Van Helsing I: Bautismo de sangre

Akolouthos

El llamado "Forjador de los Dioses" se había sorprendido por varas cosas... Primera y principal: Que Darkwing Duck tuviera un aprendiz: "Tú como maestro es tan incongruente como el dios Zeus siendo alguna vez casto." había sentenciado al escuchar la historia... Y luego al saber que el desgarbado y enclenque conejo negro era el (aparente) último descendiente de la sangrientamente ilustre familia Van Helsing... Y como el viejo sátiro no lo creía, Darkwing le jaló la pierna a Oswald para que su marca fuera visible, aún entre protestas del furioso conejo. Philotectes resopló:

—A menos que sea hijo de un admirador loco de esa familia y que te jodió la pierna con una marca a hierro ardiente, tendré que creer que realmente eres el último Van Helsing y deseas continuar con el legado de la familia, ¿no?

—...No tengo otra opción, en el pueblo donde vivía me lanzaron a la boca del lobo solo por ser un Van Helsing—repuso Oswald frunciendo el ceño. Luego le echó una mirada ceñuda al alto mallard blanco—.... Y él terminó de arrastrarme aquí.

—Deja de quejarte, niño. Acostúmbrate que muchas veces somos esclavos de las circunstancias... Y de los pecados y deseos de nuestros antepasados—gruñó Darkwing cruzándose de brazos. —, además, en los tiempos que corren, es imperante el poder defenderse contra monstruos, así no seas un cazador per se. Y por eso estamos aquí.

—¿...Quieres que te preste mi campo y recursos para entrenar a este niño escuálido como cazador? Vaya, será mucho trabajo—dijo Philotectes echándole una mirada reprobatoria a la complexión aún delgada del conejo. Oswald protestó:

—¡Oiga, al menos he sacado algo de fuerza al estar cavando todos los días durante esos últimos meses!

—...Pfff, cavar: Eso es de principiantes; pensé que serías más cruel, Darkwing—resopló el sátiro cruzándose de brazos—...Hace mucho que no entreno aspirantes a cazadores, así que veremos si este lagomorfo aguanta entrenamiento de verdad.

—Por la Virgen, parece que que lo que he pasado estos últimos meses ha sido puros juegos de niños—musitó Oswald por lo bajo. Darkwing le miró arqueando las cejas.

—...Es que lo mío ha sido pura teoría y precalentamiento, Oswald. Ahora vamos a la práctica.

Ante esas palabras, el conejo hizo un esfuerzo para no resoplar o cuanto menos suspirar.

Oswald supo que permanecerían meses en la península, es decir, el final de ese año y quizás hasta el final del siguiente verano, por lo que se apresuró a terminar sus cartas y enviarlas hacia Sighiosara. Las había terminado y en ellas había palabras de aliento para sus amigos... Así cómo palabras de afecto para su ahora amada señorita Whiskers. Tuvo que ser lo más escueto posible en lo referente a su ubicación, ya que Darkwing lo había obligado a borrar detalles sobre Atenas y sobre los lugares donde habían estado antes: —Las cartas no son seguras, mucho menos los que las llevan. Información privada y objetos valiosos han caído en malas manos... A menos que estés seguro de que quién reciba el mensaje tiene un aparato de código Morse para que lo escuche, no reveles mucho en tus cartas—sentenció el mallard frunciendo el ceño al ver el tono cariñoso en las palabras de la carta para Ortensia. Oswald se sonrojó levemente; no había hablado con su maestro sobre ese asunto, no estaba seguro como lo tomaría... Menos cuando había lo escuchado a él y a Philotectes hablar acerca de la "irrevocable soledad de los cazadores de monstruos."

—He conocido muchos cazadores en mi vida, de diferentes tamaños y razas, sin embargo, tienen algo en común: Sin importar que estén en algún gremio, son lobos solitarios al final del día—decía el sátiro mientras les mostraba las extensiones del terreno donde estaría de ahora en adelante. —; Algunos tendrán familia o crean alguna, pero la mayor parte de las veces están solos, ese es su camino y destino.