XIV

4.3K 678 56
                                    

Jimin se encontraba en frente de la puerta del omega castaño, esperaba que alguien le abra la puerta de aquel hogar. Se sorprendió esa mañana al ver que dicho omega no había asistido a las clases, Taehyung no sabía nada al respeto y, prometiendo ir a ver al menor luego de su salida con Hoseok, dejó a Park solo en la tarea de descubrir qué le había pasado al pequeño Jeon.

El pelinegro, niñero de Jungkook, fue el encargado de abrirle la puerta, dejándolo pasar. El aroma que rodeo al rubio una vez ingresó al hogar lo preocupó. Jungkook se encontraba mal.

Lo primero que el omega rubio vio cuando entró a la habitación fue a su amigo sentado en una de las esquinas de la misma, no dudó ni dos segundos en correr a abrazarlo.

-¿Jungkook?- Tomó sus mejillas, levantando su rostro viendo éste se encontraba todo golpeado y con leves raspones. -¿Jungkook, qué sucedió?- El menor lo miró con los ojos llenos de lágrimas. -Pequeño... ¿Quién te daño así?- Acunó a su amigo mientras sentía sus propios ojos picar, en ese momento Jimin odiaba no ser un alfa para acunar a aquel débil omega con su aroma. Necesitaba a Taehyung.

Cuando el rubio tomó su celular con el único objetivo de llamar al castaño unas débiles manos lo detuvieron.

-¿Qué...?

-No lo llames... Por favor, no lo hagas- Jimin tragó duro, sabía que sus dos amigos castaños se habían separado, pero no sabía el por qué, Taehyung no llegó a explicarle bien la situación que había sucedido la tarde anterior.

-No lo haré si me dices qué diablos te sucedió- Amenazó, palpando el cuerpo contrario en busca de alguna herida mas grave.

-Papá...- La voz del único hijo de los Jeon's sonaba ausente.

-Diablos..- Murmuró sin saber que hacer. Seo-Joon miraba preocupado desde la entrada de la habitación. -Ven, iremos a mi casa- Pero al momento de tomarlo por la muñeca, Jungkook soltó un alarido lleno de dolor. -¿Qué sucede?- Preguntó preocupado viendo como el castaño hacía hasta lo imposible para liberar su muñeca de la pequeña mano contraria. Park no dudó ni dos segundos en levantar la manga de aquel gran suéter de color pastel. -Jungkook, explícame qué es ésto- Se sentía mareado.

La muñeca del castaño estaba adornada por pequeñas cicatrices de cortes, tres de ellas eran aún recientes. La sangre había secado minutos atrás, pero debido a la presión volvió a circular lentamente, al igual que las saladas lágrimas del menor. 

-L-lo siento..- Jeon tembló. Sus ojos ausentes miraron a Jimin mientras gruesas y saladas lágrimas caían de los mismos, sus labios resecos temblaban ligeramente, la piel debajo de los dedos de Jimin se sentía helada. -L-lo siento m-mucho- Sollozó esta vez mirando a su niñera, a quien consideraba como su única familia. 

Seo-Joon contuvo sus lágrimas, la situación se había ido de sus manos. Intentó hacer de todo para cuidar aquel omega, pero solo logró que éste sufriera más. A quien veía como su pequeño hermanito estaba sufriendo, lastimándose.

-Park- Murmuró intentando mantenerse firme. -Ayúdame... No, a mi no, a él... Por favor, haz algo... Yo ya no puedo protegerlo más- El pelinegro cayó al suelo una vez sus piernas dejaron de responderle, se permitió dejar caer sus lágrimas. -Estoy despedido- Murmuró con una sonrisa amarga.

La mañana de Seo-Joon había iniciado como siempre de no ser por aquella cachetada que recibió por parte del señor Jeon. Había dejado pasar al alfa que había tenido la audacia de enfrentarlo en la escuela, el alfa que era una mala influencia para su antiguo hijo. Seo-Joon no había podido cumplir una simple regla por lo que debía ser despedido ese mismo día.



-Hey, ¿Te encuentras bien?- El pelirrojo paró su caminata al notar como el castaño ya no lo seguía.

-No...- Su corazón dolía y su lobo se movía inquieto de un lado a otro. -No, lo siento Hoseok- Su mano se apoyó en el hombro de su Hyung a modo de saludo. -Algo no está bien, nos vemos- Y rápidamente se dirigió a la casa del pequeño omega castaño, sin importarle la amargura que dejó en el alfa pelirojo.

Apúrate Taehyung, habló su lobo inquieto.

-No necesito que lo digas dos veces- Bramó acelerando el movimiento de sus pies.























Especial 1/3

𝙲𝚘𝚗𝚜𝚚𝚞𝚒𝚜𝚝𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 ||𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜||²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora