Capitulo 17: La gaviota sucia. (2/2)

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MARATÓN: 5/5

—Yo… —Khaterina consideró por un segundo la posibilidad de mentirle, pero
después de lo honesto que había sido con ella, no podía—No lo sé en realidad.

—¿Tenías simplemente ganas de verme? —preguntó Agustín.

—Supongo.

—¿Tienes hambre?

No había mucho espacio para moverse en el yate, de modo que el simple hecho
de ponerse de pie dejó a Agustín muy cerca de Khaterina. Luego se acercó un poco más.

Apenas unos centímetros los separaban.

—¿Quieres algo? —le preguntó Agustín mientras Khaterina alzaba la vista hacia él.

—¿Qué? —preguntó Khaterina, sin tener idea siquiera de lo que le había preguntado.

Se sentía extrañamente hipnotizada por los puntos marrones que salpicaban los ojos
castaños de Agustín.

—¿Quieres comer o beber algo? —Agustin se incorporó y le ofreció una lata.

—Gracias —dijo Khaterina, con una ligera sonrisa, mientras la agarraba.

Pero Agustín, en lugar de moverse, se quedó allí enfrente de ella. Justo entonces pasó una lancha a toda velocidad, haciendo que el yate se balanceara, y Agustín se fue un poco hacia delante. Para no perder el equilibrio, se sujetó de la cintura de Khaterina con las dos manos. Al apoyarse contra ella, Khaterina sintió el cálido contacto de su pecho desnudo a través de la fina tela de su propia remera.

—Disculpa —dijo Agustín en voz baja, pero sin apartarse de ella.

Su rostro se alzaba por encima del suyo, y Khaterina lo podía sentir apoyado contra
ella, como si la estuviese atrayendo hacia su órbita. Los ojos de Agustin buscaron los
suyos y Khaterina se sorprendió al darse cuenta de que nunca antes había notado lo
hermosos que eran.

El cuerpo de Agustín olía a bronceador y a champú. Inconscientemente, había
creído que olería más a sudor y a almizcle, por lo que su aroma le resultó
extrañamente dulce.

A través de su remera podía sentir los fuertes músculos d su pecho y de su
abdomen, y de pronto se apoderaron de ella unas ganas incontenibles de abrazarlo.

Agustín cerró los ojos, y cuando sus labios tocaron los de Khaterina, ella finalmente
se dejó llevar por su impulso. O al menos lo intentó.

Movió la mano, con la intención de abrazarlo, pero con tan mala suerte que le
apoyó la lata helada de refresco sobre la cintura, haciéndolo retroceder de un salto.

—Lo siento. —Khaterina se encogió avergonzada y sacudió la cabeza—Me olvidé de que tenía la lata en la mano.

—Está bien, no es nada —dijo Agustín con una sonrisa—. Sólo me dio un escalofrío.

Volvió a acercarse a ella con la intención de retomar el beso, pero la magia del momento ya se había roto y Khaterina volvió a recordar lo estúpido que sería empezar
una relación con él.

—Creo que debería volver al trabajo —dijo, apartándose de él en dirección a la
puerta.

—Claro. —Agustin apoyó las manos en su cintura y asintió con la cabeza—Por supuesto.

—Lo lamento —masculló Khaterina, compungida.

—No tienes por qué. Puedes pasar cuando quieras. Mi puerta está siempre abierta
para ti.

—Lo sé —respondió Khaterina con una sonrisa—Gracias.

Khaterina salió a la cubierta. Después de estar en la penumbra de la cabina, el sol
resultaba cegador. Entrecerró los ojos y caminó hacia la barandilla.

Como Agustín rehusaba usar la escalerilla, tenía que ayudarla a bajar de nuevo al
muelle. Pasó su brazo alrededor del cuerpo de Khaterina para poder alzarla por encima
de la baranda, pero antes de hacerlo, la sujetó contra él unos segundos. Khaterina ya había pasado un brazo alrededor de su cuello, sujetándose para cuando la alzara.

—Me gustó que vinieras a verme.

Después la levantó y la posó suavemente en el muelle. Agustín se quedó en
cubierta, observándola mientras ella se alejaba.

 Agustín se quedó en cubierta, observándola mientras ella se alejaba

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Momento de Khaterina y Agustín 😍

ᴄᴀɴᴄɪÓɴ ᴅᴇ ᴍᴀʀ. #1 (ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora