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Al parecer si me tocaba asistir a esa ceremonia pero adivinen ¿qué? Este bicho raro va a estar alejada de los demás alumnos, ¿para qué asistir a un lugar donde todos me desprecian? Que no soy humana es lo único que saben decir al respecto de mí, pero ¿que se podría hacer? A veces deseo cambiar mi vida y descubrir que es la felicidad.

- Zenda – Llamo mi atención el tutor presente en el aula vacía-

- Levante la vista mirándolo fijamente- ¿Ya no me tiene miedo?-

- No, nunca te tuve miedo –Afirmo con un tono de voz directo-

¿Está seguro tutor Evans? – Junte mis manos-pues hace unos días lo escuche hablar con la maestra Iris que no quería enseñarle nada a este ser maligno que lo único que debían hacer conmigo era sacarme de este lugar, pero sabe que –Me levanté de mi lugar para caminar apasos cortos hacia el- Yo con mucho gusto saldría de esta jaula – susurre cercade su oído dejando que su cuerpo se congelara, quedo helado al igual que el cerebro de todas las personas que están aquí, que no parecen entender la situación que están viviendo en esta actualidad.

- Bueno tutor – Me alejaba de el- Gracias por la clase –Me dispuse a salir del aula rumbo a mi habitación, nada gano estando en este lugar-

- Sentí la muerte con cada paso que daba al acercarse a mí.

Después de salir y pasar por el pasillo lleno de alumnos, me lleve una grata sorpresa

- Hola de nuevo Zenda – Y ahí estaba la maestra Iris, recostada en el pedazo de manera que abría paso a la oscuridad de mi cuarto-

- ¿Y eso que traes entre las manos? – De ver que traía entre manos, ya saben la curiosidad mato al gato, pero yo no le tengo miedo a la muerte por que ya lo estoy y así me siento-

- Esta es tu ropa para la ceremonia – Le entrega el pequeño paquete cuadrado con una delgada cinta roja que estaba atada a el-

- Vaya enserio tengo que asistir a esa ceremonia – Tomaba el pequeño paquete mientras la miraba buscando una respuesta-

- Ya te lo recalque, el hecho de que estés apartada de los demás no es una excusa válida para que no asistas, estas aquí y duermes, comes aquí así que eres parte de este lugar – Sonreí de lado al escuchar las palabras de mi maestra-

- Si, hago parte de esta jaula que solo congela cerebros para no mostrar las realidades que tiene el mundo pero no sigo esos mismos pasos – La aparte de mi puerta- No quieres ver ¿cómo me queda el trajecito de ceremonia? – Entre a las sombras de cuarto o como le dicen los alumnos, el cuarto de demonio- Espero maestra – Me detuve en seco- y tu decisión de quedarte a mi lado no te traiga problemas.

Ella solo se dispuso a entrar a la habitación junto a mí para así poder ver si tomo una buena decisión de ser la instructora de este pequeño ser, además de ver cómo le queda el traje. 

Nuestro besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora