WHY WOLFHARD? [Finn y tú]

Capítulo 24

No pude dormir de nuevo toda la noche, podría decirles que me quedaba dormida después de tanto llorar pero no sé por qué no me estaba funcionando a mi. Eran las 4 am y por fin me empezó a dar sueño, podía sentir mis ojos sumamente pesados y podía disfrutar del cómo la oscuridad se apoderaba de mi cuarto, me metí a mis cobijas y relajé completamente mi cuerpo. Segundos después, caí en un profundo sueño, y muy merecido ya que no había dormido nada los últimos 3 días.

El timbre de mi casa sonó y eso me hizo despertar de golpe, me quejé y tomé mi teléfono, eran las 10 am, era Sábado y no le abriría a nadie. Lo único que sé es que no es Emma porque ella sabe cómo entrar sin que yo le abra así que, si no es ella, no le abriré a nadie. Tomé una almohada que se encontraba a mi lado y la puse en mi cara para minimizar el ruido que producía el timbre. Segundos después escuché mi puerta abrirse, sonreí ya que supuse que era Emma, eso me hizo demasiado feliz. En verdad no quiero estar sola. Ella se sentó en la cama y me quitó la almohada de la cara.

—¿oye estás viva?— preguntó alguien que no era Emma a lo que yo me espanté.

—¿Noah?— dije exaltada después de verlo con los ojos entrecerrados.

— wow, enserio te ves horrible— dijo viéndome completa.

—muchas gracias Noah— dije fingiendo una sonrisa— enserio muchas gracias. Es lo que justo necesitaba escuchar— y regresé la almohada a mi cara—¿qué haces aquí?—pregunté.

— pues, se suponía que vendría con Emma a verte porque me contó lo que pasó con Finn lo cual se me hace raro porque para él lo eras todo pero resulta que se murió el padre de Dylan y Emma tuvo que acompañarlo. Entonces aquí estoy— dijo quitándome la almohada y tocándome la frente como si verificara que me encuentre bien.

—si, no quiero ser grosera pero ¿cómo entraste?— me asustaba el hecho de que haya entrado a mi casa de la nada.

—oh, Emma me habló sobre la llave de la tercera maceta— me guiñó el ojo— y por cierto te traje una hamburguesa— alzó una bolsa y me la ofreció.

— Noah gracias, eres el primero que me trae comida de verdad, Emma me trajo verduras— hice un puchero a lo que él solo rio.

Noah trató de hacerme sentir mejor mientras comía, me recordaba cosas y hacía bromas pero la risa solo me duraba unos segundos. El sostenía mi mano aveces, y me hacía sentir mucho mejor. Aveces me daba unas pequeñas sonrisas pero mientras más me veía, estas se convertían poco a poco en unas de lástima.

—sabes que todo se va a arreglar ¿no?— me preguntó acariciando mi mejilla.

—yo, ya no se Noah— sentí que saldría una lagrima pero no podía dejarla salir ahora.

— claro que si— me vio tratando de fingir una sonrisa— pero si te sientes sola, deberías de decírmelo porque es el peor sentimiento en estos momentos— cuando lo escuché decir eso, empecé a llorar sin detenerme.

— lo siento mucho Noah— dije abrazándolo.

—no, ¿por qué lo sientes?— preguntó separándome de él para verme confundido.

— tal vez te sentías igual que yo por Sophia y no hice nada al respecto y ahora yo me siento así y tú estás ahí haciendo cualquier cosa para hacerme sentir mejor— volví a abrazarlo. Sentía que me volvía cada vez más sensible a sus palabras y el lo notó así que solo hizo que me acostara, le di la espalda y el me abrazó, recargó su cabeza en la mía y me susurró:

— para eso estoy, para nada más y si alguna vez me siento así. Sé que tú también estarás para mi— me dio un beso en la cabeza y nos quedamos en silencio un buen rato.
Por un tiempo, la forma en la que estábamos y me abrazaba, tal vez se podía malinterpretar, pero estoy segura de que nos queremos de la manera más inocente y sincera que puede haber en este mundo. Estaba apunto de quedarme dormida cuando Noah se quejó.

— no quiero ser inoportuno, pero traes la sudadera de Finn puesta y su olor es muy penetrante y parece que lo tengo en mi cara y me empieza a incomodar un poco.— yo rei, me solté del agarre de Noah y me quité la sudadera para después poder regresar a sus brazos.
Nos quedamos los dos dormidos y perdimos la noción del tiempo, me despertó el sonido de mi teléfono diciéndome que Sophia me estaba llamando. Yo quité el brazo de Noah de mi cintura para zafarme de su agarre y después despertarlo. El abrió los ojos y le enseñé que me estaba llamando Sophia.

—¿quieres que me vaya?— preguntó rascándose la cabeza, aún seguía medio dormido.

—no, solo quédate ahí, así no se da cuenta que estas conmigo. No tiene nada de malo pero me refiero a que no tienes que irte, solo quédate ahí— le señalé mi escritorio.

Contesté la llamada y Sophia se veía demasiado contenta para ser verdad. Ella no me dejó decir ni una sola palabra. Me recibió gritando con todas sus fuerzas.

— obtuve el papel de Beverly— yo olvidé toda mi tristeza y empecé a gritar con ella. No lo podía creer estaba muy feliz por ella. Voltee a ver a Noah y el estaba tapándose los oídos por lo fuerte que grité.

— eso es genial— dije entusiasmada.

— lo sé— dijo sonriendo y después apretando fuerte sus dientes de la emoción.
— por cierto, no me dijiste que Finn audicionaría para un papel de IT no puedo creer que tenga que trabajar con el idiota de tu novio— hizo una mueca. Sabía que Finn audicionaría para algo, pero no para la misma película que Sophia. No sabía cómo sentirme al respecto.

— Oye, Finn y yo terminamos—la interrumpi en voz baja, a lo que Sophia solo respondió del como no me debería de importar porque no me merece y que seguramente se muere por mi y blah blah blah. Lo que Sophia diría.

— te daré una razón por la cual no estar triste, me tocará trabajar solo con chicos, y todos son muy guapos. Jaeden es el más guapo— dijo sonriendo, yo solté una risa y voltee a ver a Noah. Pude ver como rodó los ojos e hizo una mueca, sinceramente no se por qué se pone celoso, no creo que haya alguien mas guapo que Noah, excepto por Finn.

—oye ahora que hablas sobre lo que pasó con Finn, tiene sentido todo. Ha estado distante y antisocial con todos. Me refiero a que acaba sus grabaciones y se va. Creo esta triste, _____— mencionó Sophia aún pensativa, soy una tonta por ilusionarme pero enserio regresó un poco de esperanza a mi y me odio por eso.