XII

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Taehyung miraba estupefacto al omega castaño, quien había rechazado uno de sus abrazos.

Poniéndonos en la situación. Era la hora del almuerzo, como siempre los tres amigos se sentaban juntos en una mesa. Esta vez el alfa decidió sentarse con el menor de los tres, se encontraba cariñoso sin saber la razón, por lo que bordeó la espalda del menor formando un abrazo que, rápidamente, fue disuelto por el brusco movimiento que había realizado Jungkook, y sin dirigirle una mirada al mayor siguió comiendo como si nada hubiera sucedido. Como si no hubiera rechazado a Taehyung.

Jeon aparte de sentirse traicionado nuevamente se sentía asqueado de sentir el delicioso aroma de avellanas de su hyung mezclado con aquel asqueroso olor a vainilla. Su lobo sollozaba aun más fuerte, pero intentaba disimular el gesto de disgusto que ésto le provocaba; su lobo no había parado de sollozar la noche anterior, no lo había dejado dormir y por más que intentó que le contara que estaba mal con él, su lobo se negó rotundamente a contestar o tal vez no podía debido a su llanto incesante.

-¿Kook?- Preguntó sorprendido el alfa, desde el día anterior que el de piel lechosa ponía cierta resistencia, esa pared que los dividía tiempo atrás había aparecido nuevamente y realmente la odiaba. -¿Estas bien?- Como la vez anterior, el chico no obtuvo ninguna respuesta. Frustrado y con un puchero en sus labios, intento dispersar sus pensamientos y comer.

Tal vez solo necesita espacio, pensó. Aun que, en su interior, sentía que algo iba mal. Su lobo se lo decía constantemente, pero no podía encontrar qué estaba mal en el castañito, se veía como siempre.

Jimin miraba a sus dos amigos con gran curiosidad. Él también había notado el cambio repentino en la actitud del pequeño omega, pero aún no podía descubrir la razón.

-¿Estas enfermo?- Se animó a hablar el rubio, inclinando su cabeza en un intento de mirar mejor el rostro de Jeon, que se mantenía con su cabeza gacha mirando lo interesante que era aquel filete de carne.

Y es que aquella pregunta había surgido en la mente de Park cuando vio entrar a su amigo esa mañana. Su rostro se mostraba impasible. Estaba algo más pálido, aquello casi lograba pasar de estar desapercibido si no fuera por Jimin, quien era alguien muy observador. También había notado aquellas bolsas violetas que adornaban la parte inferior de los ojos de Jungkook, aquellas ojeras eran la prueba clave de que la noche anterior el chico no había podido dormir nada, sin contar a su lobo, había estado pensando en los sentimientos que tenía con respecto a la nueva relación de su amigo de la infancia, amigo que parecía no conocer en nada. Jeon se mostraba distraído y alejado de Taehyung, y el rubio solo podía pensar que algo muy, pero muy malo le estaba pasando al omega castaño.

La respuesta que iba a brindar el menor ante su pregunta, se vio interrumpida por una persona en particular.

-Taehyungie!- Habló el pelirrojo, iluminando con su sonrisa mientras se sentaba en el espacio libre al lado de Taehyung, quedando el de piel canela al medio. -Te estuve buscando por todas partes- Pellizcó una de las mejillas contrarias.

-Hyung, si sabe que siempre comemos aquí- Dijo riendo mientras llevaba un pedazo de su comida a su boca.

-Ten, te traje esto- Hoseok extendió una leche de fresas a el alfa castaño por sobre la mesa.

Jungkook, que parecía ausente a la conversación, habló casi en un susurro.

-A él no le gusta- Dijo mientras jugaba con su comida. 

Jimin miraba expectante la escena, curioso ante la reacción del menor.

El alfa mayor se sorprendió, mirando a Taehyung para intentar confirmar lo que el menor de todos había dicho.

-Pero en las mañanas siempre llevas una...- Intento justificarse el mayor. Kim se sintió morir.

Era cierto que en las ultimas mañanas él cargaba una de esas botellas, pero la realidad es que no eran para él sino para el pequeño omega que lo cautivaba con su sola existencia. El pánico de ser descubierto lo invadió cuando seis pares de ojos lo miraban expectantes de una respuesta, un solo par lo miraba ausente, aburrido y hasta se podría decir roto.

-M-me ha empezado a... Gustar- Rió nervioso mientras rascaba su nuca.

Kim no notó como Jungkook lo miraba mientras en sus ojos se formaban lágrimas, ni como éste intentaba retenerlas parpadeando rápido. No conocía a su mejor amigo, eso estaba claro. Tampoco notó como bajaba su cabeza con un puchero, pero Jimin sí. Park fue quien vio cada reacción del menor, asustándose. Tenía miedo que sus sospechas fueran ciertas.

El leve aroma de Jeon empezaba a notarse por sobre el supresor; un aroma qué, en vez de desprender alegría y paz, emanaba pura angustia. Taehyung se encontraba inmerso en un mundo donde solo podía sentir aquel aroma de vainilla, fue el rubio quien volvió a notar el estado del menor y lo miró preocupado cuando hicieron contacto visual. Debía comprar supresores más fuertes para que los demás no sintieran en su aroma sus sentimientos, al fin y al cabo él estaba bien.

¿Estaba bien?

𝙲𝚘𝚗𝚜𝚚𝚞𝚒𝚜𝚝𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 ||𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜||²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora