Mantener Cordura C32 ⚜️

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Mantener la cordura para evitar que Estrella perdiera los estribos no era fácil, ella seguía aferrada al ataúd, tratando de conciliar el sueño, tratando de imaginar que todo fuera una pesadilla. Observé que mis padres llegaban y daban el pésame a la familia, sin embargo, no me moví, Hosmar estaba del otro lado del ataúd, de igual forma dañado por lo acontecido, quería sostener la mano que tenía sobre el ataúd para confortarnos, sin embargo, todo quedo en una posible visión.

Todos portaban vestimentas negras y blancas en señal de luto, nosotros éramos los únicos que no compaginábamos en el lugar. Sin embargo, Luz habría estado feliz de ver que así fuese, siempre quiso que fuéramos diferentes a los demás, que tuviéramos luz propia donde quiera que íbamos. Llegó la hora de trasladar el cuerpo al cementerio, nos hicimos a un lado para dejar pasar a la guardia funeraria, Estrella dio un beso al ataúd antes de que este fuera alzado, fortaleza que admiré de Estrella, pues pensaba que a esas alturas ya estaría sedada, reposando en alguna de las habitaciones. Una vez fuera, los flashazos de nuevo empezaron a verse.

De pronto recordé el baile, justo el momento que captaban a Luz y a Estrella con su infinidad de poses. Qué mal que en estos casos sea la anfitriona. Subimos a los vehículos, Estrella y los padres de Luz iban en los asientos de enfrente de la carroza. Al llegar al cementerio, se nos repartieron, por parte de sus primas, globos de helio de diversos colores, que simbolizaban un arcoíris.

Escuchar las palabras de despedida de sus padres, familia, y principalmente las de Estrella fue desgarrador.

-Hoy digo hasta pronto a una gran compañera de vida, sueños e ilusiones. Te agradezco cada segundo que estuviste a mi lado velando por mis sueños, curando mis heridas de fracasos, peleando por cada momento de nuestra felicidad. Mi luciérnaga hoy se ha marchado para alumbrar el camino que tendremos que recorrer algún día, siempre seras mi mas gran amor, -dijo Estrella al colocarse frente al ataúd, colocando un dije de Estrella arriba de él.

Fue insoportable cada segundo que pasaba, ver los globos ir hacia el cielo, cubrir el ataúd con un puñado de tierra y flores, las voces de la madre de Luz y Estrella agonizando ante un profundo llanto mientras no quedaba nada en la superficie... Solo podíamos estar al lado de Estrella compartiendo lágrimas, la sujet de su mano mientras se recostaba en el hombro de Fátima, todo había ocurrido tan rápido... Al término del sepelio, llevamos a Rosalin a casa, en aquel momento solos, Hosmar sostuvo mi mano con la suya, entrelazándolas, podía observar las huellas de sus lágrimas que recorrieron sus mejillas, me recosté en su hombro derecho, mientras que él inclinaba un instante su cabeza hacia la mía.

La vida nunca nos aseguró que nuestra estancia sería divina, mucho menos que sería un puñado de oportunidades y buenas experiencias.

Al llegar a casa nos quedamos un breve momento en el vehículo, Hosmar seguía sosteniendo mi mano.

-Ánimo, ella está descansando -dijo mientras le daba un beso a mi mano que sostenía.

-Era una gran amiga -dije mientras rompía de nuevo en llanto.

-Tienes que ser fuerte por Estrella, ella los necesita más que nunca -respondió mientras secaba mi rostro con sus manos.

No tenía más palabras para decir, me encontraba aún incrédulo ante la realidad, solo quería seguir rodeado en sus brazos. Su celular empezó a sonar, lo cual terminó con el momento.

-Ok, mmmm, entiendo, sí, ya voy para allá, no te preocupes, todo saldrá bien, también te amo -fue la conversación que escuché en ese momento.

-¿Problemas? -pregunté.

-No, era mi madre, quieren que viaje hacia Portland para comprar unas cosas.

-¿No te veré entonces en estos días?

-Al parecer no, amor, pero me comunicaré contigo todo el tiempo. Solo me iré si me prometes que estarás bien, si no, buscaré la forma de quedarme para estar a tu lado -dijo mientras salíamos del vehículo y sacaba mi ropa de la cajuela.

-No te preocupes, gracias por estar estos días a mi lado, tú ve con tus padres, a lo mejor es algo importante.

Al entrar a casa, mis padres ya se encontraban ahí, entre los dos me abrazaron, podía sentir su verdadero pesar. Luz fue la primera que conocí, compartí con ella toda mi vida desde el kinder hasta la universidad, con peleas, como todos los amigos, pero siempre con sinceras reconciliaciones, más que una amiga siempre fue como mi hermana. Nos distanciamos de cierta forma al conocer a Estrella; sin embargo, seguíamos recordando nuestras anécdotas cuando había oportunidad.

En casa de Estrella los recuerdos no dejaban de estar presentes en toda su habitación, fotografías extendidas en toda la cama, cartas,... Estrella estaba siendo presa de los recuerdos que algún día trajeron tanta felicidad.

El lunes en la mañana enfrentaríamos en la universidad todos los comentarios sobre lo ocurrido en aquel accidente, nos encontrábamos Martín, Rosalin y yo dentro del salón y observamos que en la banca de Luz se encontraban flores y una veladora, las clases iniciaron y era de esperar que la presencia de Estrella no se hiciera presente. Sin embargo, nos encargaeíamos de mandar mensajes de apoyo a nuestra amiga y al terminar las clases llevarle las trabajos correspondientes, en eso llegó la prefecta al salón.

-Buen día, chicos, profesor Treviño, ¿me permite a Ernesto?, el director requiere de su presencia en la dirección.

-Claro que sí, Ernesto, puedes salir -respondió el maestro mientras escribía en el pizarrón.

No sabía qué estaba ocurriendo, tal vez era para entregar las facturas correspondientes de los gastos para la rendición de cuentas, al ir camino a la dirección la prefecta me dio sus condolencias por lo ocurrido con Luz. Al llegar a la dirección, se encontraba Fátima ahí.

-Adelante, Ernesto, toma asiento -dijo el director afligido.

-¿Pasa algo malo con respecto al baile director? -pregunté.

-No, ya tu compañera Fátima se encargó de entregarme las facturas de todos los gastos del baile, que, por cierto, mis felicitaciones de nuevo, todo fue un éxito. Por otra parte, quiero darles mi más sincero pésame por lo ocurrido con su compañera Luz, platicando con tu compañera Fátima hemos pensado en rendir unas palabras al respecto en el acto cívico.

-Gracias, director, pero considero que sería mejor esperar a que Estrella y los padres de Luz estuvieran presente.

-Sí, es por ello que lo tenemos pensado hacer después del receso, hemos llamado a los padres de Estrella para saber su estado de salud, nos atendieron y pidieron que dejáramos faltar a Estrella las dos primeras clases, ya que tenían que ir al médico a realizar ciertos estudios clínicos.

-No hay ningún inconveniente de mi parte, ¿qué desea que le pueda ayudar? -respondí.

-Qué bueno que lo mencionas, queremos que seas el encargado de decir las palabras en el homenaje, ¿estás dispuesto?

-Claro, significa mucho para mí hacerlo, gracias.

-Del resto, tu compañera Fátima y un servidor nos haremos cargo.

Al retirarme de dirección, me dirigí al salón, tenía que avisar a mis compañeros de lo que pasaría y de que Estrella vendría dentro de poco tiempo a la universidad. Subí los escalones, pensando en las palabras ideales para despedir a una gran amiga, y al entrar al salón, este se encontraba en silencio, inclusive el club de Raquel no mostraba inquietud por iniciar alguna riña.

Vuelve a mí. (book 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora