Después de la muestra tomada y haber descubierto la lanza dorada todos se fueron a sus habitaciones estaban demasiado cansados, una conexión sanguínea puede dejar agotado a cualquiera.
- ¿Sigues tratando de averiguar una respuesta en Damián? –Iris se hizo presente en esa sala-
- Solo noto un pequeño cambio en su zona hormonal pero es muy pequeño, de todas formas le hicimos el examen cuando acabo justamente de luchar debió estar muy exaltado –Zigor miraba el holograma con los resultados del examen de su alumno-
- Entregue las muestras de sangre de los chicos, Eider y Eros hicieron un gran trabajo –Iris orgullosa de ese par-
- ¿Qué te dijeron sobre Zenda? –Zigor estaba muy ansioso por esa respuesta-
- Será peligroso que Damián siga luchando al lado de ella pero esto puede dar un nuevo paso a la humanidad, así que por el momento Zenda y Damián pueden luchar juntos –Afirmo Iris con felicidad y preocupación en sus palabras-
- Podemos regresar, se está haciendo tarde –Zigor y Iris salieron de aquel salón, llegaron al internado-
- ¿Estás seguro que te sientes bien? –Jano cuestionaba a su amigo-
- Estoy de maravilla, ¿no estuvo asombrosa esa batalla? –Aún seguía demasiado feliz-
- Estábamos acabados hasta llegaron ustedes –Jano se acostó en su cama-
- Con que así se siente todo el poder de una lanza –Apretó su puño-
Jano solo miraba a su amigo desde su cama, pero la verdad sentía miedo de que le llegara a pasar algo.
- Deseo que la próxima lucha sea lo antes posible –Miraba el techo atentamente-
- Mejor vamos a dormir, fue un día agotador –Jano ya estaba arropado con su respectiva sabana-
- Sí, creo que será lo mejor –Decidió recostarse en su cama y mirar atentamente la ventana, estaba todo oscuro pero las estrellas ayudaban como pequeñas bombillas-
Pasó la noche, descansaron de esa ardua batalla que tuvieron.
- Damián, despierta –Llamaba a su amigo pero no respondía-
- Damián –Decidió por fin acercarse a el-
- ¿Estás bien? –Aparto la sabana de su amigo- Damián –Lo sacudió- Despierta –Poso su mano en su frente- Estas demasiado caliente, ¿tienes fiebre? –Toco el brazo de su amigo- Pero acá estas tibio –Toco sus pies ahora- Y en los pies estas frió, ¿qué está pasando? –Volvió a sacudir a su amigo-
- ¿Qué paso Jano? –Damián estaba todo empapado en sudor-
- Estas ardiendo, pero también estas tibio y frió por partes ¿Te encuentras bien? –Su amigo estaba preocupado-
- Estoy bien Jano –Sonaba tranquilo-
- Pero si tienes una fiebre muy extraña, ¿Acaso no la sientes? –Su amigo ya estaba comenzando a desesperarse-
- Me siento mejor en día de hoy, no tengo ninguna fiebre, no la siento –Damián se levantó de la cama- Alistémonos para no llegar tarde –Le dijo a su compañero, él se hacía nota que estaba bien-
Los chicos se arreglaron y fueron a su respectiva aula, Damián estaba normal caminaba con tanta tranquilidad ¿No se sentía mal? Eso pasaba por la mente de su amigo. Zenda estaba al lado de Damián y pasaba la mano por su frente ¿No se daba cuenta que su compañero estaba con mucha fiebre? Y la respuesta era no, no se daba cuenta.
- Zenda, quiero pedirte algo –Damián llamaba la atención de Zenda- Cuando te sientas sola quiero que sepas que aquí estaré –Sus palabras revotaron en la mente de Zenda-
- Y de qué hablaríamos Damián –Ella tan cercana a su pequeña presa-
- Hablaríamos cuando te sientas abrumada y sin ninguna salida –Sonaba como una promesa-
- ¿Es una promesa? –La chica de ojos rojos le cuestionaba atentamente-
- No sé si será una promesa pero quiero que no te sientas sola –Tan amable y atento eran sus palabras-
La chica lo rodeo con sus brazos por el cuello acercando su rostro de nuevo al de él ¿Eso se volvería una monotonía?
- Acepto tu propuesta –Susurro cerca de sus labios-
El solo sonrió ampliamente, estaba feliz demasiado feliz.
- Chicos –La voz del maestro Zigor se hizo presente de nuevo- Hoy no tendrán batallas así que tienen el resto del día libre pueden descansar nos vemos mañana –Desapareció de la vista de todos-
- Voy a la cafetería –Dijo Samay-
- Yo te acompaño –Se fue junto con Samay a la cafetería-
- Samay te puedo preguntar algo –El chico alto y delgado miraba solo sus pies-
- Soy toda oídos –La voz dulce y suave que ella tenía hizo que levantara la mirada-
- ¿Podemos prometer que nunca nos vamos a separar? –Tenía algo de nervios por su respuesta-
- ¿Qué tratas de decir? –La chica de dulce voz lo cuestionaba-
- Nunca nos vamos a ir de nuestro lado –El chico si antes estaba nervioso pues ahora y de milagro puede respirar-
- Lo prometo –Sonó segura esa pequeña voz-
- ¿En serio lo prometes? –Aún no se lo podía creer- Prometo que te protegeré en todas las batallas no te dejare sola, no tendrás más miedo –Estaba demasiado emocionado-
- Gracias Joel te prometo que tampoco tendré más miedo –La chica también hacia su promesa-
Así dos almas prometían sus sueños, el no tener temor y no separarse.
En el tiempo que Joel y Samay atrás le seguían los demás solo que Zenda se dirigió a su cuarto mejor
- No quieres venir a la cafetería Zenda –Gritaba al tiempo que la chica se desaparecía de su vista-
- Damián, tenemos que hablar –Dijo Izaro llamando la atención del chico-
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Nuestro beso
RandomPasado, traumas, romances. Es lo que abarca la vida de Zenda, cosas que quiere borrar de aquello volver a iniciar es lo que mas desea en su vida, que todo hubiera sucedido de distinta forma. Recuerdos borrados, memorias perdidas, incognitas es lo q...