Libre soy

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Su misión consistía en cuidar a una ministras del país del Fuego cuya misión era firmar un tratado con el país del Caramelo. Para permitir un libre comercio y una expansión agraria a gran escala.

El país del Caramelo era famoso por sus partidos conservadores radicales, que estaban en contra de las grandes aldeas y se creían mejores por el simple hecho de conservar la tradición en sus calles. Por ello la mujer estaría en peligro desde el momento que entrara en el país.

La mujer tenía unos cincuenta y pocos, de pelo corto y canoso, y vestía elegante. Al contrario de lo que su imagen de pija podía aparentar, era una bellísima persona.

Hana desde un principio quedo fascinada por cuanto sabía la mujer, había viajado mucho y conocía toda clase de gente. Como ella, pero durante toda una vida.

Neji también respetaba a la mujer y le gustaba escucharla junto a Hana, la verdad es que no se había molestado en preguntarle a su amiga sobre su largo viaje, pero de esta forma se estaba poniendo al día.

Decidieron hacerse pasar por una familia de comerciantes para llegar sin ser asaltados.

La escena era interesante. Una de las mayores consejeras del señor feudal del fuego escondida en un carro entre cajas de fruta, y dos jounins de Konoha llevando un carro tirado por un buey.

Al ser un país pequeño no tenía aduana, por lo que en el momento de cruzar nadie les perdió explicaciones.

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Pasaban con toda la normalidad del mundo por mitad de un pueblo donde un tipo subido en el bordillo de una fuente hablaba de todos los problemas que les iba a traer el tratado, como perderían sus raíces y serían "devorados".

-Buenos días- saludó Hana a un par de ninjas que posiblemente estuvieran buscando a la mujer para matarla y por ende, a ellos.

La respondieron con un movimiento se cabeza.

-¿Cómo estas tan tranquila?- preguntó Neji dejándolos atrás.

-Si nos libramos de pelear mejor, la mitad de los que nos persiguen solo son unos mandados-.

-Bueno, así es la vida de un ninja-.

-Ya, pero en la medida de lo posible no deberíamos, a ellos les pagan por lo que hacen, este bien o mal, son como nosotros-.

-Esa teoría explicaría tú teoría de Naruto el evangelizador-.

-Jaja, no puedo creer que la recuerdes-.

Él sonrió mirando al frente.

De la nada delante de ellos un hombre entró al camino asustando al animal que tiraba del carro. Parecía muy desorientado y vestía de una forma andrajos, digna de un prisionero.

-¡S-señor!¿Esta bien?- preguntó Hana levantándose sobre su asiento, mirando al hombre tropezar y ponerse en pie alterado.

-¡Orochimaru-sama ha muerto!¡Sasuke Uchiha ha matado a Orochimaru-sama!¡Nos ha liberado a todos!- Hana y Neji se miraron el uno al otro.

-¿Sasuke Uchiha?¿Donde esta?- preguntó Neji.

-¿Cómo que todos?- preguntó Hana más intrigada por el plural de su anuncio que por el paradero del emo. ¿No? Al fin y al cabo se veía venir. O lo mataba o se fugaba.

-¡A TODOS!- gritaron saliendo treinta personas más de la maleza y corriendo por el camino, haciendo que el animal retrocediese asustado, obligando al Hyuga a bajar mientras Hana se encargaba de que las cajas no se cayeran

La Reina del Byakugan 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora