Capítulo 18. Reunión familiar.

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- Ey vosotros dos, id ahora mismo al palacio, ya no os necesitamos aquí.

Los dos guardias que venían corriendo detrás se pararon

- Si, alteza.

Se dieron la vuelta y salieron corriendo en la otra dirección, como almas que lleva el diablo. Bueno, eran demonios así que como demonios que lleva el diablo. Que pena no tener a mano un látigo para ver cuán rápido podía hacerlos correr.

- Vamos al circo, a ver qué payasos nuevos encontramos.

Me giré y empecé a hacer el camino hacia el palacio. No me apetecía llevar a dos imbéciles pegados, así que les dejé correr y que llegasen primero. Así tendría tiempo para pensar en como podría resolver todo este asunto. Meditar bien todo lo que tenía que hacer para devolver a Jake a su estado natural como demonio. Lo cual no era una tarea fácil después de todo, tendría que convencer al rey de los demonios para que perdiera la oportunidad de ver a Jake convertido en puré ante sus ojos, cosa que estoy segura que deseaba desde hacía tiempo. El rey demonio tampoco tenía un carácter fácil de manejar, todavía no entiendo como la reina lo soporta... 

Aunque claro yo tampoco podía hablar de gente con mal carácter, después de todo he salido a la viva imagen de mi padre...

Así que el problema central era darle a mi padre un entretenimiento superior al de ver a Jake convertido en puré o algo que el pudiera querer más a cambio, aunque mi padre ya tenía todo lo que quería. Controlaba el mundo ¿qué más se podría desear?

Bueno... estoy segura de que hay cosas que mi padre desea más que este mundo que gobierna... Sino todas esas fantasías de ver películas humanas, leer sus libros y jugar a ser humano por el palacio no estarían poniendo a la corte patas arriba cada dos por tres. Tal vez, si consiguiera a mi padre algo que realmente le gustase del mundo humano, podría convencerlo de que cediese en la muerte de Jake.

Debe de ser algo realmente bueno, pero estoy segura de que se me ocurrirá algo. Mi madre no supondrá un gran problema, después de todo ella no quiere perder a Jake y si cabe la posibilidad que muera, y digamos que tiene todas las papeletas de que eso suceda, ella le salvará el culo y eso podría suponer su propia muerte. Ni siquiera ellos están por encima de las leyes de este mundo, si mamá intercediese en el ritual de alguna manera, sería castigada al igual que cualquier demonio. Así que simplemente aceptar mi proposición de cancelar el ritual será la opción más fácil para ella y a la vez la única en la que no perdería la vida.

Realmente visto de esta manera no parece algo TAN complicado. El problema es como convertir a ese estúpido en demonio otra vez. Lo más fácil sería que hiciera un contrato con algún demonio menor y luego lo matase. Pero por si mismo Jake jamás haría eso, le tiene especial cariño a todos los malditos seres de este mundo, nunca entenderé la razón. La mayoría son criaturas despreciables, basura que se guía por sus instintos básicos o sus deseos animales. 

Además de su increíble sentido de la bondad y lo que es correcto, para ser un demonio tiene demasiados principios. Aquí lo que está bien solo viene dictado por las leyes que nuestros antepasados escribieron, y no hay demasiadas, nos podríamos matar unos a otros y ni siquiera podría venir nadie a castigarnos. Y eso es porque somos demonios, nosotros tenemos esos instintos de que lo correcto es saciar nuestros deseos e impulsos. SOLAMENTE ESO.

Así que descartando la posibilidad de matar a un ser a sangre fría porque si, la otra opción que nos queda es que se comprometa con alguien. El problema es con quién, evidentemente no se lo voy a dar a nadie más, acabaría matando a la mujer que le pusiera una mano encima, así que supongo que la respuesta lógica es casándome yo con él. Bueno, yo le quiero y no concibo a nadie más a mi lado que no sea él y sé que el me ama también. Si se casara conmigo estaría todo resuelto, fácil y limpio, sin cadáveres de por medio. El recibiría el titulo de un noble de la casa real y no tendría que estar yendo y viniendo al mundo humano nunca más. Estaría aquí conmigo, encerrado en este mundo como lo están mis padres. Lo tendría para mi... Solo para mi.

Suspiré.

No es que tenga que inventarme una excusa para explicar que nos vamos a casar, solo tengo que decir la verdad de que estamos enamorados. Llevábamos años saliendo en secreto, un secreto susurrado a gritos, hasta un ciego podría verlo. Yo dejé el palacio por él y empecé a trabajar como un otros demonios de menor clase por Jake, para poder estar juntos.

Está bien. Solo tengo que decirles eso y ellos comprenderán. No pueden dejarme sola en un mundo así, no pasaría la eternidad en un mundo en el que él no existiese.

Tendría que dejar mis planes de destronar a mis padres para más adelante. Esto era más importante que cualquier otra cosa. Cuando tuviera a Jake a salvo podría volver a planearlo todo, después de todo, era una idea loca intentar apartar a los actuales reyes del poder sin matarlos. Y aunque no fuese la hija ideal sentía algún tipo de aprecio por ellos.

Crucé las puertas del castillo mientras seguía inmersa en mis pensamientos. Tanto los criados como los guardias que se topaban en mi camino me saludaban de la manera más cordial que podían, con una mezcla de sorpresa y miedo, mientras de mi solo recibían un leve asentimiento de cabeza. Me eran totalmente indiferente, después de todo eran solo demonios sin poder. 

Similar a los humanos, la diferencia es que eran más longevos estos últimos.

Llegué a la puerta de la sala del trono y con un movimiento de cabeza le indiqué al guardia que abriera la puerta. No es como si no pudiera abrir mis puertas yo misma, pero ellos estaban ahí para servirme a mi y a todos los demonios de la corte, así que solo le estaba dando utilidad a su existencia.

- La princesa Shio, ha venido su alteza.

Toda la corte se levantó de sus asientos mientras yo recorría el espacio desde la puerta hasta donde estaba el trono de mi padre. Hice una leve reverencia a mi padre.

- Vaya, cuanto tiempo sin vernos. Casi no sabía quien eras cuando as cruzado la puerta. -dijo mi padre mirándome todavía sentado en su trono. - Pensaba que te habían asesinado y tendría que ir a vengar tu muerte por ahí. - dijo mientras sonreía de oreja a oreja.

- Siento decirle, su majestad, que sigo viva, así que sus tentativas de empezar a hacer rodar cabezas con una "razón" como esa tendrá que esperar. Aunque siempre puede hacer rodar cabezas sin razón alguna.

Alexander se echó a reír mentiras se levantaba y se acercaba a Shio.

- Cierto es. No necesito ninguna razón para hacer rodar cabezas, probablemente si no tuviera un reino que gobernar lo haría. Pero gobernar no es fácil y da muchos dolores de cabeza y trabajo. Así que si sigues viva, la sangría tendrá que esperar.

-Que pena.

Alexander le puso una mano en el hombro a Shio.

- No te preocupes la próxima vez que vaya a matar a alguien te invitaré a presenciarlo. Es más puedo pasarme por ese cochambre en el que vives y matarlo allí si te hace feliz.

- No, gracias papá. La ultima vez tuve que limpiar durante una semana y seguí encontrando restos cada vez que movía un mueble.

- Pues vuelve a palacio, aquí no tendrías que limpiar.

- De eso mismo quería hablar.

-¿Vuelves al redil pajarito?

- Algo parecido. ¿Podríamos hablar tu, mamá y yo?

-Cuando os veo juntos sé que nada bueno debéis de estar tramando. - dijo Eiza mientras aparecía por la puerta de la sala del trono.

-Querida, Shio a vuelto a casa, que pena que aquí no tengamos Navidad como en el mundo humano. Todo sería más dramático y bonito.

- Maravilloso, ahora a falta de un lunático sin modales tendré a dos. - dijo Eiza sonriéndoles a ambos y parándose al lado de ambos.

- Si, pero no. Tengo algo que me gustaría poder hablar con vosotros... - Dije mirando a mi madre seriamente.

-Entonces habla - dijo Alexander mientras se daba la vuelta para volver a sentarse en su trono.

- A solas. - dije yo.

Alexander puso los ojos en blanco, Eiza se le acercó y le dio un golpecito en el hombro. Alexander la miró por un momento y al final asintió.

- Largaos todos antes de que decida acabar con vuestra existencia por puro aburrimiento.

Heaven tearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora