Increíble despertar.

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Me despierto y siento que alguien está a mi lado, me volteo con cuidado y veo que es Sean quién está durmiendo junto a mi, al principio estoy muy confundida de cómo es que él está aquí y recuerdo todo lo que pasó y que él se quedó toda la noche conmigo, me levanto con cuidado tratando de no despertarlo.

Veo la hora y me doy cuenta que son las 11 de la mañana, gracias a Dios hoy es sábado y no tengo que ir al instituto.

Subo a mi habitación y me adentro en mi propio baño para cepillarme los dientes, me veo puesto el suéter de Sean, se lo di pero vio que tenía un poco de frío e hizo que me lo dejara puesto.

Me pongo a pensar en todo lo que pasó ayer, lo de esos tipos, él que me ayudará, fue tan considerado, tal vez pensara en ir a buscar a esos tipos pero se quedó conmigo ayudándome y no dejándome sola.

Fue tan atento al llevarme a la clínica y tan amable de traerme, fue de lo más dulce al quedarse conmigo y prepararme la cena, después simplemente me hizo reír y olvidarme del mal momento que pasé. Sí, tuve una mala noche, pero Sean hizo que todo mejorara.

Salgo del baño y bajo para preparar el desayuno, paso por la sala y veo que él sigue durmiendo, sonrió al verlo así, me acerco y le acomodo la manta que busqué en la madrugada pensando que le podía dar frío sin su suéter.

Me dirijo a la cocina y empiezo hacer unos hot cakes, huevos revueltos y tocino, hago mucho pensando que Sean pueda tener mucha hambre.

—Buenos días. —Escucho a mis espaldas, me volteo y ahí está Sean, con el cabello revuelto y esa sonrisa a la que me estoy acostumbrando.

—Buenos días, ¿Cómo amaneces?—Le pregunto un poco preocupada, después de todo durmió en el sofá.

—Muy bien.—Me dice. Se detiene un momento y me ve.—¿Y tú? ¿Cómo estás?

Se que se refiere a lo de anoche.

—La verdad estoy muy bien, ya no me duele el tobillo ni la mano.—Me detengo un segundo para mirarlo a los ojos directamente. —Gracias. Por ayudarme y por quedarte aquí toda la noche, aún cuando puedas estar a dolorido por dormir en el sofá. —Agrego con un tono de disculpa.

—¿De qué hablas?—Me pregunta de forma divertida.—Dormí muy bien. Más que bien, de hecho, el sofá es muy cómodo y mi mañana va mejorando cada minuto.—Me sonríe.—Primero, despierto con un delicioso aroma a hot cakes y tocino y segundo, cuando sigo el olor veo que eres tú cocinando. Es una gran mañana para mi.

Me sonrojo mucho cuando dice eso, no se que responderle así que me doy la vuelta para terminar los últimos hot cakes, me pregunta dónde está el baño y le señalo que por el pasillo, mientras se va, busco dos platos, dos tazas y dos vasos.

Sirvo los hot cakes, los huevos revueltos, el tocino, un poco de café y jugo de naranja, cuando vuelve, se sienta y le pongo su plato, su café y su jugo.

—Mmm.—Dice cuando prueba.—Esto está riquísimo, Sky.

—Gracias, Sean.

Seguimos comiendo y hablamos y nos reímos, Sean es muy ocurrente y divertido, es muy fácil reírse con él. Al terminar él insiste en recoger los platos, ya que yo cocine, los mete en el lavaplatos.

—Oye, Sean...

—Oye, Sky...

Decimos al mismo tiempo y nos reímos.

—Tú primero.—Le digo.

—¿Estás muy ocupada hoy?—Me pregunta sonriéndome.

—No, de hecho iba a preguntarte lo mismo.—Se sorprende cuando le digo esto. Sean me atrae, no puedo negarlo, quiero conocerlo más.

El Mundo A Través De Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora