– ¿No piensas decir nada? –pregunta sentándose enfrente de mí, niego con lentitud mientras las lágrimas mojan mis mejillas. Me ha tenido que amarrar y amordazar a una silla, como en el principio. –Era la única manera de que me escucharas. Ahora hablare y tú vas a escuchar en silencio.
No más, no hables. ¡Te lo suplico!
–Soy un hombre que daría su propia vida por su familia, mi trabajo implica que este arriesgándome constantemente pero es lo que me toco. Nací para esto, fui criado dentro de esta mafia y era mi deber asumir el control. No entiendes la gravedad del asunto, sé que piensas que mi negocio es algo pequeño pero es más grande que eso. Soy el líder de esta mafia. – explica con un tono amenazante sin dejar de mirarme. No sé qué reacción quiere de mí, podría estar gritando pero estoy tiesa, pareciera no estar viva pero mi corazón me demuestra lo contrario. – Soy el que asesina a personas que se involucran en mi camino, el jefe de la organización más grande en tráfico de armas, mismas que se utilizan para cometer los actos más barbaros y el que por las noches se reúne con otros matones a cerrar negocios o a saldar cuentas. – Esto era lo que me negaba a escuchar de su boca, en su voz no siento ninguna pizca de arrepentimiento y eso me hace temblar en mi sitio. El poder de sus palabras es horrible, soy consciente de que falta más en esta horrible historia y agradezco que no siga. No quiero más.
– ¿Quieres que te suelte? ¿Y detendrás esos gritos tan molestos? –pregunta sin obtener respuesta.
Hasta ese punto me da igual si me tiene amarrada o no, si me suelta es consciente de que me lanzare sobre él y terminare exactamente igual. Massimo se acerca para quitarme el paño de la boca, intenta quitar mis lágrimas pero por instinto alejo mi rostro de su toque.
–La empresa solo es una fachada–afirmo sin pensarlo. Todo un imperio, una vil mentira. Massimo asiente dándome la razón. – Fiorella mencionó que esta empresa era de su madre. ¿Ella sabía esto?
–Era consiente de todo. Fue construida con el propósito de cubrir el negocio de mi padre.
Niego lentamente sin poder creer toda esa mierda de información, no puede ser que su propia madre estuviera de acuerdo en vivir esa vida, en meter una empresa que su única misión era brindar un producto a la población a un negocio donde cada día matan a miles de personas. ¿Cómo pudo estar con un hombre así? ¿Qué tipo de mujer era? Mi mente me reprocha mi propia estupidez recordando las escenas donde me vuelvo amiga de Fiorella Bianchi y cuando estoy firmando contrato siendo participe en todo esto. Lo que más me revienta que permití que ese hombre me tocara. ¿Qué tipo de mujer soy?
– ¿Dónde está Fiorella? –pregunto sin pensarlo sorprendiéndolo por mencionarla.
No necesito más explicaciones de él. Me interesan las de ella.
–En cuestión de minutos entrara por esa puerta.
El ruido en el pasillo se presenta obligando a quitarse de enfrente. Lo agradezco enormemente porque no soportaba su mirada sobre mí. Fiorella entra sin avisar al despacho, junto con su equipo de seguridad y un hombre que parece ser su hermano. Todos miran la escena sin decir una palabra, no parece nada contenta con lo que esta presenciando y lo deja ver insultando a su hermano en italiano. Sólo por un momento pienso que ella realmente me aprecia y se preocupa por mí, pero ese sentimiento no dura tanto como me gustaría y me lastima a horrores.
No me permito apartar la mirada, a pesar de saber quién es y que representa su apellido, no tengo miedo. Tiene una suerte de que en este momento me encuentro amarrada porque realmente represento una amenaza para ella. Parece no entender la situación pero se acerca para quitar las cuerdas mientras me da una mirada interrogante, necesita saber porque estoy así y que pasó en estas últimas horas.
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Peligrosa atracción
Novela JuvenilMassimo Bianchi. Es un hombre Frio, calculador, controlador, y un despiadado asesino. Proveniente de la mafia italiana, siendo la cabeza de la más grande organización de tráfico de armas. Su mundo gira entorno a los negocios y a proteger a su famili...