Sean.
Ya es medianoche cuando salgo de casa de Carlos, me invitó a pasar toda la tarde para festejar el que pasamos nuestro último examen para ya por fin graduarnos.
—Hasta luego, amigo y ten cuidado. —Se despide desde la puerta de su casa.
Carlos es tan alto como yo, tiene el cabello marrón oscuro y su piel es "tostada por el sol", como dice él, y sus ojos son de un marrón claro, él es venezolano, buen amigo y es muy chistoso, me ha enseñado mucho de su cultura, tradiciones y expresiones.
—Tranquilo, chamo.—Le digo sonriéndole y él se ríe.
Me meto en el auto y arranco para irme a mi casa, he estado ocupado todos estos días con los exámenes finales, estudiando duro para poder graduarme y hacer sentir orgullosa a mi abuela, pienso en los últimos días y se me viene a la mente una hermosa chica de ojos azules, he pensado en ella desde que la conocí pero no he podido hablarle por lo ocupado que estaba, le escribiré mañana... O mejor dicho más tarde.
Las calles están un poco tranquilas, aunque no del todo, después de todo estamos en la ciudad que nunca duerme, voy manejando tranquilo pensando que le escribiré a Skylar cuando veo a una persona en medio de la calle corriendo, cuando ve el auto empieza hacer señas y gritar, entonces me doy cuenta que es una chica.
—¡Ayúdeme por favor!—Esa voz se me hace muy familiar, una voz que he vuelto a querer escuchar, hace que se ponga la piel de gallina, esa voz es de Skylar.
Me acerco más y las luces de auto la hace cerrar los ojos. Detengo el auto, bajo de auto para ver qué le pasa y veo que Skylar se desploma.
Corro hacia ella, cuando me acerco más puedo ver a Skylar mejor, tiene la ropa rasgada y está temblando, me agacho a su lado para ver que es lo que tiene.
—¿¡Skylar!? ¿¡Qué te pasó!? —No reconozco mi propia voz, estoy demasiado preocupado por lo que pudo haberle pasado.
Ella no me responde, solo me ve y eso hace que me preocupe aún más, empiezo a revisarla tratando de encontrar alguna herida, para saber que le pasó pero no veo nada.
—¡Skylar, hablame! ¿¡Qué te pasó!?—Le pregunto más preocupado y asustado.
Veo para todas partes esperando ver un indicio de algo o alguien que la haya dejado así.
La tomo en mis brazos para que esté más cómoda, me termino sentando en la carretera, empiezo a verle la cara, está sudada, despeinada y sus mejillas un poco roja, supongo que es porque corrió, pero viendo con detalle una de sus mejilla, me doy cuenta que está más roja que la otra y un hinchada, le paso la mano con suavidad.
Me está viendo fijamente lo cual me preocupa más. La sacudo con la esperanza de que reaccione.
Empiezo a pensar en cargarla y llevarla a una clínica cuando pienso que no va a responderme otra vez.
—Sean...—Me dice con un hilo de voz, y me alivia un poco que hable pero no lo suficiente.
—Si, cariño, soy yo dime que te ocurrió.—Trato de calmar mi voz, para que no se asuste. Pero siento que se tensa y me preocupo todavía más.
—Y-yo estaba caminando, tratando de llamar a mi chofer, para que me viniera a recoger, cuando dos hombres me empezaron a seguir y decir cosas feas y... Y m-me agarraron y...—Su voz se va haciendo más baja y empieza a llorar y la abrazo para consolarla y hacer que se calme para que me termine de contar mientras yo le pido a Dios que no le hicieran nada, para no ir y matarlos yo mismo.
—Sky, necesito que me digas que te hicieron.—Le digo aunque no quiero escuchar esa respuesta.
—N-Nada más que eso, yo me defendí, a uno le di un puño en la nariz y al otro lo pateé en sus partes, después corrí tratando de buscar ayuda.—Dice aún temblando.—P-pero mientras huía me ca-caí y me doble el tobillo, uno m-me alcanzó otra vez, me ha-halo del cabello y me dio u-una cachetada, cuando menos s-se lo espero le di un ca-cabezazo.
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El Mundo A Través De Tus Ojos
RomanceSkylar Greenwood y Sean Anderson se conocieron de una manera inusual pero graciosa, no piensan tener nada en común pero a medida que se conocen descubren que no es así. Ella es el día, el la noche. ¿Que tiene en común? Perdieron a personas que amaba...