16. Cosas necesarias

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C A P I T U L O    D I E C I S É I S

Cosas necesarias

Me toma de la mano y entramos en el auto. 

No me importa en este momento estar con la ropa mojada o que me esté muriendo de frío.

Solo verlo, la sonrisa que está es su rostro y el tacto de nuestras pieles juntas, es todo lo que quiero en este instante. 

Conduce hacia su casa en silencio. No suelta el agarre de nuestras manos entrelazadas durante todo el camino. 

Me da besos intermitentes en el dorso que me hacen sonreír más. 

Esta es la sensación que he estado deseando sentir durante demasiado tiempo. Cuando el corazón te late demasiado y piensas que tienes mariposas, pero en realidad, son las condenadas ganas de nunca separarte de esa persona. 

Ahora entiendo cómo se sientan las protagonistas en los libros de romance, ahora entiendo porqué escriben sobre eso. 

Por qué todos desean sentirse de la misma forma. 

Estaciona con suavidad, cerca del auto de su amigo y salimos sin dejar de vernos con sonrisas impregnadas en el rostro. 

Veo a Taylor que está en la sala con el sonido a tope, jugando algo sobre guerras y gritando sin cesar porque al parecer está por ganar. 

No nos presta atención y subimos por las escaleras sin preocuparnos de hacer ruido o saludarlo. 

La habitación invadida por las sombras, se ve diferente de la manera en la que lo vi la última vez, es como si supiera que todo ha cambiado desde entonces.

Clark enciende la iluminación y el corazón se me acelera, se siente como si estuviéramos haciendo algo prohibido, pero excitante. 

—¿Qué estás pensando? —expresa haciendo que lo vea—. La verdad.

Tien una mirada de preocupación y veo como mueve las manos, como si estuviera nervioso. Exhalo porque no soy la única que se siente alterada por todo el ambiente que hay a nuestro alrededor. 

Es una sensación buena y los nervios están saliendo a flote en todo su esplendor. 

—¿La verdad? La verdad es que te veo y sonrío. —Elevo los hombros evitando su mirada oscura y penetrante—. Me gustas porque me gusta como me siento contigo. Eres como ese olor a libro nuevo que me encanta, a la sensación de comenzar a leer algo que nunca he leído, eres la manía de leer sin parar. Algo así, eres tú para mí. 

Coloca su mano en mi quijada, hace que voltee a verlo y que me enfrente a su rostro. 

Una lenta sonrisa se instala en sus labios y trago saliva sintiendo esa invasión de ganas de besarlo otra vez. Aventurarme y hacerlo, sin miedo, sin repercusiones, sin lamentaciones. 

—No tienes idea de cuánto me gusta que me compares con un libro, porque sé que eso te apasiona y que yo estoy al mismo nivel de uno, me emociona demasiado. 

Sus labios rozan con lentitud los míos, como una caricia, como si no quisiera hacerme daño. 

Nos alejamos y tirito del frío. 

Abro la bolsa buscando la pijama, pero solo veo ropa deportiva, frunzo el ceño queriendo haberme dado cuenta de las cosas inservibles que he guardado. 

Clark se despega muy pronto y va hacia el mueble, abre las puertas enseñando su clóset lleno de ropa que tiene una cromática oscura. Nada aparte del color negro se percibe en ella. 

El amor a colores ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora