Clark

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¿Cómo se conocieron?

Esa noche unas horas antes...

Acacia Adams está aquí.

¡Acacia Adams está aquí!

¡¡Acacia Adams está aquí!!

Suficiente, me calmo.

La veo sentarse en una de las mesas exteriores del local, con sus amigos, con los mismos que tiene fotos.

No ella, sus amigos, porque ella no tiene cuentan sociales.

Sí, hice una investigación exhaustiva.

Como cuando te gusta alguien y lo buscas aunque sea para verla por tu celular y saber sus gustos o cosas por el estilo.

La vista del segundo piso es excelente, me deja verla con claridad y que ella no se fije en mí.

Así deben sentirse los acosadores o Sting cuando escribió esa canción.

Lleva una blusa que deja al descubierto los hombros y la clavícula, y lo único en lo que puedo imaginar es en pasar mis labios sobre su piel.

El pantalón que usa le queda tan espectacular que ahora amo los pantalones, todo lo que ella vaya a usar.

Vuelvo a ser un adolescente en sus plenos quince años.

Se ríe de esa manera que me gusta: escandalosa y contagiosa, y yo sonrío por inercia.

Un golpe en mi nuca me saca de mi fantasía protagonizada por Acacia Adams.

—¿Podrías dejar de actuar como Joe Goldberg? —Liam me mira con los labios fruncidos.

Masajeo mi cabeza y arreglo el cabello para estar presentable.

—¿Quién mierda es ese? —digo con molestia.

Echo una ojeada a su grupo, están intentando llamar a un mesero para que los atienda, pero el bar está al tope de personas y no les van a ayudar.

Deben ir a la barra a pedir.

—Es el protagonista de una serie. —Sacude la cabeza—. El punto es que es un acosador, como lo eres tú y que si sigues así, la única forma que tendrás de conquistarla será secuestrándola.

Tomo un sorbo de mi cerveza sin dejar de verla. Coloca su cabello hacia un lado y mi mano hormiguea deseando que fuera la mía en su lugar.

—Una idea tentadora —bromea Leister.

Suelto una carcajada escuchando lo que dice mi amigo.

Liam a mi izquierda voltea los ojos con cansancio, más que nada por estar con nosotros y escuchar nuestras burlas hacia él.

—La chica con la que anda está obligándolo a ver eso —responde Taylor sonriendo con complacencia.

Niego con la cabeza sin dejar de sonreír por lo que pasa mi amigo para conquistar.

—No conoces los límites —expreso.

Liam bufa.

—Mira quién dice señor Goldberg.

—Sigo sin saber quién es él.

—¡Te lo acabo de decir!

Vuelvo a mirar hacia el piso inferior.

Acacia se levanta, alentada por sus amigos, y se dirige a la barra.

Hago la silla hacia atrás sin perderme ningún movimiento, logra escabullirse entre las personas hasta llegar al mesero, pero no logra llamar su atención.

El amor a colores ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora