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Me levante algo cansando, después de ese beso no sé en qué momento ella desapareció me encontraba desplomado en la tierra anoche y solo ¿ella? No sé cuándo se fue. Ahora estoy en mi habitación cansado pero por alguna razón me siento diferente.

Me fui lo deje solo anoche si me encontraba a su lado me llenaría de preguntas ¿Por qué lo hice? Quería volverlo mío.

- Zenda ¿estas lista? –Preguntaba la mayor-

Estaba más que lista, ya tenía todo puesto solo que ahora un pequeño lazo rojo amarrado en mi cabello combinaban perfectamente él y mis ojos sin más nada que hacer me dispuse a salir caminaba como normalmente lo hago al igual que siempre molestando a la maestra.

- ¿Maestra como amaneció hoy? –Preguntaba mientras daba vueltas-

- Cuidado tropiezas con alguien como paso ayer –Hice caso omiso a lo que dijo-

- Si responde dejare de dar vueltas –Seguía girando sin control alguno-

- Amanecí bien Zenda y ¿tu? –Al escuchar sus palabras me detuve-

- Feliz –Freno al frente de ella con una gran sonrisa-

- ¿Y a que se viene esa felicidad? –Preguntaba con curiosidad-

- No le voy a decir maestra –Me volité rápido para seguir caminando-

- Maestra sabía que usted es muy entrometida –Dejo salir de su boca sin ningún rodeo-

- ¿Por qué lo dices? –Otra curiosidad se hizo presente-

- No le diré –Coloque mis brazos atrás para caminar derecho a esa aula vacía-

Y ahí estaba cruzando por donde tropecé con esa chica ¿Sera amiga de el? ¿Y los chicos que estaban ayudándola a ella también? No sé pero al rodar un poco mi vista no logre localizarlo, solo seguí directo a mi aula.

Estaba un poco retrasado al parecer Jano ya se había ido ¿No fue capaz de levantarme? Tan siquiera avisarme, pero bueno, seguro lo llamaron y no tuvo ningún tiempo así que salí directo a ese salón para mi sorpresa como que todos estaban esperándome ¿Para qué? No tengo la menor idea.

- Buenos días chicos –Salude en general mientras posaba mi mano detrás de mí nuca por la vergüenza-

- 30 minutos tarde Damián –Se dirigió Izaro a él con un tono molesto-

- Perdón no volverá a pasar lo prometo –Juro sin saber-

- Eso espero –Se alejó de el para volver a ser el centro de atención de todos-

- Escuchen bien muchachos, hoy vamos a tener nuestro primer encuentro con el director me hizo el llamado ayer en la noche para que nosotros 9 nos presentemos ante el en su oficina lo que significa que tenemos que viajar fuera de las instalaciones para poder verlo, no sé qué nos dirá pero le pedí al maestro Zigor que nos acompañara así lo pidió el director, la camioneta arrancara dentro de 12 minutos así que estén listos muchachos el profesor vendrá por nosotros para guiarnos a la camioneta -Así fue como el comunicado de nuestra líder Izaro termino, dentro de poco saldrá nuestra partida todos estábamos listos para irnos-

- Oye Jano -Pose la mano en hombro de mi compañero- ¿Porque no me despertaste esta mañana?

- Te mirabas cómodo dormido también algo cansado así que decidí no molestarte, tampoco es que fuera la primera vez que llegaras tarde pero batiste tu récord a 30 minutos tarde –Decía a lo último con tono de burla-

- No molestes, yo nunca llego tarde –Estaba apenado y molesto por lo que dijo pero más apenado-

- ¿Estás seguro? –Preguntaba de nuevo para sacar un nuevo chiste de su amigo-

- Más que eso querido compañero –Sonreía esperando el mal chiste-

- Damián, puedo preguntarte algo –Sonaba algo curioso al igual que su mirada-

- ¿Si? Dime –Respondió con firmeza-

- Era que –La voz de un chico de hizo presente Joel se hizo presente-

- Chicos vamos, los demás los están esperando ya en la camioneta –Decía señalando la camioneta ya estaba estacionada abajo-

Jano y yo bajamos lo más rápido posible junto a Joel ese chico de cabello café oscuro alto y delgado que nos avisó que casi perdemos el viaje o más bien Izaro lo mando a buscarnos seguramente.

- Chicos que les pasa en el día de hoy –Soltó esa voz suave y tímida que tenía Samay, muy tierna ella-

- ¿Porque llegan hasta ahora? Estábamos aquí desde hace mucho tiempo –Soltaba sus quejas-

- Cállate Melania –Dijo Brais cansado de escuchar su voz- Súbete y deja de hablar ya por favor –Rogaba que alguien la callara de una vez-

- Cabeza de tomate un poco más de respeto –Se subió de nuevo a la camioneta si reprochar-

- Como que cabeza de tomate –Estaba aburrido que siempre lo llamara así-

- Cabeza de tomate –Jano decía algo gracioso-

- ¿De qué te ríes? –tenia molestia-

- De ti obviamente –Soltó Joel con una carcajada-

- Dejen de burlarse por las cosas estúpidas que dice la señorita rulitos –¿Pensaba que nos íbamos a reír de eso?-

- Eso no da risa cabeza de tomate –Salió esa voz desde la camioneta-

- Se ríen y no suben completos a la camioneta –Decía en un tono amenazante-

- ¿Samay quieres que te ayude a subir a la camioneta? –Dijo Joel en tono caballeroso hacia la dama-

- Muchas gracias –Tomo su mano-

Ella tomo su mano, un leve rubor se hizo presente en Damián, subió rápido a la camioneta.

- Qué asco –Decía al presenciar la escena de florecitas de Joel-

- Sube rápido cabeza de tomate, o también quieres tomar mi mano –Decía riéndose-

- Jamás la tomaría –Se subió de una vez-

- Bueno Jano –Le dijo a su compañero-

- Ni lo pienses –Subió con rapidez-

- No me refería a eso pero bueno –Subió atrás de el-

Comenzaron el camino salieron de ese lugar para llegar a donde el director el fundador de estos internados y el jardín todos están agradecidos con el por qué sin el todo el mundo estaría en malas condiciones, le debemos nuestro proceso de vida a él. En el camino todo era silencioso nadie hablaba y eso, estábamos con los ruidosos de Brais y Melania han pasado varios minutos de viaje pero no han tenido sus roces de pelea entre ellos hasta ahora claro no se sabe cuándo podrían llegar a explotar y formar su revolución, ya que todos estaban en silencio pensando y algunos mirando sus pies se podría ver como a medida que pasaba el auto se levantaban las hojas seca el suelo unas amarillas otros en un tono marrón aun no puedo procesar lo que paso ayer en ese lugar, su mano, su piel rasgada la sangre de ese rojo tan inusual la luna detrás de ella jugaba un buen papel en ese momento pero la cercanía se su boca cuando la abrió pensaba que me iba a devorar todo fue inesperado no pensaba que algo iba a suceder solo pensaba charlar y sacarme de dudas pero creo que si le cuento a alguien que esa chica unió nuestros labios lo tomarían con repugnancia no se ni que pensar solo que mi corazón latió demasiado rápido.

Nuestro besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora