De pronto Anna pareció salir de un trance pues abrió mucho los ojos al tiempo que empujaba a Elizabeth bruscamente, alejándola. Ella la miró desconcertada.
- ¿Te encuentras bien? – Esta vez sonaba preocupada
Anna no contestó. No sabía qué decir o qué hacer. Su expresión no reflejaba enojo ni temor, de hecho no reflejaba emoción alguna más que desconcierto, como un niño que fuese atrapado haciendo alguna travesura
- Oye Anna ¿Todo bien? Te ves algo alterada – Elizabeth no sabía qué hacer, nunca nadie había reaccionado así. – Yo... Perdóname, no debí-
Anna la miró un segundo y la interrumpió
- No – dijo con voz insegura – tranquila, no tienes que disculparte. De hecho yo... - miró en rededor como si buscase las palabras – No debí venir aquí en primer lugar
Recogió su gabardina del perchero en que la había puesto y se dirigió hacia el corredor. Se detuvo un instante frente a Elizabeth tratando de decir algo, ella solo la miró con expresión desconcertada. Quería disculparse, despedirse, gritarle, llorar pero en lugar de eso solo desvió la mirada y avanzó casi corriendo por el pasillo
Estaba por llegar a la puerta cuando la asió con fuerza por el antebrazo. Se giró. Era Elizabeth quien la miraba con una expresión extraña en su rostro, como suplicando pero también parecía furiosa.
- Por favor, espera Anna – Dijo y ella pudo notar cierto apremio en su voz – Yo lamento que esto haya pasado, yo... Me dejé llevar. Lo siento
El corazón de Anna latía con fuerza. Por alguna razón que no entendía una parte de ella deseaba besar a Elizabeth de nuevo y la otra quería golpearla justo en el rostro. La miró unos segundos y luego apartó la mirada
- Ya te lo dije, no es necesario que te disculpes
El agarre de Elizabeth se aflojó un poco, ella no pronunció una palabra
- La verdad es que yo – No sabía cómo continuar. Quería quedarse ahí, con ella, besar sus labios, acariciar su piel pálida y abrazarla hasta que se fundieran en un solo ser.
Pero también sabía que eso no era correcto. Quizá se habían besado, quizá sentía una fuerte conexión con esa mujer, pero no la amaba. Al menos no de la forma que Elizabeth quería
Trató de decirle todo esto pero la voz se negó a salir de su boca
Entonces Elizabeth la soltó
- Entiendo – fue todo lo que dijo. La miró con su habitual sonrisa amable y no dijo nada más
Anna posó la mano sobre la perilla de metal y la giró suavemente. Cuando hubo abierto la puerta se volvió para darle un último vistazo a Elizabeth que seguía sonriendo
- Yo... Me divertí mucho esta noche, q- quizás podríamos repetirlo algún día
Ella la miró unos segundos y luego sacudió la cabeza con suavidad, como para apartar una idea
- Claro, - digo con calidez – me encantaría
Anna le devolvió la sonrisa y comenzó a bajar los escalones del pórtico.
Mientras subía al auto sentía como sus ojos se humedecían. Respiró profundo y arrancó
El murmullo sordo del avión mientras aterrizaba lo sacó de su ensimismamiento. No había podido dormir durante todo el viaje debido a la excitación. Años de búsqueda e investigación que finalmente lo habían llevado hasta ahí, el país más seguro del mundo, el paraíso nórdico. Noruega
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Elsanna Oneshots
Roman d'amourHistorias cortas y variadas sobre Elsanna, el ship entre Elsa y Anna, personajes de Disney protagonistas de Frozen Y Frozen II CONTENIDO YURI