La biblioteca estaba tranquila, gracias a que hacía un tiempo espléndido. El sol
brillaba en lo alto del cielo y hacía calor sin llegar a ser agobiante. Era el tipo de día
que hacía que Karol estuviese
dispuesta a matar a quien fuera por ir a nadar a la bahía, y hasta a Khaterina le
encantaría ir con ella.Pero Karol no podía ir a ninguna parte. Tal como habían previsto, su padre la
castigó cuando llegó del trabajo esa noche. Gritó de tal manera que Khaterina estuvo a
punto de intervenir para defender a su hermana, y escuchó cómo le reprochaba a
gritos que él siempre le había dado libertad y había confiado en ella, pero que eso se
había terminado.Khaterina había esperado poder hablar con ella por la mañana, pero cuando se
levantó, Karol ya se había ido a entrenar. Como mínimo Brian se había acordado de
llevarse el almuerzo.—¿Sabías que ya hace seis semanas que el director de la escuela secundaria se
llevó la biografía de Oprah Winfrey? —preguntó Marcy, tecleando en la computadora que estaba al lado de Khaterina.—No, no lo sabía —respondió Khaterina.
Como había poco trabajo, Marcy estaba buscando en la computadora las personas
que se habían pasado de la fecha de devolución de los libros para llamarlos y
recordárselo. Aunque odiaba interactuar con la gente, le encantaba llamar para
decirles que estaban en falta.—Es extraño, ¿no? —Marcy miró a Khaterina desde detrás de sus lentes de marco
negro. No los necesitaba, pero los usaba a veces porque pensaba que le daban un
aspecto más intelectual.—No sé. He oído decir que el libro está muy bien.
—Es lo que digo siempre: por los libros que eligen puedes conocer a las personas.
—En realidad lo haces porque te encanta espiar a la gente —la corrigió Khaterina.
—Lo dices como si fuera algo malo. Siempre es útil saber en qué andan metidos tus vecinos. Y si no pregúntales a los polacos después de lo que pasó en la segunda
guerra mundial.—Ninguna razón justifica invadir la privacidad ajena…
—Guau, Khat, ¿ése no es el chico con el que saliste? —Marcy la interrumpió señalando la pantalla de la computadora.
—Mucha gente que conozco retira libros —dijo Khaterina sin levantar los ojos del
suyo—No tiene nada de sorprendente.—No, ya me he aburrido de revisar los préstamos, así que estaba mirando la
página del Capri Daily Herald donde la gente deja comentarios anónimos indignados
sobre el editorial. Y mira lo que he encontrado —dijo Marcy girando la pantalla para que Khat pudiera ver mejor.—¿Desaparecido? —preguntó Khaterina, y acercó un poco más la silla a la de
Marcy.—¿Crees que nos van a interrogar? —preguntó Marcy.
—¿Por qué? Nosotras no tenemos nada que ver con su desaparición.
—Porque lo vimos ese mismo día. —Marcy señaló la pantalla de la computadora
como prueba de lo que acababa de decir—Matias desapareció la noche del picnic.
Khaterina lo pensó unos segundos.—No sé. Tal vez sí, pero el periódico dice que la policía acaba de abrir la
investigación. Probablemente hablen con Ruggero, pero no sé si hablarán con cada
persona que fue al picnic.—Es extraño, ¿no es cierto? —preguntó Marcy—Lo vimos ese mismo día y
ahora está muerto.—No está muerto. Ha desaparecido —lo corrigió Khaterina—Podría estar con vida.

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ᴄᴀɴᴄɪÓɴ ᴅᴇ ᴍᴀʀ. #1 (ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ)
RomanceEnfréntate a un mundo sobrenatural. Un mundo mágico.