Fatídica Lacunza

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Pasarse por Universal era un hecho que rara vez ocurría. Pero un productor la había citado a buena hora para comunicarle, nada más y nada menos, que la mismísima Natalia Lacunza quería hacer una colaboración con ella. Al principio no podía creérselo, tuvo que mantenerse neutra mientras escuchaba todo los detalles mientras pensaba en cómo se tomaría Alba aquella noticia. Tenía que admitir que el rollo musical de la pelinegra era bastante atractivo y que en muchas de sus canciones se podía sentir identificada pero jamás pensó que llegarían a ese punto. La parodia de su vida.

Natalia apareció poco después, con ese rollo alternativo tan característico suyo además de su horrendo corte de pelo, claramente inspirado en su "magnífico" novio. Le explicó a su productor que tenía poco tiempo ya que le iban a hacer una entrevista en breve así que el joven les dejó la sala sola para que pudiesen hablar tranquilamente. Pocas habían sido las veces que había matenido una conversación con la más alta pero siempre le habían inspirado un aura interesante. Podía entender perfectamente a Alba.

- Me alegro de verte, Anaju-dijo sonriéndole cordial.

Natalia Lacunza siempre le había resultado una persona difícil de leer, de esas que tenían doble cara, era por eso que no le inspiraba demasiada simpatía, además de que le había jodido la vida a Alba y eso no lo perdonaría en la vida. Pero colaborar con ella era una gran oportunidad dado que la chica era uno de los peces gordos en el mercado musical, además de que, lo admitiera o no, consumía su música en bucle. Siempre que quería llorar, ahí estaban presentes las canciones de Lacunza.

- Lo mismo digo-sonrió un poco forzada- Si te digo la verdad todo esto me ha pillado por sorpresa.

Natalia sonrió, esta vez de forma tímida y nerviosa. Se rascó el cuello denotando su incomodidad.

- Lo sé. Pero creo que podríamos hacer una buena bomba, por supuesto es solo si tú quieres.

- No es una decisión que tome a la ligera. Me gusta meditar muy bien mis colaboraciones-explicó seria.

Decía la verdad. Siempre había cuidado mucho la estética, el estilo y el seguimiento de sus canciones y por eso no aceptaba hacer música con cualquiera. De todas formas sabía que con Natalia no habría ningún problema en elaborar un proyecto cuidado.

- Lo entiendo. Aunque nuestros productores estén en contacto te paso mi número para que nos podamos comunicar mejor. Ya sabes que a veces dejar las cosas en mano de los que quieren hacer dinero mas que música no es lo mejor.

Ana Julieta sonrió mostrando su conformidad y aceptando la tarjeta que la chica le ofrecía. No pudieron hablar más porque la puerta se abrió revelando al que parecía ser el entrevistador, lo identificó al instante notando como un escalofrío le recorría al instante. Era compañero de Samantha. La iba a entrevistar la misma cadena. Genial.

Natalia se disculpó desapareciendo de la sala mientras le hacía incapié una última vez en que la llamase. Pero a la castaña poco le importaba ahora mismo, tenía que salir de ahí rápidamente si quería evitar un posible encuentro desafortunado. Cogió su bolso y salió a paso rápido de la sala. El corazón le palpitaba a mil por hora, sudores fríos le recorrían todo el cuerpo y tenía ganas de vomitar, desmayarse gritar o...

- ¿Anaju?

Oh, dios mío.

Si la vida le odiaba, se lo había confirmado una vez más. Samantha estaba ante ella, y encima vestida con chaqueta. Su mirada se paseó por todo su cuerpo enfundando y rematado con una pequeña corbata. Jamás pensó que el aire masculino pudiera sentarle tan bien. Rápidamente dándose cuenta del repaso que le había hecho subió la mirada a sus ojos azules para descubrir que la rubia se había dsdo cuenta pero no parecía para nada molesta, más bien al contrario.

Me jodiste, Madrid (Samaju)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora