Todo inicia con un viaje que realiza Ernesto con su madre a las afueras de la ciudad rumbo a San Nicolás, siendo el lugar en el que llega la experiencia del primer amor marcándolo de por vida. Nuestra historia se sitúa en una ciudad la cual se encue...
En el escritorio se encontraba una pecera con una flor de loto color lila y cientos de arreglos florales, globos de helio, peluches y notas con la leyenda: «Que te recuperes pronto, guerrero». Es irónico pensar que en verdad sea acreedor a dicho título, cuando tu verdad, Hosmar, me termino de derrumbar.
-Está hermoso, ¿verdad? Martín lo acaba de cambiar -dijo Fátima al verme despierto, refiriéndose a la flor de loto en la pecera.
-Corazón, ¿cómo estás? ¿Cómo te sientes? -dijo Estrella mientras se acercaban las tres a mi cama, las podía ver sonrientes.
-Siento un ligero sonido agudo en mis oídos -dije mientras trataba de recostarme un poco.
-No hagas muchas fuerzas, puede dolerte la sutura -mencionó Rosalin mientras trataba de ayudarme.
-¿Sutura? -pregunté desconcertado, no podía verla, la bata me lo impedía.
-Sí, te han operado cariño, y justo a tiempo, estuvo a punto de complicarse todo -dijo Fátima al sostener mi mano.
-Han venido muchos compañeros a visitarte, el director, inclusive Menes, pero te la has pasado durmiendo mucho, al parecer hoy te darán de alta si ven que reaccionas favorablemente -respondió Estrella.
-¿Mis padres no han venido? -pregunté. Solo observaba cómo se miraban las caras. Era de imaginarlo, no se habían aparecido por ahí, no había necesidad de preguntar por Hosmar, ya sabía cuál sería la respuesta también.
-No, cariño, solo tu tía ha estado aquí los tres días que hasta hoy van, ella salió a descansar mientras nosotras estamos aquí, pero tú tranquilo, que nosotros aquí estaremos a tu lado -dijo Rosalin
-Vaya, hasta que despertó el dormilón -dijo Martín mientras entraba-. ¿Cómo te sientes, Netin?
-Bien, gracias -respondí mientras él se acercaba-. ¿Cómo estás tú? ¿Qué pasó con tu hombro izquierdo?
-Todo bien, solo fue un rozón, sobreviviré, ya sabes que soy invencible -dijo en un tono bromista, ante lo cual no pudimos evitar reír las chicas y yo.
-Bueno, chico invencible, nosotras nos vamos almorzar, es tu turno de la guardia -mencionó Fátima mientras se levantaban del filo de la cama donde estaban sentadas y me bombardeaban de besos en las mejillas antes de salir.
Al quedar solos Martín y yo, no pude evitar contarle lo que me ocurrió mientras me encontraba bajo el efecto de la anestesia, esperaba escuchar la respuesta deseada, sin embargo, no fue así. Martín me comentó cómo fue todo lo que pasó minutos antes de lo ocurrido en la boda, al parecer Raquel buscaba desatar el caos con todos nosotros.
Mientras yo me dirigía a la boda, Raquel hacia su entrada en el café de Estrella esperando que estuviéramos todos presentes, llevaba en sus manos el sobre amarillo que mis padres recibieron, preguntó por mí y Estrella le dijo que había salido a grabar una boda, al parecer no había ideado nada, Raquel solo tuvo un golpe de suerte, solo dijo: «Perfecto, espero sea a la misma boda a la que acudiré», y se marchó. Ninguno entendió el significado de esa visita, pero la calma ya la había extinguido. En ese momento yo ya me encontraba en la iglesia grabando cada detalle, pasando tragos amargos sobre mi garganta. De inmediato, Raquel se trasladó a casa de mis padres y entregó el sobre para después irse sin dar alguna explicación, dando el tiempo perfecto a que yo llegara a casa y tuviera el último golpe del día. Yo seguía intrigado tratando de entender cómo pude sentir aquel beso y escuchar aquellas palabras.
-Aquellas palabras y aquel beso no fueron producto de tu imaginación, Neto respondió Martín mientras me miraba fijamente y se tronaba los dedos, aquel momento en que te sacaron del quirófano nos dijeron que habían llevado a terapia intensiva, tras haber complicado el proceso de cirugía, así que burlé los filtros de seguridad para verte un instante, mirarte dormido conectado con aquellos aparatos me provocó miedo, así que me acerqué a ti, acaricié tu frente, tu cabello y te susurré al oído, quería que escucharas que te necesitaba, no pude evitar besar tus labios, la verdad es que siempre te he querido, Neto, los problemas que tenía con Raquel por no estar cerca de ustedes, no eran más que por no estar cerca de ti, decidí terminar con ella para así poder acercarme sin miedo alguno, decirte cuánto te necesitaba, pero llegué tarde, ya te encontrabas ilusionado y feliz, no quise interferir y disfruté cada momento en que vi tus ojos iluminados, llegué a sentir celos de no ser aquella persona que te provocara tanta alegría, sin embargo, jamás me alejé, siempre
veía la forma de estar a tu lado y contribuir con tu felicidad, sé que no es el momento para obtener una respuesta, pero sea cual sea, Neto, quiero que sepas que la respetaré y seguiré a tu lado.
Mi tía Karen entró en aquel momento, antes de que pudiera responderle a Martín, traía a Yuremi en sus brazos, no la había visto aquel día en que fui a su casa, me encontraba tan inestable que me olvidé por completo de todo.
-¿Cómo te sientes cariño? -dijo mi tía muy entusiasmada.
-Con un poco de dolor, pero bien.
-Pues me parece perfecto, porque dentro de un momento vendrá el doctor para darte de alta.
-¡Qué bien!
-Te irás a mi casa, hijo, ya me he encargado de todo, seguirás yendo a la universidad, claro, en cuanto te recuperes.
Quisiera decir que se prestó el momento para poder hablar de nuevo con Martín, sin embargo, llegaron las chicas y seguimos platicando, me reía de las muecas que le hacían a Yuremi para llamar su atención.
El doctor llegó para dar su valoración y darme el alta. Camino a mi nueva casa y vida, mis amigos jamás me abandonaron, se encargaron de llevar todos los arreglos florales y peluches que mis compañeros me llevaron al hospital. Como instrucciones del médico tendría una semana completa de reposo, la cual fue muy bien aprovechada, al llegar a casa a un seguía mi vehículo ahí, los días pasaban, Yuremi y yo nos habíamos vuelto aliados perfectos, mis amigos venían cada día para ponerme al corriente con las tareas, ojalá todo fuese perfecto, pero al llegar la noche aún me atormentaban esas fotos y aquellos recuerdos.
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Soundtrack de este capítulo: 🎧
Ave María — Stephanie Salas.
Gracias por acompañarme hasta este punto con vuelve a mí.
