14. Tertulia

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C A P I T U L O  C A T O R C E

Tertulia

Celeste.

Aunque suene a canción de reguetón, resulta ser el color favorito de Lana, o eso nos dice Dona en un mensaje al grupo que tenemos. 

Y es mi deber decorar con ese color para la fiesta. 

Estoy caminando fuera del campus a tomar un taxi para arreglar el lugar antes de la fiesta cuando escucho un grito.

—¡Adams! 

Dejo de caminar cuando lo escucho, observo como viene trotando, lleva una camiseta negra con las mangas subidas hasta los codos. 

Se nota las venas marcadas en sus brazos y me detengo más de lo necesario observando este detalle. 

¿Por qué siempre tiene prendas negras? ¿No se cansa de usar el mismo color?

—¿A dónde vas con tanta prisa? —pregunta sonriendo.

Me trago el nerviosismo. Después de nuestra salida, en la que lo toqué sin aviso, sin que me haya dado cuenta que le estaba quitando el agua de su rostro hasta que fue tarde. 

Caramba, tenía muchas ganas de besarlo.

Eso debe quedar entre tú y yo. 

—Tengo una misión que cumplir. 

—¿Necesitas ayuda? —pregunta bajando la voz, siguiéndome el juego. 

—¿No tienes algo que hacer?

—Así lo tuviera, prefiero ir contigo.

Toma mi mano llevándome hasta su Jeep, cambiando mi rumbo de tomar un taxi, y le agradezco por ahorrarme el dinero. 

Observo nuestras manos entrelazadas, se siente extraño. Todo se siente diferente ahora.  

Abre la puerta para mí y se aleja a su lado. 

—¿Cuál es la misión imposible del día de hoy? 

—Arreglar el departamento de mis amigos para una fiesta.

—¿Esa es tu manera de invitarme? —bromea tocándose el corazón.

—Técnicamente te estás auto invitando —digo corrigiendo—, pero pensaba invitarte más tarde, cuando todo esté listo.

Ríe enseñando el hoyuelo de su mejilla y sonrió por inercia. 

Clark aparta el mechón que se ha salido de mi cola de caballo y lo deja tras mi oreja. 

—Haré como que me invitaste.

—Tu ego no cabe en el auto Clark. —exagero bajando la ventana.

Su sonrisa es tan espectacular como la tarde soleada que hay este momento. Es tan diferente al Clark que me contaba sobre traiciones y corazones rotos.

Lo miro, y me gusta lo que veo. Sus ojos miel están brillando más de lo normal y la sonrisa no decae en ningún momento. 

Llegamos más rápido de lo que esperaba al departamento, después de darle algunas indicaciones, estaciona en el espacio de invitados y subimos por las escaleras. 

Abro la puerta con las copias de llaves que tengo y veo a Dan sacando botellas de alcohol de fundas de papel y dejándolas en la mesa del comedor. 

—¿Cómo entraste? —pregunta alarmado. Elevo las llaves que me dio Dona hace algún tiempo. Dan suspira—. Esa mujer algún día me va a matar.

El amor a colores ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora