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- Brais baja los pies de la mesa –Melania que estaba limpiando la sala y su compañero lo ensuciaba todo-

- ¿Para qué limpiar si estamos de vacaciones? –La voz de relajo que tenía Brais daba molestia-

- Corrección, son unas pequeñas vacaciones de tres días –Jano que estaba sentado en el mismo sofá de él lo corrigió-

- Zenda –Estaba siguiendo a su compañera-

- ¿Umm? –Se voltio la chica-

- Es que –Estaba algo nervioso el chico-

- Solo dilo –Se cruzó de brazos- ¿Qué es eso? –Se inclinó un poco para ver que tenía atrás de él-

- Solo es –La chica se estaba acercando a el- Un regalo para ti –Ella freno delante de el-

- ¿Para mí? –Se señalaba así misma-

- Es un collar que encontré ayer cuando veníamos de regreso –Estaba tímido el chico-

- ¿Me lo puedes entregar? Por favor –Quería verlo-

- Ah, sí, si cierto –Estaba apenado de decirle que era en vez de entregárselo de una vez-

- ¿A quién espiamos? –Apareció Jano atrás de Izaro-

- No me asustes así –Se colocaba la mano en el pecho-

- Perdón –Una pequeña risa se escapó de el-

La vista de Izaro estaba tan cautivada en como su compañero le estaba entregando el presente a la chica.

- Ya sé que estas mirando –Le susurro, Jano también miraba con atención no la escena de Zenda y Damián si no como Izaro los veía-

- Él también te regalo algo ¿no? –Le decía a su compañera-

- Sí, fue un oso de peluche aun lo conservo –Sus ojos seguían admirando esa escena-

- No sé qué se podría guardar en ese collar lo único que note es que tiene un espejo –La chica miraba en collar, le faltaba brillo pero le gustaba así que se abalanzo sobre Damián con los brazos abiertos-

- Gracias, Damián –Abrazaba completamente a su compañero-

El chico tenía una sonrisa en su rostro puede que Zenda no lo esté mirando pero dos personas si observaban esa expresión.

Izaro tenía puesta la vista en ellos dos, sus ojos se abrieron cuando ella lo abrazo no pesaba que Damián le diera un regalo a Zenda eso no pasaba por la mente de ella.

- Creo que seguiré limpiando –La líder dio media vuelta y se fue-

Jano que era su acompañante no solo en las batallas también la tomaba como una amiga, se preocupaba por ella aunque le doliera la realidad.

Jano, Izaro y Damián estudiaron juntos desde pequeños tenían el mismo camino aniquilar bestias cuando hicieron los exámenes no pensaban que iban a quedar en el mismo internado y tampoco en el mismo nivel para ellos fue una grandiosa sorpresa que se encontraran de nuevo después de unos meses. Pero Jano recuerda que en esos días en el jardín él quería darle un regalo también a Izaro lo preparo perfectamente para ella, investigo para aprender cómo hacerlo pero Damián le gano era un osito de peluche para ella leyó e investigo como coser el de Damián estaba más bonito que el de él o eso paso por la mente de un niño de siete años en ese momento. Aún tiene el oso de peluche en la habitación del internado incluso Damián lo ha visto.

Nuestro besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora