Jimin iba relajado sobre el hombro de su doctor esperando a que abriera la puerta, - ¿qué crees que haces? ¿por qué les dices eso? - pataleo.
- Te voy a enseñar a quién perteneces - hablo con voz gutural él más alto.
- pero... ¡Jeon Jungkook! ¡no soy un objeto! - se sonrojo - ¡bájame ahora mismo!
- ¿No te parece una buena idea tener sexo en la playa, mientras gritas mi nombre? - cuestiono sin recibir respuestas, sonrío triunfante, - eso creí.
Cuando logro abrir la puerta, bajo a Jimin suavemente y en menos de lo esperado el rubio corrió escaleras arriba encerrándose en el cuarto, siendo seguido por Jeon que no alcanzó a entrar.
- Jimin, déjame pasar - gruño.
- sólo dame cinco minutos y prometo dejarte pasar, sólo trae hielo - hablo bajito tras la puerta.
Jeon rodó los ojos y bajo por el hielo, ¿qué cojones?, o sea, él debía estar desvistiéndolo y mostrando quién es su chico.
Por otro lado estaba Park sonrojado poniéndose un baby doll que compró en alguna ocasión, sólo por probar, y que por cosas de la vida había empacado en su maleta sin que el doctor lo viera.
Consistía en unos interiores tipo bóxer trasparentosos negros, con ligas rojas a sus costados cayendo por sus gruesas piernas y una camisa transparente roja de encaje.
Estaba nervioso, pero se decía así mismo que se veía sensual y podría provocar una erección en segundos a su ... ¿novio? no sabía qué eran, pero estaba listo para todo.Le quito el seguro a la puerta y se escondió en el balcón de la habitación. Cuando escucho los golpes soltó un suave "pasa".
Jungkook entró con el tazón de hielos sin comprender nada, puesto que su rubio no lo veía por ningún lado, no fue sino hasta que se giro sobre sus talones y lo diviso en el marco de la puerta del balcón. La luz tenue que desaparecía con el sol de la tarde hacía ver esbelta su figura, la pequeña cintura, la carita inocente destilando algo de lujuria, como iba vestido, sus suaves y marcados pasos al movimiento de sus caderas.
- ¿y? ¿te gusto? - mascullo un sonrojado Jimin mordiendo su labio inferior con lentitud y soltándolo lentamente.
Jeon pensaba en cómo podía preguntar eso, porque bien lo vio su pene salto de sus pantalones, la vista podría hacerlo venir, ¿era posible que existiera alguien tan erótico?
- ¿Por qué juegas así con mi cabeza, Park? - hablo de manera gutural tomándolo de la cintura y pegándolo a su cuerpo.
- No juego con nada - jugo.
- ¿cómo te atreves a preguntar si me gustas? - mascullo casi gruñendo por sentir la tersa piel de Jimin. - Hazte cargo de lo que provocas - jadeo girando bruscamente al rubio, refregando su dura erección en el trasero del más bajo, quién gimió por crear eso, su cometido se cumplió.
Jeon tomó del mentón al rubio y lo beso, brusco, duro, entrando en él como si nada.
Besar a JiMin era estar en el mismísimo cielo y bajar al infierno, cada vez era mejor y sentía que se volvería adicto, sí es que ya no lo era.Era la combinación de santidad con pecado.
Esos labios rosas pomposos eran dulces. Los estaba besando con tanto ahínco que no quería alimentarse de nada más.
Paso su lengua por el labio inferior lamiendo cada parte pequeña de los gruesos labios, morderlos y chuparlos, dejarlos rojos e hinchados.Empezaron una batalla campal por saber quién comía mejor la boca del otro, quién exploraba todo.
Y gano por supuesto el doctor. Mientras metía su lengua y la rosaba con sus dientes sentía que él chupaba está como una paleta, como si quisiera robarle el sabor.
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The Doctor. [Kookmin]
Fiksi Penggemar¿Qué pasa cuándo en vez de un señor de edad avanzada, le atiende un joven guapo y de su tipo? Situaciones caóticas, merecen medidas caóticas, ¿No? Park Jimin se enferma, es llevado a el hospital por su madre, pero en vez de un señor de edad le ati...