Capítulo 2.

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Actualidad...

Camino por toda el área departamental de mi carrera a dirección escolar después de que los maestros me prohibieran la entrada a clases. Entro en aquella oficina esperando que no sea nada malo y escucho la peor noticia por parte de la secretaria de dirección. El financiamiento otorgado por el banco no estaba cubriendo en totalidad mi colegiatura. La secretaria amablemente me explica la situación y la única solución que la escuela proporciona a los estudiantes es un plazo corto para poder conseguir el dinero de la colegiatura completa y pagar. Termino de escuchar a la secretaria y salgo de la oficina con la mente nublada, apenas cumplía una semana en Italia y ya tenía problemas. Me siento en una banca a fuera del instituto para pensar con claridad cómo resolver este problema, la cantidad de dinero que se me deposito en mi cuenta se dividió en partes para pagar el transporte del diario, la renta de un departamento pequeño, la comida, material que ocupara en la escuela y una parte considerable para la colegiatura que se me había asignado por venir de otro país.

Pero ahora las cosas habían cambiado. ¿Qué vas a hacer Isabel? ¿Pedir dinero a tus padres? Por supuesto que no, insistí en venir aun conociendo los pocos recursos que teníamos en casa. Les había asegurado a mis padres que tenía todo perfectamente calculado y que no padecería como ellos habían pensado al inicio. No me imaginaba que la escuela decidiera algo tan drástico y fuera de lugar como el no respetar su convenio con mi universidad en México. Me comunicaría con ellos en algunas horas para saludarlos pero no les contaría nada, hasta que arreglara el problema. Tome mis cosas y me regrese al departamento, no tenía caso que me quedara afuera del instituto. Cuando llego rápido empiezo a mandar correos a mi universidad de carácter urgente para obtener respuesta lo más pronto posible. Conociendo como es el sistema y por el cambio de horario sé que me responderán en cuestión de días.

Lo que resto del día me limite a rechazar llamadas de algunos compañeros de la universidad y me concentre en sacar cuentas. Principalmente revise varias veces el contrato de renta del departamento para saber si podía llegar algún acuerdo con mi casera. Las palabras eran claras, no importaba en que parte del mundo me encontrara, si hay algo que no esperan son las rentas y aunque maneje un precio bajo el departamento en el que me estoy quedado, la regla de pagar a tiempo no tiene replica, sigue en pie.

Me recuesto agotada sobre la mesa porque no encuentro una solución a mi problema, por un momento pienso en mi directora de tesis, pero descarto la idea porque no quiero abusar, ella es una de las mejores personas que conozco, cree mucho en mis capacidades y fue la que me motivo a salir del país a prepararme. La considero como mi segunda madre, se el afecto que me tiene y no dudaría que no terminaría de contarle el problema cuando ella estaría depositando a mi cuenta el dinero que ocupara. Pero no aceptaría eso y tampoco le contaría del problema. Así que la última solución que encuentro mientras espero respuesta de los correos, es conseguir un empleo. Empiezo a buscar en páginas de trabajo, selecciono algunas ofertas y envió la solicitud. Me quedo mirando un rato la computadora y me levanto agotada mentalmente para prepararme algo de comer, mi cena consistió en unos tacos de queso y aguacate, no es mucho pero todavía no hago el súper completo y es lo que está en el refrigerador. Después me tomo una pastilla para el dolor de cabeza y tomó la llamada a la persona que más fastidio toda la tarde.

-¿Por qué no miras en el periódico Isa? Es más seguro y rápido que encuentres un empleo allí- me dice Fiorella Bianchi, mi única amiga desde que llegue a Italia. Conozco muy poco de su vida, nos conocimos porque toma dos clases de mi carrera como optativas, platicamos un poco entre clases y congeniamos muy bien. Estudia administración de empresas, es muy inteligente, físicamente es atractiva, su idioma es italiano pero habla perfectamente español y es muy reservada en respecto a su familia. Desde que la conozco me conto un poco de su historia, sus padres murieron cuando estaba muy pequeña, su familia tiene una historia de éxito de generaciones por el desarrollo de una empresa multinacional productora de dulces europeos y tiene dos hermanos mayores de los que no habla muy seguido y no conozco.

Peligrosa atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora