Preparativos C21 🎊🧨

31 11 2
                                    

Escuché el claxon del vehículo de mi padre sonar, nos levantamos del comedor para ir a ver. «Al parecer estoy en un complot elaborado por mis padres», pensé.

Me encontraba intrigado, observé que detrás del vehículo de mi padre había otro diferente de color naranja, con un gran moño en la parte del cofre.

-Has demostrado ser responsable, muy buen hijo, y es justo que también tengas el tuyo, ¿no crees? -dijo mi padre mientras bajaba de su vehículo y pagaba al señor que traía el carro nuevo.

-¿Te gusta o no? -dijo mi madre emocionada.

-¡Claro que sí! -respondí vuelto loco.

Fue todo celebración en ese momento, podía sentir que había un cambio en nuestra familia.
Mientras tanto, en casa de Martín, el escenario no era el mismo, se encontraba en su habitación, recostado en el respaldar de su cama leyendo el reporte que los peritos daban de aquel accidente trágico donde una pareja de abogados mercantiles proveniente de San Nicolás había perdido la vida en un choque automovilístico en la autopista del aeropuerto de Argentina y habían quedado incinerados por la explosión después del impacto con un árbol. A la edad de diecinueve años se quedó solo, responsabilizándose de todos los negocios de sus padres con apoyo de su tío, hermano de su madre, y haciéndose cargo de la casa, de su vida y de un futuro que, aunque no era alentador por unas pérdidas tan valiosas como son los padres, pintaba que iba ser exitoso si lograba salir adelante.

Sin embargo, esa noche él sabía que sus padres no estarían ahí para tomarle su primera fotografía en las escaleras antes de dirigirse a su primer baile universitario, no estarían para castigarlo después de haber tomado hasta perder la consciencia esa noche, ni mucho menos estarían ahí para decirle que lo amaban.

A un día del baile, listo para iniciar con el montaje, desperté temprano, con toda la actitud. Mis padres seguían dormidos, al parecer ya extrañaban el estar juntos, bajé las escaleras, tomé las llaves de mi coche y salí, lo encendí, el olor a nuevo no podía ser más alentador para iniciar el día.

Al llegar a la escuela observé que el vehículo de Martín ya estaba estacionado y al lado había un espacio, así que no dudé en colocarlo ahí, entré y me dirigí primero que nada a buscar a Fátima, al parecer aún no había llegado, entonces me dirigí al salón de clases, no dudé ni un segundo en mandar un mensaje a Hosmar que decía:

«Buen día, amor. Solo te mando este mensaje para que sepas que te amo y que me haces muy feliz».

Seguí mi camino, no dejaba de responder a saludos de compañeros los cuales nunca desviaban su mirada por un instante.

Entrando al salón de clases observé que estaban ya todos ahí, inclusive Fátima, Martín no entendía ninguna palabra de lo que esas cacatúas estaban diciendo, tanto que la plática del séquito de la garrapata de Raquel no se dio a notar.

-¿De qué tanto hablan? ¿Y qué haces aquí, Fati? Te fui a buscar a tu salón.

-Intercambiando ideas de peinado con las chicas -respondió.

-Necesito una copia del inventario de todos los proveedores que traerán hoy parte de la escenografía.

-Ok, traigo uno de hecho entre mis cosas -dijo mientras husmeaba en su bolso.

Aún no quería decirles nada sobre el vehículo, no quería parecer superficial ni mucho menos que el grupo lo sintiera de esa forma, me eligieron por considerarme una persona sencilla, no quería que eso cambiara.

-Netin, ¿vas a necesitar que nos quedemos? -preguntó Estrella.

-Como gusten, no quiero saturarlas, tienen mucho que preparar para mañana.

-No te preocupes por eso, ya están trabajando en ello los chefs de la cafetería. -En ese momento sonó el timbre.

-Ya me tengo que ir a mi salón, nos vemos al rato chico, los quiero -dijo Fátima mientras me entregaba el inventario y salía apresurada del salón.

No había peor forma de iniciar las clases que con cálculo, sin embargo, ante tantas buenas noticias no había forma de poner mala cara, el baile acaparaba toda nuestra atención por lo que fue fácil tolerar cada clase.

Por fin faltaban solo Diez segundos para que acabaran las clases, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1... y al fin el timbre sonó el timbre. «Adiós, clases, nos vemos dentro de tres días».

-¿Nos vamos directos entonces a la cancha de básquet? -preguntó Estrella.

-Sí -dije mientras sacaba de la mochila los gafetes para el acceso a la cancha.

-¿Tú no vas a comer algo? -preguntó Luz.

-No tengo hambre todavía -respondí, mientras les hacía entrega de los gafetes.

-Bueno, allá, te vemos dentro de un rato, de igual forma te llevamos algo para que comas -dijo Martín.

-Ok, gracias.

Al llegar a la cancha, ya estaban los miembros del comité colocándose sus gafetes y una playera blanca que decía «staff», playeras que por supuesto no tenía conocimiento de que se entregarían. Seguí caminando un poco molesto pensando que la garrapata de Raquel era la que está detrás de ello y, me dirigí al pequeño círculo.

-Disculpen, permiso -dije mientras trataba de controlar mis impulsos, abriéndome paso entre la pequeña multitud.

Los chicos abrieron paso y observé que era Fátima quien las entregaba, sentí gran alivio, no quería armar alguna trifulca si se trataba de la güera garrapatosa de Raquel.

-¿Y esas camisas? -pregunté.

-Las mandé hacer, con mi dinero.

-¿No sobró presupuesto?

-Sí, pero las quería hacer de mi dinero.

-No era necesario, ya tenía los gafetes.

-No importa, se los entregas, ya que la parte delantera de la camisa está en blanco, aparte para que vean que el baile será muy glamuroso.

-Ok -dije, mientras iba entregando los gafetes a los que se encontraban ahí.

Al terminar Fátima de repartirles a todos, se dirigió a mí, que seguía aún repartiendo los gafetes, le hice algunas pregunas, las cuales omitia, sabía que si se quedaba no iba a parar de preguntarle qué tanto tramaban, así que se dirigió a la puerta de acceso a la cancha para dejar entrar a los chicos.

♠️♠️♠️♠️♠️♠️♠️♠️♠️♠️♠️♠️♠️♠️

Se acerca el gran día, donde grandes misterios serán revelados.

Espero estén disfrutando de esta historia.

Vuelve a mí. (book 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora