Capitulo 6: Observando las estrellas.

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EL cubo de basura olía a animal muerto. Karol se tapó la nariz y trató de no
vomitar, mientras echaba la bolsa en el contenedor que estaba detrás de su casa. No
tenía ni idea de qué habrían arrojado allí su padre o Khaterina, pero el olor a podrido erabastante fuerte.

Echó un vistazo a la casa de al lado. Se dio cuenta de que últimamente miraba en
esa dirección cada vez más a menudo, como si buscara inconscientemente a Ruggero.

Esta vez tuvo suerte. En el resplandor de la luz del jardín trasero, lo vio tumbado
sobre el césped, mirando al cielo.

—¿Qué haces? —preguntó Karol, mientras entraba en el jardín de sus vecinos
sin esperar a que la invitaran.

—Miro las constelaciones —dijo Ruggero, pero ella ya sabía la respuesta antes de
preguntar. Desde que lo conocía, Ruggero pasaba más tiempo con la cabeza en las
estrellas que en la Tierra.

Estaba recostado de espaldas sobre una manta vieja, con los dedos entrelazados
detrás de la nuca. La remera de Batman en realidad ya le quedaba un poco pequeña,
fruto de su último gran estirón, y los músculos de los brazos y sus anchos hombros tensaban la tela.

—¿Te molesta si me siento a tu lado.

—Oh, no. Claro que no. —Ruggero se movió de inmediato para hacerle lugar en la
manta.

—Gracias.

La manta no era muy grande, de modo que, al sentarse Karol, los dos quedaron
casi pegados uno al lado del otro.

—¿Qué estabas mirando exactamente? —preguntó Karol.

—Ya te he mostrado las constelaciones —dijo Ruggero, y efectivamente lo había hecho, muchas veces. Pero por lo general había sido cuando ella era más pequeña, y Karol no había prestado atención a sus palabras como lo hacía ahora.

—Me preguntaba si estarías mirando algo en particular.

—En realidad no. Las estrellas simplemente me fascinan.

—¿Eso es lo que vas a estudiar en la universidad?

—¿Las estrellas? —preguntó Ruggero—. Algo así, supongo, pero no es que vaya a ser astronauta ni nada que se le parezca.

—¿Por qué no? —Karol inclinó la cabeza para poder verle la cara.

—No sé. —Ruggero se movió sobre la manta y su brazo rozó el de ella—. Viajar al
espacio sería mi mayor sueño, sí, pero prefiero quedarme en la Tierra y ayudar a
cambiar algo. Quiero estudiar el clima y la atmósfera. Se podrían salvar muchas vidas
si pudiéramos prever las tormentas con mayor anticipación.

—¿Prefieres estar aquí abajo mirando las estrellas que allí arriba, para poder
ayudar a la gente? —preguntó Karol.

Lo miró fijamente, sorprendida de cuánto había crecido. No sólo en las marcadas
líneas de su mandíbula o la sombra de vello negro que había visto en su abdomen.

Sino algo dentro de él. De algún modo, había dejado de ser el chico obsesionado con
los videojuegos para convertirse en alguien interesado en el mundo que lo rodeaba.

—Sí. —Karol se encogió de hombros y giró su rostro hacia ella. Se quedaron ahí
sin moverse, sobre la manta, mirándose el uno al otro durante unos segundos, y
después Ruggero sonrió inquieto—. ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?

—No te estoy mirando de ninguna manera —dijo Karol, pero en seguida apartó
la vista, por miedo de que él viera algo en sus ojos.

—Te parece raro, ¿no? —preguntó Ruggero, aún con los ojos fijos en ella—. Piensas
que soy un friki porque me interesa estudiar patrones climáticos.

ᴄᴀɴᴄɪÓɴ ᴅᴇ ᴍᴀʀ. #1 (ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora