16

2 1 0
                                    

Llegaron al campo de batalla por segunda vez, la luz era poca en ese lugar debido a que los arboles eran muy altos. Todos bajamos de las camionetas y por suerte Zenda estaba apoyada en uno de esos árboles sin su casco y la lanza recostada igual que ella a ese tronco.

- No pensaba que llegarías primero que nosotros –Zigor se paró frente a ella-

- ¿Y que esperaba? –Lo miraba a los ojos-

- Siempre tan relajada aunque la muerte la persiga –Zigor mantenía su conversación con ella-

- ¿Debo tomarlo como cumplido o insulto? Gracias maestro por su charla y veo que se le está pegando los instintivos de la maestra Iris solo haga su trabajo ¿Si? –Tomo su lanza y su casco, lo dejo hablando solo-

El maestro los reunió pero Zenda seguía apartada.

- Como ya saben chicos, les deseamos mucha suerte estaré el pendiente de que lleguen sus exámenes de sangre para que así se les facilite las batallas al momento de la batalla –Fueron sus únicas palabras al respecto-

- Vamos Samay te prometo que te protegeré –Agarro a su compañera-

- Espero y tú también me protejas –Melania se lo recalcaba a su compañero-

- Lo que tú digas –Anhelaba esos exámenes de sangre para ver si le tocaba por lo menos la simpática de Samay-

- ¿Lista? –Jano le preguntaba su compañera-

- Más que lista –Izaro respondió con una sonrisa en su rostro pero la preocupación por su amigo Damián aún estaba presente ¿Qué le podría hacer ella ahora?-

- Zenda porque me empujas –Zenda estaba empujando a su compañero por la espalda-

- ¿No quieres que te toque? –Decía la chica desde sus espaldas-

- No es eso, ¿A dónde vamos? –Preguntaba Damián-

- A buscar nuestra muerte –Decía con tranquilidad-

- ¿Qué? –Sonó un poco alarmado-

- Tienes miedo a morir, ¿a morir junto a mí? –La chica seguía empujándolo-

- Te dije que no le tenía miedo a la muerte –Estaba seguro de su respuesta-

- ¿Te puedo preguntar algo? –La chica de los colmillos tenía una pregunta-

- Adelante nada te lo impide –Quería saber esa pregunta-

- ¿Por qué asesinas bestias? –Él no tenía en mente que preguntara eso-

- ¿Es un encargo no? El director nos mandó –Esas fueron sus únicas palabras-

Encontraron por fin con lo que iban a luchar.

- Damián, ha llegado el momento –Agarro su lanza con fuerza-

- ¿Estás lista? Zenda –También agarro su lanza con fuerza-

- Adelante, hagámoslo –Lo agarró del brazo y lo lanzo un poco alto-

Damián estaba en el aire, se sentía como un pájaro pero de una sola ala que no sabía cómo volar. En ese momento Zenda solo trepo un árbol lo más rápido que podía agarro la mano de Damián y mientras estaban en el aire solo le dijo

- Nosotros podemos ver uno –Decía con tanta seguridad-

Atravesamos el corazón de la bestia, no tocamos en botón de las explosiones la misma bestia exploto por si sola ¿Este es el poder de Zenda? ¿Esto es luchar con una bestia? ¿Esto es matar a alguien de tu misma sangre? Siento que su corazón está conectado con el miedo ¿qué clase de adrenalina es esta? Tras de eso estoy vivo, me siento más vivo ahora.

- Ya tenemos la sangre de la bestia Damián –Zenda la recogió y la puso en ese pequeño frasco-

- Somos un gran equipo –Estaba demasiado feliz-

- Los dos somos iguales, ya te lo dije antes –Seguía agachada en el suelo-

- Me siento demasiado vivo en este momento – ¿En verdad se sentía vivo?-

Zenda se acercó demasiado a él otra vez acortando esa distancia

- Y te sentirás a menudo de esa manera –Le quito el casco- Estaremos más cerca –Acaricio su barbilla- Y te gusta estar cerca de mi Damián –Susurro en su oído-

El chico no sabía que responder al respecto hay estaban de nuevo tan juntos y ella encantada con ese aroma que tenía él le atraía tanto ese olor era una delicia para ella para su nariz.

- Zenda, deberíamos volver a llevar la sangre –Hablo por fin el chico-

- Es cierto, vamos –Lo tomo de la mano y corrió en dirección a donde debería estar la camioneta-

Correr agarrado de las manos de ella, eran tan suaves aunque me lastimaran no las soltaría sería un dolor cariñoso, su cabello suelto se movía lado a lado mientras corría delante de él. Las hojas secas se escuchaban cada vez que las pisábamos mientras corríamos la poca luz se reflejaba en el traje de batalla de ella era tan cálida esta sensación solo la sentía con ella. Llegaron donde los maestros los demás no estaban ahí.

- Chicos buen trabajo –Zigor aún no creía que él estuviera de pie delante de el-

- ¿Lo demás dónde están? –Preguntaba por sus compañeros-

- Ya están en camino –Cuando termino de decir un "hey" de Joel se escuchó un poco lejos-

- Ya regresamos –Joel regresaba feliz con Samay, su compañera-

- Los demás viene atrás –Gritaba Joel-

- Aquí estamos –La voz chillona de Melania, esa voz se reconoce en cualquier parte-

Todos llegaron donde nosotros entregaron sus muestras de sangre recolectadas y esta vez todos si subimos a la camioneta incluyendo a Zenda que estaba comiendo pan dulce con Melania.

- Glotonas –Brais estaba al lado de Melania-

- Déjalas comer tranquilas –Joel que también estaba comiendo algo de pan dulce-

- Glotón tú también –Brais como siempre-

- Y tú no quieres pan dulce cabeza de tomate –Decía Zenda en total confianza-

Y así terminaron su día de batalla, en el resto del camino se ocultaba el sol.

Nuestro besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora