2020 parecía ser un año muy caótico, algo surreal y lleno de drama. Se estaba viviendo en carne propia un preludio del fin del mundo.
Con tantas noticias bombardeando su cabeza, Jadon pensó que un poco de romance podía servir para acercarse a su ama...
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Al atardecer del día siguiente, Jadon se armó de valor para disculparse y decirle la razón por la que había preferido que su relación llegara al final. Se lamentaba, pero no quería hacerla sufrir más. Era una pena que hubieran pasado por mucho, que hubieran estado conversando durante largo tiempo en el confinamiento y que se hubieran reencontrado después de largos años, algo casi tan digno de una historia romántica. Pero era la vida real y sabía que los finales al estilo Disney, no existían. Jadon no había podido darle el final que había querido. Eso era lo que más le dolía. Sin querer la había hecho sufrir. La amaba y estaba seguro de que sus sentimientos iban a seguir siendo los mismos después de revelarle la verdad. Solo esperaba estar haciendo lo correcto.
A escasos segundos de que se decidiera a tocar a la puerta del departamento. Nazli recibió una llamada del médico. Al principio se lo pensó. Aún se sentía mal, después recordó cuando se acercó para darle un fuerte abrazó antes de abandonar el supermercado, susurrándole al oído que estaba disponible para ella, que aun cuando no estuvieran juntos, podía llorar en sus hombros y llamarlo cuando quisiera. Eso la animó a responder.
—Sé que no me incumbe decírtelo, pero creo que debes hablar con él. Incluso si no está dispuesto a hacerlo —dijo al otro lado de la línea—. Estoy seguro de que te quiere...
—¿Qué quieres decir? —preguntó con desconcierto, sin lograr comprender. Que Marty le dijera eso, era algo que jamás había esperado escuchar salir de su boca. Hacía unas horas el médico odiaba a Jadon, ahora parecía respetarlo.
—Ha estado en el hospital... —reveló deseando estar haciendo lo correcto.
—Sí, dijo que tenía citas...
—Sí, pero...
Jadon tocó a la puerta y Nazli se sobresaltó al escucharlo hablar.
—Naz... Abre. Sé que estás ahí —imploró con dolor.
Marty pudo escucharlo al otro lado de la línea debido al silencio de la mujer.
—Habla con él... —la animó sabiendo lo importante que era—. Te llamo después, Nazli. —Dicho esto, colgó y suplicó por que la mujer no sufriera más.
Ella se quebró al escucharlo implorar por perdón. Odiaba que la hubiera tratado de esa manera, que le hubiera hecho creer que era el amor de su vida para después abandonarla, sin el más mínimo tacto, sin pensar en todo lo que había ocurrido, en las experiencias, las revelaciones y el romance. Se había olvidado de todo eso tan rápido que ni siquiera pensó en el modo en el que se iba a sentir.
—Márchate —suplicó al otro lado de la puerta—. Lo dejaste muy claro.
—Lo lamentó... no era mi... —suspiró con pesadez—. Voy a decirte la verdad... —aseguró con franqueza—. Abre, por favor.
No recibió ninguna respuesta y volvió a intentarlo. Le dolía verla sufrir, se había equivocado, pero quería enmendar el error, quería sincerarse y dejarla decidir. Pensándolo de ese modo, estaba seguro de que había actuado como un verdadero patán, un maldito idiota.