Por primera vez en su vida, Karol faltó a su entrenamiento. Gracias a sus nuevas
habilidades de sirena, era increíblemente rápida en el agua. Además, Valentina le había dicho que necesitaban irse pronto y, aunque no estaba segura de si quería ir con ellas o no, era muy probable que tuviese que dejar el equipo de natación.Una vez que estuvo segura de que se habían ido, volvió a su casa. Tenía que
volver a ver a Ruggero. Después del beso de la noche anterior, había vuelto a casa y había tenido que escuchar los gritos de Khaterina y de Brian. Los dos estaban tan perplejos como furiosos por cómo se estaba comportando. Karol habría deseado poder contárselo todo, pero les parecerían puras locuras. Nadie creería jamás que era una sirena, y mucho menos llegarían a entenderlo.Al final, dejaron que se fuera a dormir, pero ella se quedó varias horas despierta.
Sabía que tenía que hablar con Valentina antes de poder entender cabalmente en qué se había transformado. Pero no era eso siquiera lo que le dio vueltas en la cabeza hasta las primeras horas de la madrugada.La noche anterior, cuando besó a Ruggero, había estado a punto de rendirse. Pero no
pudo. Tal vez no significara nada que Ruggero sintiera eso por ella, pero tenía que
intentarlo. Le había dicho que era la persona más decidida que había conocido en su
vida, y tenía razón. Lo intentaría todo antes de irse con las sirenas.Karol llamó a la puerta trasera de la casa de Ruggero, pero como no contestaba,
tuvo que tomar medidas más drásticas.Su madre tenía un enrejado con una enredadera que crecía a los lados de la casa.
Probablemente no fuera lo suficientemente fuerte como para soportar su peso.—Ruggero—dijo golpeando con los nudillos el cristal de la ventana. Él se asustó
tanto que saltó de la silla.—¡Karol! —Ruggero se quedó con la boca abierta y se quitó los auriculares—¿Qué haces ahí?
—No contestabas a la puerta. ¿Puedo pasar?
—Eh… —Ruggero se rascó el entrecejo, mirándola fijamente durante unos segundos, como si no entendiese lo que estaba pasando—Sí, claro.
Fue hasta la ventana y la abrió, pero ésa no era la respuesta que ella había esperado. Tal vez se había equivocado al ir sin invitación.
—Disculpa —dijo Karol, mientras entraba en el cuarto—. No era mi intención
molestarte.—No, no me molestas. —Ruggero negó con la cabeza, y después se apresuró a
ordenar la habitación.—No hace falta que hagas eso porque estoy aquí.
—¿Sabes una cosa, Karol? Lo siento, pero no puedo hacer esto. —Ruggero interrumpió abruptamente lo que estaba haciendo y se quedó ahí de pie, sujetando las prendas de ropa sucia en la mano. Se frotó los ojos y sacudió la cabeza—¿Qué haces aquí? ¿Qué te está pasando?
—Quería verte —dijo ella sencillamente.
—No, no me refería sólo a ahora… —Ruggero dejó las prendas en una pila junto a la
puerta y se volvió hacia ella con las manos en las caderas—¿Qué hiciste anoche? Khaterina dijo que te fuiste con esas extrañas chicas, y después vienes a mi casa toda empapada porque necesitas saber si me gustas.—Lamento mucho lo de anoche —dijo Karol, pero Ruggero tenía más cosas que
decir.—Y la otra noche, cuando desapareciste, también con esas chicas. Khaterina pensó
que estabas muerta. Sabes que tienes a tu hermana asustadísima, y tú no eres así.
»Y después, cuando fui el martes y… —bajó los ojos, y sus mejillas se ruborizaron un poco—Nos besamos. Estuvo bien y todo, pero… ésa no eras tú. Ni siquiera sé si yo era yo.

ESTÁS LEYENDO
ᴄᴀɴᴄɪÓɴ ᴅᴇ ᴍᴀʀ. #1 (ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ)
RomanceEnfréntate a un mundo sobrenatural. Un mundo mágico.