Capítulo 5. La Adopción.

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Pasamos más de una hora por la carretera, sin nada más que ver que campo y coches, hasta que llegamos a una urbanización de mansiones, de esas que salen en las pelis de Hollywood.

Estuvimos "callejeando" entre mansiones hasta llegar a una que estaba bastante apartada del resto. Era del mismo estilo de la discoteca, es decir, como un prostíbulo de mal gusto.

La casa estaba pintada de rojo, con los balcones en blanco de mármol, había figuritas de piedra blanca en el patio que intentaban rememorar a un panteón griego. Digo que intentaban, no eran especialmente bonitas o con buen acabado, maybe made in China. Lo que más me extrañaba era que no tuvieran la ropa echa del mismo terciopelo que el de las cortinas de la discoteca, parecía ser muy su estilo. Había una gran piscina en el lateral de la casa y una cochera con un par de coches deportivos.

El gorila me acompañó hasta dentro de la casa y me llevó a uno de los salones, Frederich o también conocido por todos ustedes como Papi-chan estaba sentado en uno de los sofás bebiendo lo que podría ser coñac, o un misterioso líquido marrón en un vaso.

El gorila se marchó y nos dejó solos. Yo me quedé de pie y le sonreí, maldito hijo de puta, seguro ya se había enterado de la que me habían intentado liar en el hospital, si bien, no era en parte petición suya.

Mis superiores pagarían por los daños que sufriera mi recto multiplicado por mil.

Me agarré ambas manos y le sonreí. Él me miró de arriba a abajo, como complacido con lo que veía y me sonrió también.

- Parece que tienes mejor aspecto que ayer. - Me guiño un ojo y señaló el sofá que estaba en frente al suyo para que me sentase.

Si, hijo de puta, realmente soy muy bello y sé que se te pone dura de verme a la luz del día y poder observarme en mi mayor explendor.

Me senté tímidamente y le miré.

-Si, la verdad es que ya me encuentro mucho mejor.

- Eso me confirmó Margo, parece ser que todo está "perfecto".- enfatizó cuidadosamente esa palabra.

- Si, el doctor se tomo la molestia de examinarme "cuidadosamente" -  miré al suelo. 

Me estaba cansando de este modo "violame porque soy lindo".

-Bueno, eso está bien, es su obligación después de todo, para eso le pago- dejó el vaso en la mesilla que había entre ambos sofás.

Ya veo, así que el señor "te exploro el recto con mi guante de goma"  y tu, estáis compinchados en el proceso de examinación de la validez del recto de los muchachos. Todo maravilloso.

-Y dime Jacob, ¿cómo entraste a Mi discoteca?

- Con mi carnet.

-Hahahaha -  se echó a reír, tanto que parecía que se le iba a romper la mandíbula. 

Podría rompersela yo, solo con dos dedos de mi mano mala. - Ahora en serio, ¿cuál de mis muchachos te dejó entrar?¿ a quién conoces? no te preocupes, no le despediré, pero realmente debo saberlo, no se deben dejar entrar a jóvenes como tu, en sitios para... ya sabes, mayores. Hubiera sido horrible que esto mismo te hubiera pasado y que yo no hubiera estado allí para ayudarte, o incluso que te hubiera pasado algo peor-  me miro serio esta vez.

Ya veo, así que estás compinchado con tus trabajadores. Ellos son los que te traen a los corderitos perdidos.

- Realmente, no conozco a nadie, solo entré con mi carnet.

Enarcó una ceja.

- ¿Puedo verlo?

- Estaba en mi ropa de ayer.

Heaven tearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora