Una gran cita.

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Me quedo pensando un momento sobre que responderle.

—No sé.—Le digo.—¿Tienes algo en mente?

—Puede ser.—Me responde sonriendo.—¿Has visitado Harlem?

—No ¿Vamos a ir para allá? —Le pregunto.

—Solo si tu quieres acompañarme, hermosa.

—Está bien, vamos.—Le digo y nos ponemos en marcha. Estoy muy feliz de salir con Sean, él es muy divertido y caballeroso.

—Oye, hermosa.—Me dice.—¿Cómo conociste a Yasmine?

Sonrió automáticamente al recordar como la conocí.

—La conocí en una fiesta.—Empiezo a contarle.—Ella estaba muy enojada e irritada de estar ahí, quise ser amable y preguntarle que le pasaba, ella me respondió que me largara y la dejará en paz, le dije que quería ayudarla, entonces me dijo que le buscará un jugo de mora.

»Así que fui y le busqué el jugo, pensé que estaba sedienta lo juro, cuando se lo di se lo hecho encima de su bonito vestido rosa, aunque claro para ella no era bonito, cuando hizo eso se empezó a reír muy fuerte y yo no entendía que pasaba, ella me empezó a dar las gracias por eso, se veía tan feliz que no pude evitar reír con ella.—Me empiezo a reír cuando lo recuerdo.

»Pero después su mamá se enojó y la regaño, aunque a ella no le importó, después trató de llevarse a Yasmine, pero ella se negó se volteo hacia mi y me pregunto por mi nombre, se lo dije y ella me dijo el suyo, su mamá insistía en llevársela y ella se seguía negando a irse, en eso mi papá se acercó a ver que pasaba y yo le pregunté si podía invitar a mi nueva amiga a comer helados, cuando Yas y su mamá  escucharon eso voltearon a verme sorprendida, su mamá porque reconoció a mi papá y Yas porque la llamé amiga, mi papá aceptó y desde entonces somos mejores amigas.

Finalizo mi historia, sonrió con cariño ante ese recuerdo, pues aunque Yas y yo seamos totalmente diferentes sé que siempre estará ahí para mi, así como yo con ella.

Tengo cuatro mejores amigas, pero Yas fue la primera que tuve, ella me conoce muy bien y yo a ella, por lo que entonces me estoy preparando mentalmente para lo que vaya a preguntarme de Sean.

—La quieres mucho.—Afirma él, lo miro.—Se nota por como hablas de ella... Y que quisiste abrazarla sin importar que estaba sucia o que a ojos de cualquiera puede ser un poco intimidante con esa mirada de: "Te me acercas y te golpeo", y no lo digo por ofenderla porque se nota que te quiere mucho, demasiado diría yo.

—¿Cómo lo sabes?—Le pregunto sorprendida por todo lo que dijo.

—Bueno, tengo dos ojos que funcionan.—Se burla un poco.—Así que pude notar todo eso y que te trata con cariño, que mientras ve a todos con su mirada intimidante, a ti te ve con cariño. Es un poco fácil ver lo que tu piensas y sientes, eres como un libro abierto, no está mal eso claro.

—Me impresionas.—Le digo totalmente sincera y él me ve un segundo antes de volver la vista al frente.

—¿Por qué, hermosa?

—Eres muy observador, detallista, analítico y sincero.—Le digo.—Nunca había conocido a un chico así.

—Bueno, hermosa, he aprendido a ser observador con todo lo que me rodea, detallista para leer la más pequeña de las cosas en una persona, analítico para no juzgar a la primera y siempre he sido sincero.—Me sonríe y me guiña un ojo.

—Me agrada eso.—Veo que está confundido, así que le explico.—Me agrada porque es algo diferente, conozco muchos chicos que son unos idiotas y creen que está bien, pero tu no eres así, y eso es tan genial, refrescante y único. Contigo es divertido hablar, puedo hablar contigo de muchas cosas y eso me agrada.

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