Samantha (I)

367 19 6
                                    

La encontró en el lago. Estaba sentada en una roca, de frente a este, tenía un cigarro en la mano para variar y se mantenía estática, tanto que parecía una estatua. Se acercó sigilosamente pero haciendo el suficiente ruido para que se percatase de su presencia antes de llegar a su altura. Miró con cuidado su perfil, estaba pensativa con la mirada perdida en algún lado. Menuda perfección de persona.

- Samantha...

- No. No digas nada por favor-murmuró, por el temblor de su voz dedujo que había estado llorando.

En contra de lo que se había prometido, se sentó junto a ella y puso una mano en su rodilla comenzando a acariciarla, Samantha dejó escapar la última bocanada entrecortada y lanzó el cigarro al césped.

- Muy ecológica ella-soltó Ana Julieta provocando una risa floja de la rubia, algo era algo- Escúchame Sam, no hay nada de lo que hablar, osea no entiendo bien que ha pasado pero no es para tanto.

Mentira. Si era para tanto, era para todo, podrían haberse comido la boca en esos mismísimos instantes. Samanrha podría haberse lanzado, o tomar la iniciativa ella misma...

- Para mí si lo es Anaju... ese es el problema-murmuró con expresión desganada.

- ¿Qué quieres decir?-preguntó algo asustada.

- Quiere decir que si por mi fuese te hubiese hecho de todo en esa tienda de campaña-soltó de golpe mirándola fijamente.

Su corazón volvió a acelerarse. Pestañeó varias veces sintiéndose bastante mareada mientras los pensamientos y emociones se alborotaban en su mente. Tragó saliva y desvió la vista incapaz de soportar la intensidad de sus ojos azules.

- Creo que tú también sientes algo, ¿no es así? Solo niégamelo-rogó.

Pero Ana Julieta no hizo ningún movimiento, seguía con la vista sellada en el suelo mordiéndose la mejilla para contener las ganas de llorar que tenía de la angustia que le provocaba la situación.

- Pero no está bien-murmuró la castaña en un hilo de voz notando como los sollozos ascendían por su garganta hasta salir- No es posible que nos esté pasando esto...

Atrajo sus rodillas a su cuerpo ocultando el rostro en estas para que Samantha no pudiera verla romperse.

- No. No lo está-dijo la mayor seria haciendo que sus llantos se incrementasen- Pero cada día se me hace más insoportable verte y no poder hacer... nada. Y ese sentimiento a la vez me hace sentir muy culpable.

- Para por favor-suplicó desocultando la cabeza para mirarla con los ojos empañados- Samantha, está mi hermano. Hablar de esto me duele en el alma.

Estaba desgarrada. No sabía qué hacer, deseaba tanto besarla pero a la vez la idea de traicionar a Flavio se le antojaba insoportable hasta tal punto que sabía que no podría vivir con ello.

- Lo se-aseguró Samantha manteniéndose fría- Para mi también es complicado, no todos los días empieza a gustarte la hermana pequeña de tu novio.

Ana Julieta la miró confusa. ¿Por qué se mantenía esa actitud tan frívola? Fuera por la razón que fuese le estaba dando mucho coraje, era difícil para las dos, sin embargo, parecía que Samantha consideraba que el peso grande se lo llevaba ella. Se incorporó poniéndose de pie delante de ella y con la rabia saliendo de los poros de su piel.

- ¡¿Ya está?! ¡¿Eso es todo lo que vas a puto decir?! Me cago en todo Samantha-gritó mientras las lágrimas caían a borbotones de su rostro.

- Y qué quieres que haga eh-replicó la rubia levantándose y acercándose a ella evidenciado la gran diferencia de altura- Qué quieres que haga, Ana Julieta...

Me jodiste, Madrid (Samaju)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora