Capitulo 24

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Habían pasado exactamente dos días con doce horas y veinticuatros minutos desde que el héroe Chat Noir había desaparecido así como tampoco se había sabido nada de Adrien Agreste.

Los ataques de akumas se habían erradicó por completo como en un abrir o cerrar de ojos como si el mal nunca hubiera habitado la ciudad de París.

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La luminosidad que erradicó no solo el amuleto que fue tirado a los cielos envolviendo cada rincón de la habitación. El grito del joven de cabellos dorados desgarró el corazón de cada uno de los que se encontraba a su alrededor.

Con ira tiro el pequeño amuleto que formaba un broche en forma de mariposa sintiendo como le quemaba.

— No te quiero volver a ver en mi vida —susurró de espaldas a su progenitor.

Impulsándose con su barra se deslizó saliendo de aquellas paredes que sentía que robaban todo su oxígeno y  quemaba con dolor su pecho.

Ladybug cayó sobre sus rodillas con el latido de su corazón latiendo cada vez más lento ante toda la energía que no había solo emitido su amuleto encantado sino que sí mismo cuerpo.

Wang Fu no había mentido solo en haberla elegido no solo como portadora de la creación sino que también como la guardiana, era la joven más fuerte y poderosa que había conocido en su siglo de años.

— ¿Estás bien? —preguntó Agreste después de seguir con la mirada cómo su hijo desaparecía.

Ladybug le dedicó una mirada incrédula, Gabriel le ayudó a ponerse sobre sus pies con un encogimiento de hombros. Emilie Agreste había sido lo más importante de su vida junto a Adrien, con ello había llegado a la promesa de siempre proteger a su pequeño y adorado Adrien.

Había fallado, pero quién podía llegar entender lo que se siente perder a tu alma gemela, al amor de tu vida, aquella persona que le perteneces sobre todas las cosas.

El sonido de una alarma hizo que ambos se sobresaltaran volteándose inmediatamente aquella vitrina de vidrio donde se encontraba la mismísima Emilie Agreste.

— Está despertando pero ¿cómo...? —el diseñador sintió cómo su pecho se apretaba contra su cavidad torácica en el momento en el volteo su mirada.

Ladybug se levanto, tomando aquel amuleto en forma de mariposa de se encontraba tendido en el suelo.

— Tienes que darme el miraculous del pavo real.

Aún absorto sobre sus rodillas tendido frente la cápsula que se había encargado de mantener con vida a su esposa con dificultad subió su brazo señalando no solo dónde se encontraba el prodigio sino que también el libro y tableta con aquellos secretos que una vez había robado.

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Marinette se encontraba completamente sumida en una pequeña depresión y preocupación, su rendimiento escolar había bajado ante la ausencia de su compañero que sentaba en el asiento frente a ella, poco era lo dormía ya que cada noche se esforzaba en salir a recorrer todas las calles de París en busca de su felino.

— No puedes continuar así, Marinette —sentenció Tikki, quién aunque no lo hubiera querido admitir se encontraba sumamente preocupada por Plagg.

— No puedo continuar sin Adrien, Tikki, yo..., yo solo no puedo estar sin él...

Su oración se fue interrumpida ante aquel alarmante sonido que se escuchó en la azotea, con el corazón latiéndole cada vez más rápido y fuerte se acercó en estado vigilante, la oscuridad de la noche dificultaba su visión.

Je t'aime [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora