Capítulo 12

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Aceptó ser tu novia, Chaton.

Adrien sintió un hormigueo todo su cuerpo que subió hasta sus mejillas provocando un sutil sonrojo, su corazón martillaba fuertemente contra sus costillas, ¿eso sentía estar enamorado? Sentir cómo tu cuerpo se inunda de emociones que sientes que en cualquier momento rebasara lo natural, provocando que en cualquier momento tu corazón deje de latir por las arritmias provocadas.

»» Si esto es cómo se siente el amor, estoy dispuesto a morir con gusto por mi princesa.

Sin poder detener su impulso la beso, la beso cómo si su vida dependiera de ello, rodeó el delgado cuerpo con sus brazos atrapándola hasta él provocando que sus pechos se rozaran, sin poder contener sus acciones deslizó sus manos hasta la cadera femenina jalando con fuerza hasta sentarla en su regazo, justo en su creciente y dolorosa erección, el contacto de sus sexos provocó que soltaron un jadeo de placer que hizo que sus bocas se desunieran, oportunidad que el felino aprovechó para continuar la cadena de besos húmedos por todo su cuello, siendo la camiseta de la joven un impedimento sin miramientos la retiro dejándola únicamente en un brassier de encaje blanco, Chat Noir soltó un gemido y se retiró un poco solo para observarlo, con los ojos brillantes de deseo.

Marinette tapó con sus propias manos sus pequeños pechos.

— ¿Por qué me miras así? —preguntó en un susurro la azabache.

— ¿No lo sabes? Eres preciosa —respondió el héroe, pasó su lengua por sus propios labios y retiró las manos de su, ahora, novia. Toco sus pechos con suavidad, apretujándolos provocando que Marinette arqueara su espalda, pasó suavemente sus garras haciendo que la joven se estremeciera en sus brazos—. Eres encantadora, eres un ángel, un ángel que tiene a este pobre felino a sus pies.

Cuándo Marinette iba a responder su labios la silenciaron mordiendo ligeramente sus labios, bajo hasta su cuello succionando cómo si fuera el néctar que necesitaba para sobrevivir, bajo hasta la clavícula mientras que sus manos bajaron por su figura hasta llegar a sus piernas totalmente desnudas por ese pequeño short de algodón, acarició bajando y subiendo con sus garras suavemente mientras que su boca llegaba a otro punto ansiado: sus pechos.

La cabeza de Marinette no podía concordar ningún pensamiento coherente, todo se llevaba por el deseo y excitación que provocaba el héroe en ella, él levantó su rostro y por un momentos sus ojos se conectaron y su corazón se detuvo cuando en vez de vislumbrar al felino vio el rostro de Adrien.

— ¡Ahh, no! —gritó. Soltó un brinco haciendo que cayera del regazo de su novio pegándose fuertemente en el trasero con el duro suelo. Se tapo la boca con sus manos, parpadeando un par de veces.

— Mari, princesa ¿te encuentras bien? —preguntó el héroe tomando sus manos, preocupado, ¿había hecho algo mal?—. Y...,yo ¿te lastime? Perdóname, perdóname, princesa me es muy difícil controlar mis impulsos cuando estoy contigo.

— Todo está bien, gatito..., es solo que..., no estoy lista —respondió con sinceridad, avergonzada bajo su rostro—. No hasta que pueda olvidar por completo a la otra persona...

Chat Noir sintió como si una vara de hierro totalmente en llamas se atravesara en su corazón del dolor al escuchar esas palabras, los celos flameaban en su pecho, hizo una mueca y retiró la mirada un par de segundo.

— Entiendo, princesa y agradezco tu honestidad, esperare el tiempo que sea necesario para que seas mía en cuerpo y alma, Marinette.

Sus palabras la descolocaron, segura e intensa era su mirada, un escalofrío recorrió su espalda y lo abrazó fuertemente, beso sus mejillas, su nariz, su frente y por último en sus labios, definidamente ella no merecía alguien tan bueno cómo él. Chat Noir debía de conocer la verdad, él merecía honestidad, debía de saber quién era Ladybug pero el miedo de que no la perdonara por ocultárselo se lo impidió.

Je t'aime [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora