Tuvimos un merecido descanso después de esa batalla nos dieron unas pequeñas vacaciones de parte del director, nos enviaron a una cabaña el nivel completo, era bastante grande teníamos unas cuantas comidas no íbamos a demorar tanto tiempo en ese lugar solo serían dos días aproximadamente.
- Yo quiero dormir con Damián –Reprochaba la chica de los colmillos-
- No puedes dormir con él, nos tienen prohibido dormir con los hombres –Tendía la cama de la chica de los colmillos-
- Pero si es mío –Se cruzaba de brazos-
- No es tuyo no es un objeto –Afirmaba Izaro-
- Celosa pelinegra –Se acercó a ella- Umm tienes olor a mandona –Metió a su boca el chupete que estaba comiendo-
- Aléjate de mí –Se la quita de encima- Obedece las regalas Zenda, no vas a dormir con Damián, tienes el cuarto para ti sola de todas formas
- Yo quería dormir con mi compañero -Miraba atentamente la amplia habitación-
- Bueno ya todo está arreglado –Acomodo las cosas y salió de la habitación-
Loa demás se encontraban en la sala de esa cabaña todos estaban en sofá tomando su merecido descanso.
- ¿Qué quieren de comer? –Se escuchaba la suave voz de Samay desde la cocina-
- Yo quiero un pan con mermelada –Joel se dirigía a la cocina- ¿Algo en lo que quieras que te ayude? –Miraba atentamente a Samay-
- No te preocupes solo hare unos bocadillos –La sencillez y delicadeza eran parte de esa chica-
- ¿Está segura? –Le preguntaba a su acompañante sanguíneo-
- Antes de irte, puedes alcanzarme los vasos que estaba allá arriba –La chica señalaba la repisa- Por favor –Los buenos modales resaltaban en ella-
Y así fue como el chico delgado y alto alcanzo los vasos, además de ayudar a su compañera en las batallas también prometió no dejarla sola.
- Zenda –Damián tocaba la puerta de la chica- ¿Estás ahí? –Cuando de la nada se abrió y fue jalado para así encerrarlo en esa habitación-
Lo tenía acorralado en la pared, no tenía ninguna escapatoria.
- Duele ¿No? –Se alejó un poco de Damián-
- Sí, duele –La chica poso las manos en su pecho para comenzar a desabotonar su camiseta-
- Duele mucho –Paso la mano donde estaba la cicatriz del conjunto de venas que le quedaran de marca a el-
- Zenda... prometí no dejarte sola –La chica coloco un dedo en los labios de Damián para que dejara de hablar-
- La próxima lo harás bien –Acaricio su mejilla-
- ¿Quieres ir a caminar un rato? –Se atrevió a preguntar-
- Vamos, a menudo no salgo al mundo –La chica abrió la puerta- ¿Qué haces ahí de pie mirándome? Vamos –Camino hacia la sala-
El chico abotono su camisa, y paso junto a ella por la sala llamando la atención de todos, por casualidad estaban en la sala todos pero no dijeron nada al respecto.
- El sol está demasiado brillante el día de hoy –Miraba como su acompañante daba giros mientras caminaba-
- Damián –Pronunciaron los labios de la chica de los ojos rojos-
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Nuestro beso
RandomPasado, traumas, romances. Es lo que abarca la vida de Zenda, cosas que quiere borrar de aquello volver a iniciar es lo que mas desea en su vida, que todo hubiera sucedido de distinta forma. Recuerdos borrados, memorias perdidas, incognitas es lo q...