Capítulo 7. De Vuelta...

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Algo hizo "Click" en mi cabeza.

La oscuridad se fue disipando y abrí los ojos. Estaba aún medio colgando de la cadena y rodeado de sangre.

MI sangre.

Miré al espejo que tenía delante de mi, y me sonreí. Mi pobre cara, estaba hecha un cristo. Tenia la puta nariz rota, me faltaban algunos dientes y los que quedaban, estaban rojos por la sangre. Seguía colgando de una cadena, con el brazo que no me había arrancado y podía verme la herida donde antes había estado mi otro brazo.

Vi por el espejo que él estaba detrás, de espaldas a mi, sentado en un taburete.

Agarré la cadena y me ayudé de ella para ponerme rodillas.

Para ser más exactos digamos que de rodilla y media ya que la otra había sido cercenada por ese condenado hijo de su puta madre.

Seguía de espaldas a él observándolo a través del espejo. Me crují el cuello.

Esto iba a ser muuuy divertido, tiré de la cadena y la arranque del techo. EL trozo del espejo del techo donde estaba enganchado se hizo añicos y calló, como una lluvia encima de mi.

Papi chan se giró y me miró con los ojos que se le salían de las órbitas.

Me giré.

- Hola, padre.

Se cayó de la silla y después comenzó a reír, cual psicópata.

Me acerque arrastrándome hacia él, también riéndome.

Si solo supieras lo que te pensaba hacer, te haría todo lo que me habías hecho multiplicado por mil.

Mientras gateaba mi cuerpo iba regenerandose, casi toda mi pierna había vuelto a su ser y mi brazo ya volvía a existir hasta el codo.

Me puse de pie y le vi reírse .

Le sonreí.

Cogí lo cadena que aun seguía enganchada en mi muñeca y la rompí con dos dedos. La dejé caer al suelo.

Entre risas me agaché junto a él.

Tenía que hacerlo despacio, no quería acabar el juego de un solo golpe.

Le puse ambas manos en la cara, y le acaricié sonriendo le.

- Ay papi que buenos momentos hemos pasado juntos, pero... llegó el adiós.

El hombre paró de reír y lo miró desconcertado.

- Oh no te preocupes, antes de irme tenemos un poco más de tiempo para jugar.

Le agarré más fuertemente la cabeza entre mis manos, le sonreí y le acaricié dulcemente la cara con mis pulgares, hasta que estos llegaron a los ojos.

Y... comencé a hacer fuerza, a meterselos, los pase por la parte de arriba de la cuenca y apreté hacia abajo y hacia afuera mientras le escuchaba chillar y me agarraba por el cuello, intentando asfixiarme. Seguí apretando hasta que los saqué y los tuve en las palmas de mis manos. En menos de un segundo los agarré y los estrujé en ellas hasta que sentí que se reventaban y se esparcía por mi palma.

Papi Chan se llevó las manos a la cara mientras aullaba de dolor.

Yo me aparté un poco y me pasé la mano por el cuello, donde antes habían estado las suyas intentando estrangularme. Si no fuera un demonio supongo que hubieran conseguido su objetivo.

-Ah. suspiré- esto es un gozo.

Sonreí, eché la cabeza hacia atrás y extendí los brazos a los lados mientras le escuchaba chillar.

Heaven tearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora