-Kim Taehyung y yo estamos saliendo- Vociferó aquel alfa llamado Hoseok frente a sus amigos.
Fue lo primero que escuchó Jungkook al entrar a la institución. Como si un balde de agua fría cayera sobre él. ¿Por qué su hyung no le había comentado nada? ¿Acaso no tenía confianza en él? Amigos desde la infancia y aun así no confiaba en él, qué ironía. Sin embargo, no era algo que lo sorprendiera, ya que no era la primera vez que sucedía, seguro aun le mentía en varias ocasiones y él como estúpido le creía. La herida se sentía abierta otra vez.
Taehyung pasó por la puerta de entrada del lugar pocos minutos después, siendo acompañado por el omega rubio. Los dos amigos se acercaron al pequeño omega castaño con una sonrisa, sonrisa la cual no fue devuelta.
-¿Algo que comentar?- Habló serio mirando a Kim, cerraba su casillero pues ya había tomado los cuadernos necesarios para las primeras horas.
El pánico invadió a Taehyung.
Seguro ya sabe lo de las cartas, pensó y, haciéndose el tonto, negó.
Un bufido acompañado de una pequeña risa irónica fue lo que recibió como respuesta por parte del menor. Jimin se encogió de hombros ante la mirada de confusión que le brindó el alfa para luego ir en dirección a su propio casillero. El alfa, luego de quedarse solo, estaba dispuesto a ir a buscar a su bonito castaño, pero se vio detenido por una cabellera roja como el fuego, sí la tocaba... ¿Le quemaría?
-Hoseok hyung!- Saludó un alegre Kim, prácticamente olvidando su principal objetivo.
Había logrado entablar una amistad con aquel alegre alfa hace un par de días atrás luego de haber realizado un trabajo de grupo juntos. Aquel chico siempre mantenía una linda sonrisa en su rostro, vestía de colores alegres y era muy amable, su esencia de vainilla encantaba a todos y Taehyung no fue la excepción, amaba el olor de Jungkook antes que el de este chico, pero tenía que admitir que se veía cautivado por aquel olor a vainilla que dopaba todos sus sentidos. Antes de aquel trabajo habían hablado un par de veces, pero nunca lo suficiente como para mantener una amistad puesto que el alfa había quedado un año, por lo cual solía hablar más con los del año superior.
-Taehyungie- Abrazó el mayor.
Ante aquel acto de cariño el de piel canela no se vio afectado en lo más mínimo, no sabía que un omega de castaños cabellos miraba la escena con lágrimas acumulándose en sus ojos al confirmar lo que le aterraba.
Y es que Jungkook no podía entender por qué un nudo se le formaba en la garganta, impidiéndole el habla; no podía entender por qué aquellas fuertes ganas de llorar llegaban sin prisas para irse, sus lágrimas refugiándose en sus pestañas para no caer; tampoco entendía porque su lobo se sentía tan triste, sin ganas de sí quiera moverse, sollozando levemente, sintiéndose traicionado; no podía entender por qué su corazón dolía de ese modo, como si la herida provocada por la desconfianza se abriera aun más, permitiéndose ella misma sangrar sin pudor. Y es que aquel dolor en su pecho superaba en demasía a aquel sentimiento que sintió cuando se vio abandonado por Taehyung durante dos largos años, esto era algo mucho más fuerte, más doloroso.
¿Estaría enfermo y no lo sabía? Un recuerdo llego a su mente, era de su mamá hablando sobre una enfermedad del corazón, ¿Corazón triste? No, así no era... Piensa Jungkook. Y como si de un foco brillante se tratara, su mente se iluminó. Corazón roto... Pero ¿No era qué aquello solo le sucedía a las personas que estaban enamoradas? El solo quería a Taehyung como un amigo, al fin y al cabo quien conquistaba su corazón era aquella persona misteriosa con sus cartas.
Era así ¿No?
Sí, era así.
Taehyung era solo un amigo. Un amigo muy guapo.
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𝙲𝚘𝚗𝚜𝚚𝚞𝚒𝚜𝚝𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 ||𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜||²
Fanfiction𝘈𝘴𝘪́ 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘶 𝘢𝘤𝘵𝘶𝘢𝘭 𝘱𝘭𝘢𝘯 𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘯𝘲𝘶𝘪𝘴𝘵𝘢𝘳𝘭𝘰, ¿𝘕𝘰? -𝗔𝗷𝗮́, 𝗮𝗱𝗲𝗺𝗮́𝘀 ¿𝗤𝘂𝗲́ 𝗼𝘁𝗿𝗮 𝗼𝗽𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗺𝗲 𝗾𝘂𝗲𝗱𝗮? 𝘕𝘰 𝘴𝘦́, 𝘵𝘢𝘭 𝘷𝘦𝘻 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘺 𝘢𝘱𝘰𝘺𝘢𝘳𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘢�...