ᴄᴀɴᴄɪÓɴ ᴅᴇ ᴍᴀʀ. #1 (ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ)

Capitulo 15: Las revelaciones.

MARATON: 2/5

—¿Soy una sirena? —preguntó Karol una vez que subieron a la superficie.

Era probable que pudiese hablar bajo el agua, pero pensó que el aire nocturno le
despejaría las ideas en caso de que se tratase de una alucinación provocada por
alguna droga. Después de todo, no habría sido la primera vez que Valentina le hacía
ingerir algo extraño.

—Te lo explicaré todo más tarde —dijo Valentina—Por ahora, ¿por qué no haces que tu nuevo cuerpo nade un poco? Tendremos mucho tiempo para hablar después del
paseo.

—Yo… —Karol quería saber qué era, lo necesitaba.

Pero podía sentir su cola, agitándose involuntariamente en el agua. La sentía
poderosa y ligera, y se moría de ganas de nadar.

Al menos ahora sabía una parte de la verdad. Sabía qué eran y que no iban a
desaparecer. Sin decir nada, Karol se sumergió en el agua.

—Tranquila —dijo Valentina—Mejor no llamar la atención de la gente.

Valentina se sentó sobre el borde rocoso de la caleta. Sacó la cola fuera del agua y la
apoyó sobre el suelo. Justo delante de los ojos de Karol, las escamas comenzaron a
vibrar, pasando del verde iridiscente al tono oro cobrizo de la piel bronceada de Valentina.

Luego se dividió en dos piernas, y Valentina se incorporó. Estaba completamente desnuda de la cintura para abajo y Karol apartó de inmediato la vista.

—No seas tímida —dijo Valentina riendo.

Se alejó y hurgó en un bolso situado junto a una de las paredes de la cueva. Con
el rabillo del ojo, Karol vio a Valentina poniéndose la ropa interior y un vestido.

—También tenemos ropa para ti —le dijo Jazmin mientras salía del agua—No
tienes de qué preocuparte.

Jimena salió después de Jazmin, y Karol esperó hasta que las tres se hubieron
vestido para salir ella también. Subió tan de prisa a las rocas que algunas le rasparon las aletas. Sacó la cola fuera del agua y ésta se sacudió durante unos segundos hasta
que empezó a sentir el cosquilleo acostumbrado.

Cuando la cola comenzó a transformarse en piernas humanas, las acarició con las
manos. Podía sentir cómo las escamas se transformaban bajo las yemas de sus dedos.

—¡Es increíble! —dijo Karol suspirando mientras miraba perpleja su piel—¿Cómo es posible?

—Es el agua salada —respondió Jimena, arrojándole un vestido.

Karol lo agarró y se quedó inmóvil. Temió por un instante que sus piernas se
desplomaran convirtiéndose de nuevo en una cola, pero se mantuvieron firmes.

Se puso rápidamente el vestido encima del corpiño de su biquini, y se quitó lo que
quedaba de la parte de abajo.

—Bueno, no es sólo la sal —la corrigió Valentina—Aunque añadieras toda la sal del
mundo al agua no funcionaría. Notarás ciertas sensaciones en el baño o en la piscina, pero no te transformarás a menos que estés en el mar.

—Pero… ¿y si no me hubiese transformado? —preguntó Karol—Si no me
hubiese transformado en sirena me habría matado al caer.

—Estás viva —dijo Jimena, mientras se acuclillaba en el centro de la caleta y
comenzaba a preparar una fogata.

—Claro que duele cuando saltas de espaldas al agua —dijo Jazmín entre risitas—Se supone que debes zambullirte de cabeza, tonta.

—No salté sino que me empujaron—dijo Karol, mirando furiosa hacia Valentina—¿Por qué no me dijiste simplemente lo que estaba pasando?