más.

Chat Noir asintió recortando su distancia para robar un casto beso de los labios de la catarina para salir corriendo entre los tejos, era un gato travieso que nunca dejaría que su lady se aparte de él.

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Era uno de los ensayos de Kitty Section, Marinette observaba con detenimiento cada movimiento de la banda buscando empaparse de la personalidad de cada uno para así lograr un nuevo conjunto que concordará con su esencia.

A su lado, Adrien se encontraba con los brazos cruzados y el ceño fruncido, aún cuando era consciente que Luka era solo un amigo, sabía que ese término no significaba nada en cuestión del corazón, sobretodo por la experiencia que ese término al largo de los años le obsequió pues aunque se había empeñado en utilizarlo, siempre había existido algo más que solo eso, siempre la había amado.

— Pero qué insoportable —gruñó en voz baja.

— ¿Dijiste algo, Adrien? —preguntó la azabache volteándose hacía él.

— Qué es insoportable no poder tocarte..., ni besarte —susurró en su oído.

Marinette dio un pequeño respingo separándose ligeramente de él, sus labios se curvaron en un puchero asintiendo a sus palabras, pues, también para ella era difícil tener que contenerse delante de sus amigos.

Siempre había soñado el día en el que pudiera tener una relación con Agreste, ahora, mantenerla en secreto solo la hacía más duro de lo que pensó pero valía por completo la pena.

— Solo no dejes que se te acerque mucho, por favor —rogó.

— ¿A qué te refieres?

— Luka.

— ¿Te gusto el ensayo, Mari? —preguntó Luka interrumpiendo la conversación con una sonrisa ladina.

— Estuvieron muy bien —felicitó la azabache, Adrien rodó los ojos.

— Gracias, Nette, ahora veo que tú y Agreste están en mejores términos —observo provocando que el modelo soltara un bufido.

— Solo fue un mal entendido —explicó Marinette sintiéndose ligeramente nerviosa por el rumbo de la conversación—. Oh, ahí está Alya, debo de hablar con ella.

Antes que alguno de los dos jóvenes pudiera protestar se alejó con paso torpe hacía la dirección de su mejor amiga.

— Así que eres toda una rompecorazones, Mari —burló la periodista—. Primero Adrien, Chat Noir y Luka, pero cuéntame, ¿es verdad que Chat Noir es muy celoso?

— Ni te imaginas —murmuró lo por bajo haciendo que la pelirroja cuestionara, aclaró su voz y continuó reuniendo todo el valor que se le hizo posible—. Más bien, de eso quería hablarte, Chat Noir es increíble pero estos días me han servido para entender que no he podido superar a Adrien, sobretodo cuando veo que Chat se encuentra más interesado en Ladybug todo el tiempo.

— Ya veo —respondió Alya en un estado pensativo—. ¿Y qué crees que piense Ladybug de todo eso?

— Yo..., esto, no lo sé —soltó una risa nerviosa.

— Mira, Marinette sólo puedo decirte que yo admiro muchísimo a Ladybug pero no está sobre ti y lo mucho que te adoro, eres mi amiga del alma y sé lo confuso que pueden ser los sentimientos, solo cuida de tu corazón, porque solo el te puede dar la respuesta que necesitas.

— Marinette —interrumpió una tercera voz antes que Marinette pudiera responder—. ¿Puedo acompañarte a casa?

— Eres la mejor, Aly, no sabes lo mucho que te quiero —respondió abrazando a la periodista para después dirigirse aquellos ojos verdosos que hacían su corazón saltar—. Me encantaría, Adrien.

Agreste contuvo el instinto de tomar a la azabache de la mano, pues comprendía lo comprometedora que era la situación que él mismo había atribuido, pero se permitió tener el detalle de mantener la puerta abierta en un gesto caballeroso esperando que Marinette entrara.

— Me haces feliz, Dupain Cheng —se permitió confesar en la intimidad del coche—. No quiero perderte nunca.

— Y nunca lo harás, Agreste —prometió Marinette tomando la mano de su novio para dejar un beso en su dorso haciendo que sus corazones saltaran en la misma melodía.

Je t'aime [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora